Mujeres negras que sanan. Libres de estereotipos
Desde mi niñez conocí la resiliencia de mi mamá, de mi abuela y de mi bisabuela; 3 generaciones forzadas a vivir con fortaleza y valentía, obligadas a seguir el estereotipo de mujer negra, resistente, guerrera, sin emociones y con carácter para afrontar cualquier situación. Para ellas, mostrarse con miedo, dolor o tristeza nunca fue una opción, porque su deber era ser una coraza, como sus antepasadas que resistieron a los actos más violentos y crueles por su color de piel.
Sin darme cuenta, empecé a imaginarme de esa manera, a percibirme y a actuar como ellas, fui aprendiendo a soportar, a normalizar el dolor, la decepción. Aprendí a no llorar, o al menos a no hacerlo en público. Después de todo, ¿quién era yo para sufrir?, si ni de cerca había vivido las situaciones a las que se enfre...