Afroféminas

El increíble viaje artístico de Esther Mahlangu

Dra. Esther Mahlangu en el trabajo. Foto by Melrose Gallery.


Esther Nikwambi Mahlangu nacía un 11 de noviembre de 1935 en Middelburg, Mpumalanga, Sudáfrica. Acaba de cumplir 87 años. Perteneciente al pueblo Ndebele del Sur, Mahlangu comenzó a pintar con solo 10 años de edad, una habilidad que le enseñaron su madre y su abuela, siguiendo una tradición de su pueblo nativo Ndebele de que las mujeres pintan el exterior e interior de las casas. Gracias a esta tradición, que ella actualizó, comenzó su increíble viaje artístico.

El arte de Mahlangu se inspira en los patrones que se pueden encontrar en la ropa y las joyas del pueblo ndebele. Se trata de motivos muy coloridos y en forma geométricas. Hay que tener en cuenta que gran parte de su trabajo es a gran escala. Han pasado años desde que Mahlangu migró la forma de arte que surgió por primera vez dentro de las prácticas decorativas de su gente a una práctica de arte contemporáneo. A lo largo de estos años ha ampliado las posibilidades en su uso del color y la forma. Gran parte de sus avances creativos, sin embargo, no se tienen en cuenta debido a la insistencia en interpretarla como una ‘artista tribal/tradicional.

Mahlangu ganó atención internacional por primera vez en 1989 en una exposición de arte en Europa titulada Magiciens de la terre (Magos del mundo). Más tarde, en 1991, la marca alemana de automóviles BMW le encargó que creara un automóvil artístico, como lo habían hecho antes otros creadores de BMW Art Car (incluidos Andy Warhol, David Hockney o Frank Stella). El coche, un BMW 525i, fue el primer «Coche de Arte Africano» y estaba pintado con motivos típicos del pueblo Ndebele. Fue la primera persona y mujer no occidental en diseñar uno de estos autos artísticos. Posteriormente, el automóvil se exhibió en el Museo Nacional de Mujeres en las Artes en Washington, DC en 1994.


BMW 525i intervenido por Mahlangu

Entre 1980 y 1991 fue residente en el museo al aire libre Botshabelo, que presenta la cultura Ndebele a los visitantes. Sus diseños también fueron reproducidos en 1997 en las colas de los aviones de British Airways y, más tarde, la artista utilizó la misma técnica para pintar sobre el nuevo Fiat 500 con motivo de la exposición «¿Por qué África?» (2007, Turín).

El arte de Mahlangu es mundialmente reconocido y se exhibe a menudo a nivel internacional. Sus obras se encuentran en importantes colecciones privadas y en muchos museos occidentales. A pesar de ser una artista con tanta fama, sigue viviendo en su pueblo en estrecho contacto con su cultura.



Mahlangu sigue una tradición local a través de la cual este tipo particular de técnica de pintura se transmite en la familia, comunicado, aprendido y transmitido solo por mujeres. Estas pinturas están estrechamente relacionadas con la antigua tradición de decorar las casas con motivo del rito de iniciación de los niños. Entre los 18 y los 20 años, los jóvenes Ndebele acuden a «una escuela de circuncisión», el ritual que confirma su paso a la edad adulta. Para celebrar este evento las mujeres pintan completamente el interior y el exterior de sus casas con un preparado de estiércol de vaca y pigmentos naturales. También se aplican pinturas acrílicas de colores brillantes en diseños delineados por líneas negras. 

Aunque aparentemente simple, el arte de Esther Mahlangu destaca la tensión entre lo local y lo global, entre el ancla y el desapego. Ella fue la primera persona en transferir el estilo tradicional Ndebele de pintura mural al lienzo y después llegarían los demás soportes.



A pesar de continuar usando el mismo «vocabulario artístico» estrechamente ligado a sus tradiciones, Mahlangu ha aplicado los diseños a varios objetos, incluidos lienzos, esculturas, cerámicas, automóviles y aviones. También ha colaborado con varias marcas como EYTYS, Melissa’s, Beleverde o el Museo Británico.

La artista sudafricana creó una escuela que enseña a las niñas no solo a pintar, sino también a la técnica de pintar diseños en composiciones particulares de cuentas. La tradición no es una entidad estática. Como sugiere el trabajo de Mahlangu, la «tradición» es un campo móvil, orientado hacia el futuro y listo para incorporar diversos estímulos. 

Esther Mahlangu ha trabajado incansablemente exponiendo y desarrollando su talento viajando por todo el mundo, y le apasiona mucho compartir su conocimiento con las generaciones más jóvenes para dejar un legado que perdure.

Sus exposiciones:

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