La artista afroportuguesa Grada Kilomba presenta por primera vez al público en Brasil su obra ‘The Boat’ (El barco), una instalación en la que transporta a la audiencia a un barco esclavista para concienciar sobre el racismo.
Más de 100 bloques de madera quemada se encuentran ordenados en el centro de la sala de la misma forma en que colocaban a los esclavos, formando la silueta de un barco de 32 metros de largo, en Inhotim, el mayor museo a cielo abierto de América Latina, en el estado de Minas Gerais.
Al ritmo de la percusión, 17 artistas se adentran en el barco y a través de una poesía cantada en coro y la danza, cuentan la historia de la violencia, el miedo e incluso los afectos que ocurrían en los bodegones de esos barcos.
Una herida olvidada
Kilomba explicó en una rueda de prensa previa a la inauguración que tiene un gran interés en saber «cómo lidiar con las historias que nunca fueron contadas», como es el caso de la esclavitud y afirmó que con ‘The Boat’ intenta «recuperar la historia y comenzar a hacer lo invisible visible».
Según describe Kilomba, el racismo que perdura a día de hoy es cómo una «herida» dolorosa para las personas que lo sufren y que se basa en situar a «las personas negras fuera de la condición humana».
«Una muerte, una pena, una revolución, una igualdad, un afecto, una humanidad», es apenas una parte del poema musicalizado que se centra en devolver la entidad y dignidad a cada una de esas personas que fueron tratadas y comercializadas como animales.
Con todos esos elementos, Kilomba pretende transmitir una «sensación profunda» a la audiencia que les lleve a empatizar con el dolor que encierra la historia colonial y reflexionar sobre los resquicios que permanecen de esta época a día de hoy. EFE