Te toca trabajar el triple para que lo que hagas valga. ¿Acaso es eso ser una mujer negra? ¿Tener que duplicarme para que la gente me perciba? No. Crecí con estas ideas en la cabeza, y sé que me dijeron estas palabras por mi bien, buscando que la sociedad no destruyera mis sueños y expectativas. Sin embargo, considero que se nos ha olvidado algo. Somos mujeres negras y eso es visible, ¿acaso nuestra existencia no es percibida por si sola? Lo es, nuestra existencia incomoda. Por lo mismo, en lugar de que la sociedad nos presione pidiéndonos que nos acerquemos a sus criterios imaginarios de éxito, incomodémosla mostrándole que nuestra existencia, por sí sola, presiona el sistema.
Yo ya me cansé de ser exitosa a pesar de ser una mujer negra, ya me cansé de ser extraordinaria cuando simplemente soy una mujer negra que actúa por lo que quiere, por sus sueños y sus metas. No soy una excepción a la regla, soy la confirmación de la regla. Como mujeres negras existimos, estamos presentes en todas partes y somos diversas. Nuestra vida no importa porque hayamos logrado cosas que no se creía que las mujeres negras podían lograr, nuestra vida no importa porque hayamos sido las primeras en hacer algo que las personas blancas ya habían hecho (si bien sabemos que antes de que se nos reconocieran estos logros, ya habían personas negras que lo habían logrado), nuestra vida no importa porque otros decidan que es así. Nuestra vida importa porque existimos, sin justificaciones.
Gabriela Murillo Mena
Afrocolombiana residente en Francia, afrofeminista y antirracista. Estudiante de lenguas extranjeras aplicadas. Vivo para desaprender y escribir es mi resistir.
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