En España sólo hay un 4% de extranjeros (incluyendo Erasmus) en la Universidad. Eso significa que un altísimo porcentaje de población inmigrante está fuera. Marjorie Hurtado Villalá, es ecuatoriana, está terminando la carrera de psicología y ha fundado en Madrid la ONG «Educación contra la discriminación» que trabaja para lograr la inclusión de los jóvenes de origen inmigrante en la educación superior. Su propia historia sirve para ilustrar las dificultades y falta de orientación con la que se enfrentan algunos recién llegados cuando vienen a España. La creación de su organización, podría servir para revertir esa tendencia.
-Has puesto en marcha una ONG centrada en la educación, ¿por qué? ¿Y por qué dirigirte a jóvenes inmigrantes?
MH.: Porque cuando decidí hacer una carrera no encontré mucha información de qué hacer y dónde dirigirme, di palos de ciego durante un año porque al venir con el bachillerato extranjero las opciones se complicaban, pensé que probablemente habría más gente como yo, y no se me quitó la idea de la cabeza. Cuando conseguí entrar en la Universidad conocí un profesor que me comentó que había hecho un estudio hacía unos meses, que casualmente investigaba jóvenes en peligro de exclusión, bien, los jóvenes de origen inmigrante, que pertenecen a este grupo, se quejaban de la poca orientación que recibieron y que siguen recibiendo cuando se trata de estudiar una carrera o hacer estudios superiores. La respuesta estaba allí, no iban a la Universidad porque no tenían ni idea de que esa opción es más sencilla de lo que parece. Algo por lo que yo misma había pasado, me lo tomé muy en serio, así que decidí junto con los otros dos fundadores de la asociación, crear Educación Contra la Discriminación.
-¿Hay pocas personas de origen inmigrante en las Universidades españolas?
MH.: Los datos que manejamos son los que nos aporta la OCDE de 2012 y se refieren a los extranjeros en las aulas universitarias y el porcentaje es de un escaso 4%. Esta cifra incluye personas que han venido de Erasmus procedentes de otros países, personas que han venido a aprender el idioma, y personas de origen inmigrante. La cifra exacta de inmigrantes, es decir, personas en peligro de exclusión que viven en España de manera indefinida se desconoce, pero por el porcentaje anterior podemos asegurar que es menor al 4%, y eso es muy poco.
-¿A qué crees que es debido?
MH.: Ciertamente, la falta de información, los recursos económicos y el entorno, muchas veces, dificulta el acceso a estos jóvenes, por eso es necesario crear recursos ante esta situación. «Educación contra la discriminación», intenta buscar soluciones para estos jóvenes, por ejemplo, en el caso de la falta de recursos económicos, una opción con la que contamos, es aplazar el pago de la matrícula. Según el BOE que regula las becas, esto es posible aunque no haya mucha gente que lo sepa. Ese es nuestro trabajo, facilitarles el camino todo lo posible.
-¿Crees que la falta de integración es un factor determinante a la hora de superar la enseñanza secundaria?
MH.: Toda transición o cambio, en ciertas edades, puede tener fuertes repercusiones. Es importante que los jóvenes de origen inmigrante se sientan lo más cómodos posible en niveles inferiores de educación para que puedan acceder de manera natural a niveles superiores, es vital que se sientan como en casa, al fin y al cabo España ya es su casa.
-¿Y qué hay de la situación familiar? Muchos jóvenes no ven mucho a sus padres (o a sus madres, familias monoparentales) y, por tanto, no reciben el estímulo familiar necesario como para proseguir su formación…
Claro, el acceso a la educación no tiene una sola cara, ni una sola solución. Se trata de una cuestión compleja que hay que abarcar desde todos los aspectos, uno de ellos es el entorno próximo de los jóvenes, en este caso la Asociación tiene un proyecto a corto plazo y es ir a los institutos, centros de educación de personas adultas (cepa), y ofrecer información, asesoramiento y en casos especiales, incluso acompañamiento, para facilitarles el futuro acceso.
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-¿Hay más hombres o mujeres de origen inmigrante que accedan a la universidad?
MH.: En general hay más mujeres que hombres en la Universidad en todas las carreras, salvo en alguna ingeniería. Cuando se trata de educación a distancia, la cifra aumenta, hablamos de mujeres que tienen cargas familiares que no pueden ir a clases presenciales y que la educación a distancia les proporciona la libertad de organizar como mejor pueden su tiempo.
-¿Cómo crees que podría transformar sus vidas y la sociedad española el paso por la Universidad de la población inmigrante? (mayor integración, visibilidad, transformación de la percepción de la sociedad hacia el colectivo, creación de empresas…)
MH.: Me encanta la educación, de hecho me estoy especializando en psicología educativa, sé que la diferencia entre un ingeniero ecuatoriano y un ingeniero español, sólo está en su pasaporte. La educación equipara, brinda las mismas oportunidades, da igual de dónde procedas, los conocimientos que adquieras nadie te los puede arrebatar.
En la actual situación de crisis económica, es complicado hablar de empleabilidad, aunque es cierto que un Licenciado tarda menos en encontrar trabajo que alguien que solo tiene la ESO.
-Tú has sido (y eres) inmigrante en España, ¿has echado de menos organizaciones como la que tú diriges? Háblanos un poco de tu historia
MH.: EEn mi país era una excelente estudiante, hice un magnífico bachillerato y quería ir a la universidad. Al final tuve que acompañar a mi madre en su aventura europea y las pocas oportunidades que tenia de estudiar una carrera se desvanecían cada año que pasaba trabajando en casas de familia o de camarera.
Un día decidí estudiar, hace unos 7 años, primero quise hacer selectividad y creedme, fue la cosa más complicada del mundo. Nadie tenía información fiable de qué hacer en el caso de tener un bachillerato extranjero, ¡ni siquiera en la universidad que lo llevaba! Al final terminé haciendo una FP de algo que ni siquiera había elegido, ya que, al tener estudios extranjeros sólo había un par de plazas reservadas por curso para nosotros, por lo que terminé haciendo la FP que nadie quería. Finalmente antes de terminar la FP empecé a hacer el acceso a la Universidad para mayores de 25 por mi cuenta y aprobé y ahora estoy aquí, cada vez más cerca de mi objetivo.
-¿Cómo te sientes ahora que estás terminando la Universidad?
MH.: Me siento más virtuosa, jaja… En realidad tengo muchos planes, soy muy inquieta, la cosa no va a acabar cuando termine la carrera, voy a seguir formándome y aprendiendo, es algo con lo que disfruto.
-¿Qué te gustaría hacer en el futuro?
MH.: Sin pensarlo mucho hace un par de años decidí mi futuro, no concibo mi vida sin que lo que haga sea productivo para otras personas. Y bueno, me veo viviendo una vida feliz con mi marido y mi hija.
-¿Cómo imaginas España (en lo concerniente al tema que estamos tratando) en unos años?
MH.: Soy una soñadora: ¿con un presidente negro? jaja
En realidad el cambio no es a corto plazo, pero espero que la gente de origen inmigrante tenga representación, y podamos hablar de una integración real. Hay mucho talento entre los jóvenes y personas de origen inmigrante, sería una pena desperdiciarlo, hay que hacer algo.
Antoinette T. Soler
Directora y creadora de Afroféminas
Y quien os responde en forma de «periódico» en el IG cuando el debate se pone bueno 😅
Licenciada en Filosofía por la Universidad de La Habana. Consultora especializada en género y raza. Máster en comunicación de empresas por la Universidad de Zaragoza.