Es cierto que las representaciones de mujeres negras en la cultura pop desempeñan un papel crucial, especialmente en un contexto donde la historia negra puede ser borrada en los currículos escolares y donde persisten desigualdades en el trato a niñas negras en las escuelas.
Una reina de Inglaterra, interpretada por la actriz India Amarteifio en la reinvención de Shonda Rhimes de la realeza británica del siglo XVIII, que no solo es negra, sino que no pide perdón por ello. La magnífica historia de amor de Carlota y el rey Jorge III (Corey Mylchreest) está triunfando: La reina Carlota: Una historia de Bridgerton ha sido la serie más reproducida de Netflix desde su lanzamiento.
La serie ha sido aclamada por su enfoque diverso en la representación racial en la historia de época, presentando personajes negros en roles destacados en la realeza británica.
Reina Carlota no es la única serie o película actual que vale la pena ver que tiene a una mujer negra en un papel tradicionalmente reservado para los actores blancos. Netflix lanzó el docudrama de cuatro episodios Reina Cleopatra el 10 de mayo, con Adele James como la reina del Nilo. Y el 26 de mayo, La Sirenita de Disney, protagonizada por la cantante de Halle Bailey, se estrenará en los cines de todo el planeta.
Estas decisiones de casting afirmativas nos permiten ver a las mujeres negras en espacios, lugares y roles que históricamente nos han sido prohibidos. Da a las mujeres negras la oportunidad de ver nuestras historias incluidas en la experiencia humana. Las personas que no son negras ven a las mujeres negras como hermosas y poderosas, lo que brinda una imagen más completa de quiénes somos y quiénes siempre hemos sido.
La forma en que las mujeres negras son mostradas en los medios de comunicación, y cómo no lo son, es una de las razones por las que las niñas negras son tratadas de manera «diferente» en nuestras escuelas». Las niñas negras están sujetas a códigos de vestimenta discriminatorios, soportan insultos raciales y son tratadas como una amenaza. Las historias de las mujeres negras no son parte del plan de los estudios escolares y los docentes son culturalmente incompetentes. El efecto acumulativo es malo: las niñas negras no disfrutan la escuela y debido a eso, en demasiadas ocasiones, no aprenden.
Todas recordamos como el racismo contra los negros ha salido a relucir recientemente. Cuando Disney eligió a Bailey como Ariel, los racistas se quejaron de que la elección era una afrenta a su infancia y les dijeron nuevamente a las niñas negras que no las querían.
Algunos egipcios amenazaron con demandar a Netflix porque decían que James, una mujer birracial, era demasiado oscura para interpretar a Cleopatra y que su historia estaba siendo ennegrecida. La alta sociedad mestiza de Bridgerton fue criticada por ser históricamente inexacta, pero con una virulencia tal, que solo podría deberse al racismo.
La reina Carlota, la Sirenita y Cleopatra se centran en la idea radical de que poniendo a las mujeres negras en el centro de las historias, incluso de las historias que nunca fueron suyas, empezarán a dejar de vernos como débiles, necesitadas de lástima o violentas y problemáticas. No se si será cierto que habrá un cambio, pero tenemos derecho a probarlo.