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‘Amefricana’: Rosana Paulino rescata la memoria Afrodescendiente en el MALBA


La artista afrobrasileña Rosana Paulino ha desatado una poderosa narrativa a través de su obra, que ahora se expande más allá de las fronteras de su natal São Paulo. Con una carrera de tres décadas, Paulino ha iluminado el circuito artístico de Brasil con su profunda exploración del trauma de la esclavitud y la reconstrucción de los afectos de aquellos que fueron arrancados de África hacia América durante siglos.

Su exposición más reciente, «Amefricana», comisariada por Andrea Giunta e Igor Simões, marca un hito al ser la primera muestra de envergadura fuera de Brasil para la artista nacida en 1967. Esta retrospectiva abarca 30 años de trabajo y desafía críticamente la historia de Brasil, centrándose en la construcción étnica de la nación y el papel político, social y artístico de las mujeres negras.

La obra de Paulino es un crisol de formas artísticas, desde instalaciones hasta dibujos y grabados, todos ellos resonando con un pensamiento político y poético profundamente arraigado. En el corazón de su exposición se encuentra una pieza monumental, «Parede da memoria», donde 1.500 pequeños sacos, llamados patuás, contienen los rostros amplificados de sus antepasados. Cada puntada visible en estas imágenes cosidas recuerda la protección que ofrecen según la creencia del candomblé.

Parada frente a su mural de siete metros de ancho, Paulino invita a los espectadores a sumergirse en sus ancestros repetidos. «Es mi memoria, es la de mi familia, es la de la gente negra», dice en declaraciones a El País, señalando la comunidad que estas imágenes representan. Desde su primera obra, que fue precismente «Parede da memoria» en 1994 hasta las más recientes, la artista ha desplegado una práctica que aborda la presencia negra en Brasil y América Latina a través de archivos personales y históricos.



La exposición no sigue una cronología lineal, sino que gira en torno a la pregunta central sobre la presencia negra en la región. Paulino utiliza archivos fotográficos históricos, como los de August Stahl, para explorar cómo la ciencia fue utilizada para justificar la esclavitud. Obras como «Assentamento» (2013) revelan el trauma persistente de la esclavitud a través de imágenes suturadas y sonidos del mar, evocando los viajes forzados de los esclavizados.

Pero más allá del trauma, Paulino también indaga en la subjetividad de las mujeres negras, desafiando los estereotipos y cánones eurocéntricos. Su obra sin título de 2006 encapsula fragmentos de cabello negro en lentes de microscopio, otorgándoles nombres de mujeres, mientras que «Ama de leite» (2007) presenta siluetas de mujeres negras cuidando niños blancos, destacando su humanidad en un contexto de servidumbre.


Rosana Paulino en su exposición del Malba de Buenos Aires.

Igor Simões, co-curador de la exposición, considera a Paulino un punto de giro en la historia del arte brasileño, pues su producción ha abierto el campo a una mayor presencia de artistas, curadores e investigadores negros. La muestra en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) es un hito en este camino, abriendo las puertas del arte contemporáneo afrobrasileño a una audiencia más amplia.

La exposición se complementa con «Coreografías de lo imposible», una muestra que presenta obras de otros artistas brasileños en colaboración con la Bienal de San Pablo. Estas obras, exhibidas tanto en el Malba como en el Palacio Pereda, amplían la conversación sobre la identidad afrobrasileña y su papel en la historia y el arte contemporáneo.



«Amefricana» ofrece una visión profunda y conmovedora del legado africano en Brasil y América Latina, destacando la resistencia, la esperanza y la transformación en medio del trauma y la opresión. Rosana Paulino, a través de su arte, invita a reflexionar sobre la complejidad de la experiencia afrodescendiente y el poder de la comunidad en la lucha por la justicia y la igualdad.



Redacción Afroféminas


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