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5 pasos que me ayudan a aceptar la diversidad de nuestros cuerpos

5 pasos que me ayudan a aceptar la diversidad de nuestros cuerpos
Foto by Shea Kendall

Después de estos meses de verano donde el bombardeo de la imagen del único cuerpo válido y deseado es uno, donde nos vemos expuestas a los escrutinios al mostrar nuestros cuerpos más descubiertos de lo habitual en espacios públicos, experimento cómo pongo mi foco de atención en cómo mi cuerpo se comporta, se muestra e interactúa. En este proceso de análisis, reflexiono sobre de dónde vienen los rechazos y  de lo que me ayuda a aceptar la diversidad nuestros cuerpos. A menudo participo en muchos espacios femeninos, y en mi propia reflexión, donde sale en algún momento el tema del cuerpo: lo mucho que nos disgusta que sangre, engorde, se reblandezca, se hinche, duela. La comparación con el cuerpo etéreo, impoluto, delgado, plano.

El pasado año 2017, y continúa con fuerza este año, se ha dado bastante voz al movimiento body-positive o  el cómo incluir a otros cuerpos que no sean los normativos en la representación de los mass media. Sin embargo, en las transiciones desde el «modelo normativo» al «modelo inclusivo» siempre ocurre algo: las contradicciones, la convivencia de ambos modelos y el todavía muy ostentado poder de los primeros sobre los segundos.

«En las transiciones desde el «modelo normativo» al «modelo inclusivo» siempre ocurre algo: las contradicciones»

¿Cómo manejamos nuestro empoderamiento con el bombardeo aún constante del único cuerpo válido? ¿Y cómo manejamos la culpa que nos provoca la contradicción de querer empoderarnos de nuestro propio cuerpo, pero seguir aceptando y deseando el ideal de belleza delgado y único?

1. Aceptar la gordofobia internalizada

Para mí, una de las cosas que me ha ayudado ha sido aceptar la gordofobia internalizada que llevamos cada unx de nosotrxs en el interior. ¿Qué es la gordofobia? La idea de que un cuerpo delgado es el único cuerpo que puede ser bonito y valorado. Un cuerpo gordo es rechazado, asociado a poca salud, vagueza, lentitud, sedentarismo. Los cuerpos gordos son censurados en el imaginario, en los espacios, en la sexualidad, en el deporte. Todos aquellos mensajes e imágenes que nos han transmitido durante tanto tiempo tienen un efecto y, desprendernos de ellos y quitarles poder, no es algo que ocurra de un día para otro.

2. Crear nuevas imágenes y discursos inclusivos:

Empaparme de nuevas imágenes y discursos inclusivos para construir una nueva norma: Todos los cuerpos son buenos y válidos. ¿Cómo? Las busco desde fuera, escogiendo escuchar voces empoderadas de mujeres negras que representen mi identidad, y las construyo desde dentro. A veces, nuestro cuerpo y/o identidad no tiene representación en la escena mainstream, pero eso no significa que no exista, porque tú existes, te puedes convertir en la propia representación de ti mismx.


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Lo apasionante de la diversidad es que es un continuo donde se pueden encajar muchos elementos e identidades en una persona y cuerpo. Las cicatrices son validas, la piel negra es válida, mi peso es válido, las estrías son válidas, la diversidad funcional es válida, la piel flácida es válida, el acné es válido, la caída del cabello es válido, mis genitales son válidos, el vello corporal es válido.

3. Sororidad y consciencia de mis privilegios

Ser sórica con los cuerpos de mis compañeras, validar y no juzgar nunca los cuerpos de las personas que me rodean, intentando no hacer comentarios y/o valoraciones sobre su imagen o belleza como primera interacción.

Por otro lado, una idea que a veces cuesta más de ver es que, aunque yo me sienta oprimida por el ideal de belleza de perfección, en la medida que mi identidad se vaya acercando al modelo normativo, hay elementos en mí que me proporcionan privilegios sobre otros cuerpos. Ser consciente de estos privilegios y acompañar y aceptar a todos los cuerpos oprimidos aunque no me representen, es el mejor paso para llegar a una inclusión real.

«En la medida que mi identidad se vaya acercando al modelo normativo, hay elementos en mí que me proporcionan privilegios sobre otros cuerpos.»

4. Autocuidado

Practicar el autocuidado cada día, elijo cuidadosamente los mensajes, espacios y actividades que hago cada día e intento alejarme de aquellos elementos que estén añadiendo toxicidad a la valoración de mi misma y de mi diversidad. Elige actividades, mensajes, imágenes que te proporcionen positividad a tu propia identidad. Puede ser escuchar mi canción favorita, beber agua, utilizar esa crema/mascarilla/baño para honrar a mi cuerpo, comer fruta, llorar, escribir, hablar con una persona que me agrade.

5. Cambiar desde la aceptación

Por último, si decido cambiar mi cuerpo o ejercitarlo, construir mi discurso a partir del amor incondicional a mi cuerpo sea como sea y desde la validez de la diversidad de todos los estados de mi cuerpo, no desde el rechazo y el odio a mi cuerpo.


Doris Otis Mohand

Afroandaluza. Psicóloga Sanitaria. Cursando Máster en género.
Feminista e inquieta sobre las relaciones de poder interseccional.


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