Carta a la tía rubia teñida que se ha reído de mi afro
Hace mucho que pienso en escribirte, a ti, la mujer de mediana edad que no se pudo contener mientras me veía pasar a través del cristal de la cafetería. A ti, que, en la zona de devoluciones de Ikea, cuchicheabas entre risitas adolescentes junto a tu amiga también rubia como si hubierais vuelto a secundaria. A ti que me miraste con desprecio, midiéndome de arriba abajo mientras paseaba con mi pareja blanca por el centro comercial.
Y te sentiste contrariada ¿Como puedo tener la desfachatez de existir tan plenamente? ¿Como oso llevar mi pelo natural, libre, al aire, largo y despeinado? ¿Como puedo no cohibirme y ser tan auténtica? ¿Será que sé que el patrón de belleza no me incluye? ¿Será que conozco sobradamente que no paso de ser una mujer que solo es considerada como una persona de segun...