Los ancianos en las sociedades occidentales se han convertido en una lacra más que en una bendición porque ya nadie quiere hacerse viejo porque los 50 son los nuevo 20 y los que consiguen traspasar el umbral de la juventud son confinados en instituciones dudosas, lejos de sus familiares, que parecen cárceles porque a la sociedad ya no les interesa lo que los ancianos tienen que decir.
En África, donde hay una gran tradición oral, se dice que “cuando muere un anciano se quema una biblioteca”, esta expresión es bastante justa primeramente porque en África hay una gran tradición oral y segundo porque los ancianos eran y siguen siendo los responsables de transmitir esa sabiduría ancestral a sus vástagos para que la luz que aporta su conocimiento no se apague en la noche de los tiempos.
A modo de contraste de esa visión anterior tenemos que en la actualidad las personas con edades que superan los 65 años se encuentran en países del primer mundo como España, Portugal, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón.
Unos estudios recientes han revelado que hacia el año 2050 todo el planeta a excepción de África, Centroamérica y unos pocos países más estará por encima de los 65 años, es decir, que la población mayoritaria en el mundo van a ser personas ancianas.
No obstante, ante estos datos clarificadores, que no son nada baladí, las sociedades modernas, siguen sin preocuparse lo suficiente en cómo envejecen sus mayores.
E.E.U.U sólo tiene 6000 geriatrías en una nación de 300 millones de personas, y al parecer dichas geriatrías lejos de aumentar en número van disminuyendo.
“Desde pequeños nos dijeron que la edad adulta es el pináculo de la existencia y que los ancianos son realmente sólo versiones averiadas de lo increíble que fueron. Hemos creado una cultura que premia a los individuos que son capaces de emular el éxito de las máquinas…que pueden ser como máquinas por cómo viven” comenta Gregory Petsko en el documental “Alive Inside” en el que se realiza experimentos de cómo reanimar a pacientes mayores de alzheimer con música.
Desde pequeña siempre he estado rodeada de personas mayores que me han enseñado muchas cosas que ahora agradezco y que me han ayudado en el largo camino de mi evolución personal. Yo no sé vosotros pero yo necesito la sabiduría de los ancianos para progresar, necesito impregnarme de la dignidad que emanan más allá de su marchita y vivida piel, necesito sus historias, sus consejos, en definitiva, necesito manifestaciones vivientes del paso del tiempo y verlo como algo natural y enriquecedor.
Pienso que estas sociedades modernas están olvidando que en el futuro su activo más importante y extenso van a ser las personas mayores y por lo tanto esas personas, que tienen tanto que dar, merecen envejecer con dignidad porque son personas que han dado gran parte de sus vidas para contribuir , luchar y sentar las bases de dichas sociedades que ahora les rechazan terminantemente confinándoles a una muerte lenta y solitaria.
Autora: Rían de la Torre (Lady Saba)
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Excelente oportunidad, de poder expresar los conceptos que pudieran contribuir a una vida mas equitativa entre la especie humana, que hasta ahora se ha desgastado demasiado por las diferencias no zanjadas estrictamente por razas.