El cine hecho por mujeres cubanas esta de enhorabuena. El pasado festival de documentales Miradasdoc que se celebra en Guía de Isora, Tenerife, premió a la película “Camino de Lava”, de Gretel Marin con el galardón a mejor corto documental. Subió a recoger el premio la realizadora afro cubana Aida E. Bueno Sarduy. Aida se encontraba allí porque presentó su cortometraje “Guillermina” en el festival, dentro de una interesante selección de filmes cubanos y cuya curaduría fue hecha entre Aída y, el también realizador cubano, Jose Luís Aparicio. Cuba fue el país invitado del festival.
Las dos realizadoras no se conocen en persona pero ese gesto, el recibir el premio la una por la otra, deja sellado el símbolo de, esperamos, un pronto encuentro entre ambas directoras y que lo podamos trasladar aquí también.
Gretel Marin es una realizadora y montadora cubana afrodescendiente cuyas películas navegan entra la poesía, la intimidad y el activismo afrofeminista. Su objetivo es hacer un cine donde el centro sean personajes y temáticas afro y cuyo equipo sea, en su mayoría, mujeres afro, algo que casi consiguió en este cortometraje.
“Camino de Lava” es un documental donde se deslizan con ternura, fuerza y valentía unos minutos de la vida de Afibola, una poeta afro, activista queer cubana y su hijo Olurum. La inquietud de ella ante una sociedad patriarcal, machista y racista se ve reflejada ante las dudas e inseguridades que Olorun manifiesta sobre lo que, afuera del hogar, le dicen ser. Eso se mezcla con momentos de intimidad poética en los espacios que comparten en Centro Habana. Les amigues más cercanesde Afibola, Diarenis y Katiuska también aparecen en la película en dos momentos de gran sutileza y belleza, tanto humana como estética. Momentos donde esas mujeres se muestran desde una calma llena de resistencia, complicidad y afirmación que sobrecoge. Sus palabras quedan, con “Camino de Lava”, archivadas en formato cinematográfico como una nueva memoria de nuestros cuerpos de mujeres negras. Cada vez más, nuestras historias surgen desde nuestra iniciativa y son contadas desde nuestras miradas, porque se trata de reescribirnos, recontarnos y reconstruir nuestra memoria generando unas narrativas diferentes, propias y genuinas.
Converso con Gretel Marin desde Tenerife donde me hallo presentando al público su película y en la que participé en el proceso del guión de montaje. Las coincidencias de la vida han hecho que me encuentre allí, presentando otro proyecto afro, pero esta es otra historia. Gretel está en Pinar del Río, Cuba, así que nuestra conversación se da en diversos audios telefónicos que nos vamos dejando en mis amaneceres y sus noches.
Maite Bermúdez: Gretel, ¿qué crees que aprendiste haciendo esta película?
Gretel Marin: Ante todo, a reconocer mis propios prejuicios, a evaluarlos y deshacerlos. No porque seamos negrxs o sus descendientes y tengamos cierta consciencia, estamos libres de caer en la emboscada del racismo. En ese proceso, para mí, fue bien importante encontrar la mejor manera de representar a lxs seres negrxs desde la cinematografía. Me sirvió de apoyo este movimiento en La Habana por un reconocimiento de espacios de habla para personas negras, desarrollado por la gente del Club del Espendrú, Beyond Roots, y Alianza Afrocubana, entre otros grupos, que casi actúan en la clandestinidad y que hacen hoy un puente con todo el movimiento negro de hip hop cubano de los años noventa. Era fundamental enaltecer la belleza de los cuerpos negros, reconocer su dignidad. Por eso, desaprender los prejuicios que sobre nuestros cuerpos se disparan constantemente en el entramado social, condujo a la posibilidad de defender esa postura desde la dirección de fotografía, desde el montaje y la puesta en escena. En eso, también quienes fueron filmadxs en el documental me ayudaron muchísimo.
MB: ¿Cómo conociste a Afibola y Olorun?
GM: Los conocí mientras filmaba un video clip para Krudas Cubensi, un dúo cubano de hip-hop queer afrofeminista que interpretaba el tema Sin Camisa. Lxs Krudas llamaron a toda su comunidad en La Habana y nos fuimos a filmar por La Habana Vieja, y luego a un río en las afueras de la ciudad. La frescura y la libertad que se respiraba me emocionó mucho. Afibola estaba ahí con Olorun y Diarenis. Diarenis y Afibola tienen este proyecto que se llama Nosotrxs y que defiende precisamente un espacio en la ciudad para seres diversos. Luego, volvimos a cruzarnos en una proyección de un documental de Gloria Rolando organizada por Alianza Afrocubana.
MB: La película parte de la pregunta de cómo educar a un niño negrx en la sociedad cubana de hoy y te quiero preguntar, ¿cómo lo harías tú, has llegado a alguna conclusión?
GM: Ante todo desde la ternura, y poniendo en su consciencia poco a poco lo que significa ser negrxs y sus descendientes en sociedades que nos discriminan. Un poco como Afibola con su hijo Olorun. Valorizando el orgullo de ser quién es, con su color de piel, su pelo y la historia de sus antepasados, fortaleciendo su autoestima en todo momento. De no ser así, el daño que puede hacerle este ambiente, desde la escuela, el barrio, los medios de comunicación con sus pautas racistas, es casi irreparable. Es difícil salirse del estigma si no hay una base de seguridad y confianza en tu interior. Todo esto no quiere decir que no le afectará, pero al menos ese hijx tendrá herramientas para salir adelante. No se puede andar por la vida sin tener esa capacidad de discernir.
«Camino de lava» de Gretel Marín. Fotografías Claudia Remedios
MB: ¿Cuándo decidiste trabajar sobre y con personas afro en tu equipo? ¿Por qué? ¿De dónde nace esa necesidad y si lo vas consiguiendo?
GM: Como te decía, desde hace algún tiempo he notado la ausencia de historias de personas negras, tanto en el cine como en la televisión cubana. Es para preocuparse la manera en que las personas afrodescendientes somos representadas, casi siempre en papeles secundarios de acompañamiento de protagonistas de piel blanca; como seres que representan la violencia o, en otros casos, como seres inofensivos e indefensos sin ninguna profundidad ni matices. Sucede mucho, pero, con las historias donde aparecen mujeres negras, más, porque además somos vistas de manera opresiva y fetichista con el prisma del machismo. Todo eso, mezclado con mi experiencia familiar y personal bajo el acecho constante del racismo estructural en Cuba, me convida a tratar este tema de manera directa y abierta en una película como “Camino de lava”.
Uno de los aspectos que para mí era fundamental, al inicio del proceso de construcción del documental, fue sentirme acompañada por una equipa principalmente compuesta por personas negras con alguna consciencia de su negritud. Las dos condiciones fueron imposibles de encontrar al principio. En Cuba, las personas negras tienen poca credibilidad y acceso a ambientes académicos. En nuestra Facultad de Medios Audiovisuales del Instituto Superior de Arte se podrían contar con los dedos de una mano las personas negras que han pasado por ahí. Por eso, la dificultad de trabajar con esa equipa deseada. Sin embargo, las mujeres que acabaron integrando la equipa conseguimos involucrarnos alrededor de este tema y tuve la suerte de contar con una co-productora Carla Valdés León y una directora de fotografía, Claudia Remedios, sensibles al tema del racismo y dispuestas a aprender, o mejor, a desaprender para conseguir producir y filmar la película de manera creativa. Gracias a ellas también experimenté esto de que toda la sociedad debería de ser educada contra el racismo a la vez, que esta es nuestra lucha, pero que debería poder compartirse sin dejar por ello de colocar nuestras voces en el centro de ella. Luego tuve la oportunidad de encontrar otras aliadas que, desde el montaje y la composición musical, aportaron sus visiones a la película. Como tú, en la asesoría de guión de montaje, Adelaida Sancristóbal en las finalizaciones de montaje y edición de trailer, y Nulyra, la compositora de la música, fueron las otras personas afrodescendientes con las que tuve el placer de trabajar ahora y probablemente se repita en el futuro.
M.B.: Ahora que lo mencionas, de esto quería hablar contigo, ¿cómo fue el trabajo con la música y con la edición y también cómo fue proceso colaborativo con Afibola y Olorun?
G.M.: Casi al final del proceso de edición tuve la posibilidad de trabajar con una editora graduada de la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión, San Antonio de los Baños, Cuba) Adelaida Sancristóbal. Habiendo montado la estructura, fuimos desenredando ciertos momentos y aportando mayor fluidez a la película. Con su mirada fresca, Adelaida fue dándole otros sentidos más sutiles a Camino de lava. Durante todo el proceso de montaje tuvimos tu asesoría y eso también se agradece muchísimo, por tu percepción afinada y experimentada en estos temas y por la sensibilidad con que has captado el movimiento de nuestros cuerpos en tus películas.
Nulyra, en la música, apoyó este documental desde el inicio de su creación. Ella trata de hacer desde la música, lo que yo desde el cine. Recuperar y trazar nuevas líneas de visibilidad desde el arte, basada en la historia de personas afrodescendientes de Cuba y de Latinoamérica. Por eso, el trabajo con ella también fue muy fluido. Teníamos largas conversaciones sobre el significado de cada escena, las motivaciones y sensaciones transmitidas por las personas presentes en el filme y que ella acompañaría con el bajo y su voz. Podrían parecer pocos recursos, pero en realidad el filme se construyó también desde lo mínimo necesario. En la dirección de fotografía, escogimos la luz natural, los planos inmóviles y frontales… en la música Nulyra consiguió con su voz traducir y decir algo más profundo sobre la vida y el destino de unx niñx negrx en este país.
M.B.: ¿Qué supone esta película en tu trayectoria?
G.M.: Se trata de la primera película sobre un tema que vengo cuestionando desde hace algunos años. Supongo que ha sido la concreción de un entendimiento… Tenemos que hablar sobre nuestros problemas. Sobre todo en este país en que se dice poco sobre racismo, se le pasa una pátina de complacencia y eufemismos. Siento que filmar personas negras y contar sus historias e ir más allá del tema de la discriminación es vital para mí, como realizadora. Creo que tengo un recurso de poder en mis manos y pretendo utilizarlo en favor de la visibilidad de estas personas. En estos momentos estoy filmando en las montañas de Pinar del Río una historia de afecto también entre una madre y un hijo, negrxs, que no tiene que ver directamente con el racismo ni con el color de la piel, pero ellxs están ahí, siendo los protagonistas de esta historia sobre afectos y libertad interior.
Camino de Lava, Cuba, 2022, 28 min. fue estrenado en el festival Miradasdoc 2023 y ganó el premio a mejor cortometraje documental. Ahora continúa su camino por otros festivales como el Festival de Málaga en España y el festival de Cine Latino de Toulouse. Esperamos que el recorrido sea mucho mayor y Camino de lava y sus protagonistas puedan ser vistas por muchas más personas.
Sobre Nosotrxs:
Tengo una mini conversación telefónica con Diarenis Calderón, quien sale en la película y es la cofundadora con Afibiola Sifunola del espacio Nosotxs, también retratado en el documental.
Según sus palabras Nosotrxs es: “una colectiva afro queer integrada por activistas por los derechos de la comunidad LGTBQIA+. Nos consideramos personas transgresoras del patriarcado, de la rigidez del género binario, somos personas antirracistas, emprendedoras, feministas, madres; militamos en el partido de la disidencia sexual, el de la justicia por la vida de las personas negras y el de la justicia por el derecho de les niñes. Nuestra función como colectivo afro queer es unificar, visibilizar, empoderar a las mujeres negras y su descendencia; dígase mujeres lesbianas, trans, queer, mujeres también heterosexuales, y hacemos este trabajo dentro de la comunidad y siempre desde el arte para mostrar nuestras capacidades y actitudes como artistes porque creemos que el arte puede cambiar cualquier realidad. Somos artistes que creemos en las transformaciones. Tenemos una labor unida a la educación popular donde tratamos de ser bien horizontales y trabajar para enaltecer nuestro orgullo, para sentirnos personas orgullosas de quiénes somos, personas poderosas”.
Nosotrxs surge en La Habana en julio de 2018, “por la carencia de espacios que tiene la ciudad para sentirse libres y tranquiles pero, sobre todo, para interactuar e intercambiar con otras personas como nosotrxs: artistas, activistas, luchadoras antirracistas, que compartimos la disidencia sexual. Cuando estábamos dentro de los entornos antirracistas, se nos quedaba fuera, siempre, nuestra identidad sexual, nuestra orientación de género, entonces decidimos que no podíamos dejar fuera quiénes somos y por eso creamos Nosotrxs”.
Entrevista realizada para Afro-féminas por Maite Bermúdez, guionista, directora y productora afro hispano-venezolana. Sus películas e instalaciones oscilan entre ficción, documental, el arte contemporáneo y la danza.
https://es.lasnegras.org/
Maite Bermúdez
Guionista, directora y productora afro hispano-venezolana. Sus películas e instalaciones oscilan entre ficción, documental, el arte contemporáneo y la danza.