Pelo liso, pelo quieto, pelo perfecto
Son las 5:30 de la mañana, debo salir a trabajar y como de costumbre estoy frente al espejo, aún falta lo más importante “peinarme”. Siempre hay una vocecita que me dice insistentemente “si no fueras tan necia y te alisaras ya estarías peinada” pero a su vez hay otra voz que me anima diciéndome “tranquila, ten paciencia que aún tienes tiempo y peinarte no es tan difícil”.
Y es que llegan a mi mente todos esos recuerdos en que mi pelo ha sido el protagonista.
Me ubico en la época escolar cuando tenía unos 7 a 12 años, todos los días antes de salir a estudiar mi mamá afortunadamente nos aplicaba a mi hermana y a mí aceite de almendras en el cabello y nos peinaba.
En esa época mi mamá estaba en la casa porque al igual que mis tías cuando era soltera trabajó interna en casa de fa...