Sí, el racismo es real. No conoces un momento de tu vida en el que no se te haya señalado, juzgado, criticado e insultado por ser diferente.
Cuando eres pequeña, te importa mucho lo que digan los demás y sufres por ello. Sin embrago, cuando vas creciendo te das cuenta que te da igual. Ellos, los que insultan, son la pobre gente, los que no tienen educación ni valores, son los que tienen el problema y no tú.
El racismo sigue, simplemente que uno ya lo tiene asimilado, sabe que seguirá habiendo críticas, sin embrago, estas ya no afectan. Miento. No afectan tanto como cuando se es pequeño pero siguen doliendo. Es triste que nuestra comunidad tenga que soportar esto continuamente y que la sociedad lo tome como normal.
En los colegios… ¿cuáles son los colectivos insultados? ¿los niños ”marginados”? Los extranjeros y los que no lo somos pero nuestro color no es blanco, los que físicamente no se consideran “guapos” y la gente gordita, es decir, los que no cumplen con los patrones de “normalidad” y “belleza” occidental.
Esto es peor cuando eres mujer, “morenita”, “mulatita”… y tienes el pelo afro. No llegas a ser ni negra ni blanca y esto crea confusión y rechazo. Son temas tabú pero es así. Precisamente en el colegio/instituto siempre me sentí a gusto con la gente “marginada” actualmente, muchos de ellos, mis amigos. La sociedad tiene que aprender a ver normal a todo el mundo y no juzgarla por su aspecto físico, raza o color.
Como he dicho, antes me afectaban las críticas. A pesar de ello, nunca deje de sentirme orgullosa de ser afro. Ahora, sigo estando orgullosa.
Sin embrago, no sé si se trata de mi ciudad, pero yo, personalmente, apenas conozco a personas afro en el mundo universitario, en el mundo joven. Por eso hago un llamamiento a que nos levantemos, estemos activas en la sociedad y nos dejemos ver. Que estemos juntas para charlar sobre estos temas, que nos conozcamos entre nosotras, a pesar, seguro de todas las diferencias que tengamos, porque como se ha dicho en post anteriores, es fundamental que nos respetemos y entendamos entre nosotros para hacer frente al futuro que aún nos queda por recorrer.