Hablemos de endorracismo
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Soy mujer, negra, afrouruguaya, migrante. Quizás , debería arrancar describiendome por este último, ya que vivir desde los 4 hasta los diecisiete años en Chile fue el primer marcador para entender mi situación, conocerme y comprender mis experiencias. Hace veinte años atrás el influjo de la inmigración a Chile no tenía las características que tiene hoy, por tanto fuera por donde fuera, siempre mi familia y yo éramos los únicos negxs del lugar. Siempre recibí tratos cordiales, el chileno suele (o solía) ser hospitalario, parlanchino, cercano y curioso. Curiosidad que rayaba el exotismo, claro está, en un país conservador, católico hasta la médula social y política, rasgado por la dictadura más larga y cruenta de América Latina, el hijo pródigo del proyecto liberal. Allí v...