Mocejón y la maquinaria del odio
La extrema derecha española se frotaba las manos, esperando que el asesinato de Mateo, un niño de 11 años en Mocejón, hubiese sido cometido por una persona migrante o racializada. En su lógica perversa, este trágico suceso tenía todos los ingredientes para desencadenar un pogromo antiinmigrante: un crimen brutal, una comunidad conmocionada, y un niño cuya muerte podría ser manipulada para encender la mecha del odio. Desde el primer momento, el objetivo de los sectores más radicales estaba claro: aprovecharse del dolor para dividir a la sociedad y alimentar la xenofobia.
No pasó mucho tiempo antes de que las redes sociales se inundaran de rumores y desinformación. Figuras como el eurodiputado de extrema derecha Alvise Pérez y otros influencers racistas no tardaron en aprovechar la traged...