Lina María Hurtado, Miss Buenaventura, compartió en una entrevista una experiencia dolorosa de su infancia en la que sus padres hicieron todo lo posible por inculcarle el valor de ser una mujer negra y el amor propio. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a la crueldad de sus compañeros de colegio y al acoso escolar debido al color de su piel. Esto la llevó a luchar por aceptarse tal como era, un proceso que ella misma describe como desafiante.
El 2 de septiembre pasado, se celebraba la última edición de Miss Universe Colombia, en la que Lina María Hurtado, Miss Buenaventura, se destacó como una de las favoritas, generando incluso controversia en las redes sociales, donde muchos consideraron que merecía la corona que Finalmente fue otorgada a María Camila Avella Montañez. Lina María, con su belleza excepcional, obtuvo el título de segunda finalista.
Después de la celebración del concurso se han hecho virales una declaraciones que han llamado la atención de los medios. Desgraciadamente, para muchas mujeres negras, esas experiencias son de sobra conocidas.
«Mis papás trataron en lo posible de mostrarme lo valioso que era ser una mujer negra, de cuánto me tenía que amar y aceptarme. Pero los niños eran crueles, había matoneo y me costaba aceptarme tal y como era. Siempre llegaba del colegio con ganas de arrancarme la piel y fue un proceso difícil»
A pesar de que sus padres tomaron la decisión de cambiarla de colegio e incluso de ciudad, trasladándose desde Buenaventura a Cali, Lina María continuó enfrentándose a las burlas y el racismo. Ella misma relata cómo, al regresar a casa por las tardes, solía aplicar productos para aclarar la piel en un esfuerzo por encajar en un mundo que no comprendía completamente:
«Lo hacía a escondidas de mis padres. Y lo usaba porque se supone que es un blanqueador y lo blanco era lo bueno. Siendo niña y en medio de lo ilógico que podía ser me lo aplicaba y me frotaba. Y me hice mucho daño en la piel».
En su adolescencia, Lina comenzó a luchar incansablemente por marcar una diferencia en su vida. A los 15 años, decidió mudarse sola a Cali para estudiar en la universidad, a pesar de haber sido una hija muy querida y protegida. Se enfrentó a una ciudad que no siempre trataba con amabilidad a las personas de piel negra. Fue en ese momento que inició su activismo colaborando con diversas organizaciones.
Referentes como Hurtado están logrando un impacto significativo, y el concurso de belleza fue otra plataforma para alcanzar sus objetivos. «No quería inspirar sino amor propio. Lo que la gente elogiaba de mí era la seguridad que proyectaba. Ver videos de niñas afro frente al televisor tratando de imitarme en el reinado para mí fue un ‘lo logré'»,, compartido en su entrevista con la revista Semana.
«No obtuve la corona, pero esas imágenes fueron el mejor premio. Mis estudiantes, cuando uso mi cabello al natural, me preguntaban si no me daba pena salir en TV con mi pelo afro. Y ellas me contaban que no les gustaba. Por eso quería inspirar, que me vieran más como una líder que como una reina en traje de baño», concluye.