Rihanna se ha convertido en la última mujer negra en actuar en uno de los eventos que más visibilidad tienen a nivel planetario, la Super Bowl. En la actuación, que no decepcionó, la nueve veces ganadora del premio Grammy cantó algunos de sus mayores éxitos.
Rihanna, que tiene catorce números uno, deslumbró a la multitud que asistía al partido en Arizona, además de a los millones que vieron la vieron el Super Bowl LVII por televisión. Pero lo más importante es que sumó a la lista la diversidad racial y de género en la historia de estas actuaciones.
Rihanna ahora es parte de una hermandad de mujeres que incluye a Patti LaBelle, Diana Ross, Janet Jackson, Beyoncé, Missy Elliott, Mary J. Blige y otras artistas negras que actuaron antes que ella. En 1972, Ella Fitzgerald sería la primera. ¿Por qué es importante? Porque Rihanna y otras mujeres negras trabajan en una industria dominada por ejecutivos que son en su inmensa mayoría hombres blancos. Este es uno de los problemas más persistentes y generalizados en el negocio de la música.
Por ejemplo, en la Recording Academy, el grupo que decide qué artistas musicales reciben los premios Grammy cada año, el 69% de sus miembros son hombres y el 67% son blancos, lo que es una mejora desde que implementaron un nuevo modelo de miembros que aprobaron hace cuatro años. A pesar de todo Rihanna ha sido nominada a 33 premios Grammy.
Antes de que Jay Z y Roc Nation comenzaran a trabajar con la NFL en 2019, muy pocos músicos negros aparecían en el escenario del descanso de la Super Bowl. La presentación del año pasado, una oda al hip hop de la costa oeste, significó un cambio. Fue un tributo masivo a Dr. Dré y contó con muchos artistas cuya música había producido. La pega estuvo en que la única mujer que subió al escenario fue Mary J. Blige junto a Dre, Snoop, Kendrick Lamar, Eminem y 50 Cent. Este año, Rihanna fue la única artista, acompañada por docenas de bailarines.
Rihanna no cobró por su actuación en la Super Bowl, como tampoco Beyoncé, Lady Gaga, Bruno Mars y otras megaestrellas musicales. La exposición planetaria hace que valga la pena hacerlo gratis. En el caso de Rihanna, no fue solo exposición para ella misma, sino también para otras mujeres negras talentosas a las que históricamente se les ha negado oportunidades para actuar en estos espacios.
Rihanna también ha roto otra barrera al ser primera mujer embarazada en encabezar el programa.
A muchas personas les puede parecer banal o poco importante la presencia de Rihanna en la Super Bowl. Seguramente oiremos voces críticas por alegrarnos de que un mujer rica y poderosa haya conseguido ser aún más visible. Oiremos eso del antirracismo liberal. Pero mientras esperamos que el privilegio blanco decida cambiar su mundo, debemos seguir ocupando espacios que no nos regalan. Bien lo sabemos. Porque muchas niñas negras pueden verse en Rihanna. Para ellas cantó en la Super Bowl.