1. Cuando todavía eres un bebé y tu familia ya está cruzando los dedos para que tu cabello sea «bueno», para que no tengas que sufrir tanto como sus tías y primas;
2. Creces escuchando bromas sobre tu pelo, cuando te despiertas o después de jugar, los comentarios haciendo alusión a tu pelo son frecuentes, quizás llegues a normalizar apodos y bromas que tu familia hace con tu cabello. Las sesiones para desenredar y los peinados a veces son incómodos o dolorosos;
3. Durante la infancia, para mantener tu cabello controlado, prefieren que él siempre esté recogido de alguna forma. Pocas veces puedes disfrutar del placer de llevar tu pelo suelto libremente;
4. La televisión no enseña a mujeres como tú, eso hace que el discurso de la peluquera suene como verdad cuando ella dice que después del alisamiento, tu pelo va a ser «más fácil»;
5. Tu inseguridad es tanta que prefieres no salir de casa si tu pelo no está ordenado;
6. Empiezas a evitar situaciones que pueden estropear tu cabello, como entrar en el mar o la piscina, o bien bailar en una fiesta de verano y sudarlo;
7. Si alguien te invita a pasar la noche, la primera cosa que viene a tu mente es cómo arreglar tu cabello en la mañana siguiente estando fuera de casa;
8. Te quemarás por lo menos una vez en la vida, o con productos químicos, o con la plancha, y suerte la tuya si tu pelo no se cae al menos parcialmente en alguna ocasión gracias a algún «tratamiento»;
9. Para sentirse hermosa, quizás te veas obligada a usar trenzas, extensiones o cualquier cosa que va a impedir un sueño tranquilo por una semana debido a los dolores en tu cabeza, tomarás ibuprofeno y te acostumbrarás a las molestias;
10. Cuando decidas salir con tu cabello natural, tendrás que aprender a cuidar de él a través de Youtube porque nadie en tu entorno sabe qué hacer. Todas, o casi todas las mujeres de tu familia se alisan los cabellos, empezarás a entender cómo fue duro crecer sin tener referentes;
11. Cuando pases por la transición para tener de vuelta a tu cabello natural, la gente se sentirá libre para hacer comentarios no solicitados sobre tu nueva estética, dirán si lo prefieren así o asa, preguntarán si te has peinado o de que tu “nuevo” cabello no pega contigo. Tendrás que aprender a manejar estos comentarios;
12. Percibirás que la lectura social que te hacen sobre tu cabello natural es diferente de la lectura que hacían cuando tenías el pelo alisado, y eso te provoca un nudo en la garganta;
13. Cuando te cruzas con otra mujer rizada por la calle, quizás os miréis por un momento, y aunque no se diga una sola palabra, sabréis que hay algo que os une.
Texto publicado inicialmente en portugués en el Portal Geledés
Master en Estrategia y Creatividad Digital por la Universitat Autònoma de Barcelona. Miembro de Black Barcelona.
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