“Me pregunto a donde pertenezco y si considero que mi cultura es colombiana. Lo que hago entonces es ir más atrás. Eso es lo que yo he hecho, encontrarme con mis raíces para sentirme bella, cómoda y adecuada dentro de lo que soy”
Lía Samantha
Es diseñadora, empresaria, cantante y presentadora, y desde sus roles hace resistencia, defiende las negritudes y trasciende lo colombiano en lo afrocolombiano para hablar del pasado que se remonta a África, allí donde verdaderamente está el origen de la historia. Lía, es una joven diseñadora afro, que ha logrado a través de la creación de sus prendas la visibilización de un pueblo apesadumbrado por las políticas de desigualdad imperantes en el país y por el adormecimiento de una identidad que se niega a salir de las sombras.
El insumo de sus creaciones está en sus telas, son africanas. Éstas son adquiridas en asentamientos afro que se encuentran a nivel mundial, y a los que Lía tiene acceso en las giras que realiza como cantante. “El año pasado, tuve la oportunidad de visitar Londres y allí me encontré con un barrio gigante en el que hay población de Somalia, Kenia, Senegal y de Congo, y hablando con ellos encontré las telas” (Lía, 2014)
Al ser una recolección de telas fruto de sus viajes, sus prendas adquieren valor simbólico debido a lo que comunican, la historia que cuentan, las manos de artesanas africanas que están inmersas en ella y la exclusividad de las mismas. Al igual que el sari (tela hindú), el chitenge o tela africana es única y tiene toda una narrativa implícita que se remonta a los inicios de la esclavitud y posee iconos representativos para el pueblo afro a nivel espiritual, sagrado y comunitario. “Los ancestros pensaban que las malas energías viajaban en líneas rectas, al vestir con estampados y colores, los malos espíritus se aíslan” (Lía, 2014).
“No le tengo miedo a que mis outfits sean recargados, es decir, lo que en ciertos lugares sería recargado, en África es glamuroso” (Lía, 2014). Esta propuesta logra emerger del confort occidental donde todo y todos deben vivir bajo la premisa de homogeneidad, para dar lugar a la ética, y parte de esa ética es dialogar con el pasado, darle valor a formas de vida propiamente constituidas desde siglos atrás y permitir a través de nuevos medios como las telas y las prendas que nacen a partir de ellas, que las memorias vuelvan al presente y se extiendan en la construcción y reconstrucción del legado africano que nos constituye como individuos y como comunidad.
Ana María López
Socióloga