Afropunk fue mi primer festival de música, y la verdad, no podría haberme estrenado mejor en el mundo de los festivales.
Pinchos y telas africanas, rastas y cuero, afros y vestidos vintage, plataformas y dashikis; una banda de heavy metal brasileña, trenzas y rastas volando en el escenario al ritmo de la música; una banda de Texas compuesta por una cantante negra y músicos blancos, cuya mezcla de música blues, rock and roll y ritmos latinos te pone los pelos de punta; una banda de punk canadiense cuyo cantante es de origen jamaicano; un rapero africano y una rapera con ropa holgada y sencilla (el rap sigue siendo un género de hombres y las mujeres en la industria parecen tener que recurrir a su belleza para abrirse camino);cerveza artesanal, zumos naturales, plátano frito, bokits (sándwich criollo típico del Caribe) y arroz con diferentes salsas africanas; fuera de lo común es lo mínimo que podemos decir sobre un ambiente parecido.
Este festival me ha enseñado a apreciar nuevos estilos de música y artistas, pero, sobre todo, me ha ayudado a romper con los estereotipos (o a identificarlos al menos), y ese es justamente uno de los pilares del movimiento Afropunk, acabar con los estereotipos, sobre todo aquellos ligados a la raza negra en el mundo de la música. A veces caemos en la trampa, nosotros mismos nos encasillamos y juzgamos a todo aquel que intenta despuntarse y hacer algo “diferente”. Hip-hop, reggae, dancehall, afrobeats, reggaetón, blues, salsa, toda música “bailable”, con “ritmo”, ¿pero qué pasa con el rock & roll? Eso es música de blancos, y mejor no hablemos del heavy metal o de la música punk, tendrás suerte si solo se te clasifica de rarita.
Cuando llegué al festival, la banda OBGMS estaba tocando. Siempre he pensado que la música punk era básicamente una mezcla de ruidos estridentes y chillidos que por alguna razón hacían que los blancos saltaran y se golpearan los unos contra los otros (sé que está mal, pero estoy siendo honesta). Bien, pese a que al principio no estaba exactamente entusiasmada, al cabo de 10 minutos era incapaz de estarme quieta. La banda creó una atmosfera increíble, la gente estaba entusiasmada y ese tipo de cosas se contagian. Al principio, solo movía la cabeza al ritmo de la música, pero cuando versionaron una canción de rap súper conocida y que nunca creí que pudiese sonar tan bien en lo que por lo visto se conoce como “garaje party punk”, me ganaron por completo. Cuando terminaron de actuar, mi amiga se giró y me dijo: – Ha estado genial, quien lo habría dicho. No me imagino lo duro que debe de ser abrirse camino en este género siendo negro. – En un ambiente tan ecléctico, ni siquiera me había parado a pensar más de dos segundos en el hecho de que el cantante de la banda es un chico negro, canadiense y de origen jamaicano (lo sé porque, para hacer reír al público, cantó un poco en criollo jamaicano). Solo me había fijado en lo carismático que era y en su habilidad para captar la atención del público, lo que no siempre es fácil en un festival.
La raza y los géneros musicales parecen seguir yendo de la mano. En ese momento me paré a pensar en cómo asocio el rock and roll, el metal, el pop y la música indie a la raza blanca. Automáticamente, sin cuestionármelo siquiera un segundo, “música de blancos” es lo primero que me viene a la cabeza. Si alguien me propone escuchar a un rapero o a un cantante de reggae blanco, odio admitirlo, pero me noto ligeramente más reticente, más severa. Supongo que es a lo que el cantante de los OBGMS debe enfrentarse día a día. Debe probar que se merece estar donde está mucho que más que el resto. Darme cuenta de que en algún momento he debido hacerle sentir a otra persona algo que me espanta y que he vivido en mis carnes fue un golpe de realidad que no me esperaba.
Prejuicios. Es interesante como ninguno nos libramos de ellos, hasta los que nos creemos súper abiertos de mente porque los hemos sufrido toda la vida caemos en ellos. Soy fruto del mestizaje, hablo 4 idiomas, he vivido en 3 países y tengo acceso a internet 24 horas al día, ¿cómo es posible que tenga tantísimos prejuicios? Lo peor es que, probablemente, ni siquiera sea consciente de que muchas de las ideas absolutas que anidan en mi cerebro no tienen prácticamente fundamento o están completamente obsoletas a día de hoy, y solo reflejan una falta de observación y de reflexión sobre el mundo que me rodea ligeramente alarmante.
En fin, creo que es el momento de llamar a mi prima, llamar y disculparme por no defenderla nunca cuando éramos pequeñas y la gente la llamaba rara por ser negra, leer manga y escuchar música japonesa, y felicitarla por tener tanta personalidad, por no dejar que nadie la defina ni la encasille.
Antonina Cupé
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¿AFROPUNK no es apropiación cultural? Digo usualmente es un estilo y pensamiento de blancos asociado con la clase baja y gente sin educación, y ahora que lo apropiaron con el prefijo AFRO es innovador e irreverente por que lo hacen blancos.
Al parecer no le pareció una apropiación a tus padres(ancestros) el ir a España a buscar una vida mejor, al parecer tu boca está llena de una hipocresía, alimentada por un odio subyacente, intrínseco a tus autopimpuestas limitaciones mentales.
Antes de que me critiques con tu claro racismo ignorante, Te informo que soy un afrolatino que vive en los estados unidos.
Y sí es racismo; el juzgar el actuar o vestir de la gente dependiendo del color de su piel
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