Me dijeron que podría ser una feminista, que podría ser una de ellas. Eso sí, mientras no formule ninguna pregunta, mientras no mencione el racismo que sufro a diario, mientras no cuestione nada, mientras no hable del pasado esclavista.
Me dijeron, esto lo estamos haciendo también por ti, para ti. No puedo ser desagradecida, no puedo opinar mucho y hacer afirmaciones incómodas. Prohibido nombrar el racismo. Hablemos de lo que nos une.
Me dijeron que habría muchos periodistas, muchas cámaras y que yo podía ayudar. Esto debe ser bueno para algo. Estamos todas juntas en esto. Empezaron a dejarme en la parte de atrás. Las cámaras no eran para mí. No pasa nada. No hay necesidad de enfadarse. Lo importante es la causa.
De acuerdo entonces. Ponerme en la primera línea. Mi piel negra estará ahí con vosotras. Yo me uno, esto es para todas: «Verás mejor te colocas más atrás, queremos dar visibilidad a nuestras líderes». Me dejaron un trozo de pancarta cuando los medios se fueron. Hicieron fotos que luego utilizarían para un cartel, para que saliera la «multicultaridad».
Me dijeron que podía ser feminista, siempre y cuando no hablara sobre este cuerpo de mujer negra, siempre y cuando no dijera nada sobre mi herencia inmensa, de muchas mujeres que vinieron antes que yo, y que me legaron un sabiduría ancestral. Me dijeron que podía ser feminista siempre y cuando no le recuerde a nadie de dónde vinieron tantas ideas para este movimiento, que hoy dirigen ellas, siempre y cuando olvide a aquellas luchadoras negras que fueron precursoras en casi todo. Me dijeron que tenía que parecerme a ellas, leer sus libros, escuchar a sus referentes y asentir con la cabeza.
Todas tenemos que ser útiles. Pero quizás ellas pensaron en mí como aquellas esclavas que les limpiaban la casa o criaban a los hijos a sus antepasados.
Querían que estuviese ahí con ellas. Me dijeron que será bueno para mí. Me dijeron que yo ganaba con esto. Me dijeron que podría ser como ellas.
¿Quien les dijo que yo quiero ser como ellas? Quizás ellas deberían parecerse a mí.
Madrid