La cantante Concha Buika dice que vive sin filtros y es verdad. Cuenta sin miedo y desnuda, no porque se haya quitado la ropa para responder esta entrevista, sino porque “aprendió a no vestirse”. Ir en cueros por la vida es tirar los escudos a la basura y atreverse a hablar mirando a los ojos y dejando que te miren de igual modo, aunque eso suponga que te vean por dentro, con todas tus debilidades, tus imperfecciones, tus miedos y tus contradicciones.
Sin embargo, ella lo prefiere. Explica que cuando ha tratado de engañar a “sus jefes”, que es la manera en la que se refiere a su público, a quien siente que se debe “porque le salvó la vida”, le han pillado y no la han comprendido.
Partiendo de lo anterior, en las líneas siguientes hay mucha verdad, confesiones a voces, acerca de la industria musical en la que existe mucho arte y también intermediarios que se quedan con dinero y a quienes la crisis económica actual ni les afecta, pese a no haber tenido que sudar nunca la camiseta en un escenario; también habla de una soledad que no es tal cuando creas, de amor, de música en tiempos de COVID19 o de las lágrimas de emoción que le provocó ver a tanta gente manifestándose en Madrid, con motivo de las movilizaciones mundiales de Black Lives Matter.
Pero además, esta “joven promesa con un futuro prometedor”, que es como se ha autodefinido, nos revela cómo ha sido gestar el álbum “África speaks” , un trabajo hermosisímo junto a Carlos Santana, y nos anticipa información sobre sus (pen)últimos proyectos: su gira mundial que, por la situación actual, será vía Streaming y “Exoplaneta Buika M 888 “, un podcast en el que es ella quien entrevista.
¿Cómo estás de salud y de ánimo con esto de la COVID19?
Estoy bien. Yo llevaba muchos años de gira y a mí esto me ha asustado como a todo el mundo y, de manera específica, como a todos los artistas que vivimos del directo. Sin embargo, reconozco que me hacía falta, desde hace muchísimo tiempo, poder estar en casa, descansar, ordenar discos duros, cocinar bizcocho, estar en familia y recuperar contactos…
Dado que tú resides en Miami, ¿cómo has vivido, a distancia, la situación de aquí, viendo las cifras altísimas de infectados y estando lejos de tu familia en Mallorca?
Es que si hay amor, no hay distancia ni soledades. Lo que uno tiene que pelear siempre, con o sin COVID19, es por el amor de los suyos. Luego, puede venir lo que sea que si tú has trabajado ese amor, la distancia es un fastidio pero se sobrelleva, puedes estar en contacto de manera constante y gratuita gracias a las redes.
Menuda época esta, ¿eh?, aparte de lo anterior, el asesinato de George Floyd y las protestas a nivel mundial del movimiento BLM…
Ha sido y es muy fuerte, en muchos lugares se mantienen las protestas, de hecho. Da mucha pena y, al tiempo , orgullo ver a toda esa gente denunciando una realidad que no es nueva y que genera hartazgo. A veces, de lo más feo, de lo amargo, sale la dulzura y lo más rico.
¿Has estado al corriente de cómo se han desarrollado aquí las cosas a ese respecto, con un montón de actividad en redes sociales, pero también en la calle?
Sí, me he ido enterando un poco. Lo cierto es que llevamos desde el día que nacimos en rebeldía y manifestación constante. Lo que pasa es que la lucha de un soldado es menos visible que la de todo un ejército. El día que vi las manifestaciones en Madrid de BLM, lloré. Me sentí más añorante de casa que nunca.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que esa lucha es de muchas personas en el mundo que no solo son negras. Lo que pasó con George Floyd sacó a todas las personas que no se sentían entendidas en su origen y en su naturaleza.
¿Condiciona el contexto actual tu creación, tu manera de crear o de interpretar?
Sin duda ha condicionado mi creación, porque el hecho de poder disponer de más tiempo para estar en el estudio, lógicamente, suma. Yo estoy teniendo tiempo de hacer cosas maravillosas. Ahora bien, a la hora de la proyección, de momento, solo podemos contar con las RRSS.
Al no tener horizonte, dado que no sabemos si la COVID19 se controlará en el 2025, mañana o cuándo, no podemos estructurar nuestro tiempo y ponerle un principio y un final. Eso yo creo que desestabiliza a todo el mundo, se dedique a lo que se dedique y a los artistas, en general, nos atasca la vida. No obstante, el ser humano será feliz mientras siga teniendo la capacidad de adaptarse. En la actualidad nos está costando adaptarnos por la laxitud de vida que hemos llevado, hacíamos lo mismo todos los días, con las mismas personas. De repente, cambiar de rumbo de manera brusca es algo que se nos había olvidado, pero no significa que sea una capacidad que tuviéramos muerta. Esto nos servirá para despertar y decir, “¡coño, estoy vivx!”.
También habrás tenido tiempo para reflexionar acerca de tu carrera…
Sí , el parón me ha servido para pensar y eso me ha permitido descubrir mucho de mí como artista. Francamente, considero que se podrían escribir siete enciclopedias con todo lo que una no sabe de sí misma También me ha sido útil para descubrir a mucho ladrón. El trabajo de un artista depende de muchas personas que se llevan porcentajillos de los que tú ni te enteras.
Cuando escarbas en tu carrera y te das cuenta de que tú eres la que se sube al escenario y grabas la música, pero que hay un montón de gente que va en Mercedes y que ahora, en crisis, están en sus piscinas mientras los artistas necesitan ayuda para poder comer, me revuelvo. Este parón me ha permitido ver la realidad.
¿O sea, que los recovecos del arte son de todo menos arte?
O más bien, tienen mucho arte (dice haciendo con la mano el gesto que usamos para aludir al robo)
Hay profesiones, como el periodismo televisivo, en las que, al menos aquí, la edad juega en nuestra contra, especialmente si somos mujeres. No me refiero a que no seamos buenas que, al contrario, cuantos más años, más experiencia, sino a que salvo en los canales públicos o en los programas de corazón, prefieren poner delante de la cámara a mujeres jóvenes, guapas, de acuerdo a parámetros normativos, y delgadas, ¿qué hay de tu ámbito?
Yo me acerco a los 50 y siento que soy una joven promesa. Estoy preparada para el rock’n’roll, hasta ahora han sido ensayos, ahora estoy lista para el show de verdad.
JA, JA, JA.
Tengo un futuro prometedor, cariño.
Hemos hablado de las consecuencias del confinamiento y la pandemia y una de ellas sería tu gira, que comenzó el día 15 y es vía streaming…¡Cuéntanos cómo será!
Me hacía mucha falta proyectar mi voz en dirección a alguien, es algo a lo que estoy acostumbrada.
A mí el público me salvó la vida. Tenía mucho descrédito de mi persona, tanto a nivel personal como a nivel de mi entorno. No culpo a nadie, tú educas como te educan. La gente que te dice que te quieras es la misma que te dice “ay, niña, ¿tú eres tonta? “, por no llevar el camino que te han pautado: ir a la escuela, aprobarlo todo, hacer una carrera… Yo me escapaba de todo eso, era un desastre y una gamberra, en cambio, en mi familia habían estudiado. Ese descrédito pasó a ser un adoctrinamiento e intoxicación que se tradujo en que cuando cumplí una edad, cada vez que iba a buscar un trabajo y me hacían algún test yo me decía “yo no puedo hacer esto porque no soy capaz” y ni siquiera lo intentaba. Quizá, lo hubiera hecho de forma correcta, pero ni lo intentaba.
Sin embargo, la primera vez que me subí a un escenario y vi cómo me aplaudía la gente pensé “o toda la gente de aquí delante que me ovaciona está loca o quienes decían que yo no valía para nada me estaban engañando”. Entonces me abracé a mi público y me reconcilié con mi entorno gracias a que quienes me aplaudían me dieron esa fuerza. Todo lo demás es un engaño, te hacen pensar que tu jefe es tu marido, la discográfica, tu mánager, ¡mentira! tu jefe es tu público y tenemos unos jefes guapísimos y buenísimos. Mientras te enfoques en ellos y te olvides del resto, no te abandonarán.
¿Y cómo está siendo? ¡Queremos verte!
Está todo en internet, nena, yo no me entero mucho de eso. Nunca lo he llevado muy bien, soy muy analógica. Me considero una artista hecha al escenario que ha aprendido a manejar la majestuosidad del directo, su aire, su luz , que sea más o menos oscuro, que brille más o menos… y eso condiciona las emociones de quienes están viéndote. Es la magia del directo, se trata de una responsabilidad muy grande, es muy difícil y muy bonito. Pero claro, ese es mi trabajo y yo siempre he tratado de ser el mejor soldado en el directo, razón por la cual pensé que a través de las pantallas no se me daría bien. Luego me dije, “qué va, somos quienes somos a través de lo que sea”. Si en una foto hemos podido ver la tristeza de alguien, o su alegría, entonces, yo creo que estos shows me devolverán el contacto con mis jefes. Tengo ganas de verles y contarles todo lo que me ha pasado. Cuando yo les cuento lo que me pasa sin mentir y les explico que he sido la responsable si lo he sido; que me he equivocado, si me he equivocado; que me ha dado un ataque de celos, en caso de que haya sucedido… Sé que está mal pero lo cuento y siempre me entienden. Cuando he tratado de engañar no me han comprendido.
Hablando de esa verdad y del escenario y tus jefes, ¿cuál ha sido el momento más bonito que recuerdas sobre las tablas?
Esa pregunta es muy difícil porque para mí el escenario es un trance. El pacto que yo he hecho con el trance es no recordar, no cargarme con eso. Yo nunca he visto un show mío, ni un vídeo en internet. Jamás veo o escucho nada, el pacto con la musa consiste en que cuando ella venga, yo estaré preparada para albergarla. Para recibir tremenda descarga tienes que ir sin equipaje, sin miedo, casi sin memoria y así la musa se expresa a través de ti.
De África, en los medios no africanos, suele hablarse siempre en términos negativos, pero entonces vas tú y, en tu último disco, titulado “Africa Speaks”, creas junto a Carlos Santana una carta de amor al continente, o eso dijeron en la revista Rolling Stones.
¡Qué guay, no sabía que habían dicho eso en la revista! Me encanta. Gracias por decírmelo. Yo creo que África tiene esa historia de las reinas silenciosas: habrá quien piense ¡qué bello es ser reina! Y, sin embargo, tienes que vivir que eres reina y sufrir que eres reina. África tan rica, con su oro, sus diamantes, su coltán, parece tener de todo, sin embargo, también tiene un hambre del carajo. Es como estar enfermo eternamente teniendo todo para estar bien. Es muy complicado.
Fíjate qué curioso que las personas más inteligentes y estudiadas son las que más joden el mundo, pisan sobre alfombras de oro que ponen encima de la mugre para no no mancharse los pies. Las personas más preparadas son las que tendrían que entender más, tener más empatía, sin embargo, son quienes más lo joden todo.
Me encanta el título, traducido “África habla”, y tanto, siempre lo hizo, de hecho la transmisión oral tiene un peso importantísimo en las culturas que la habitan, ¿qué te ha llegado a ti de ese relato, en este caso del pueblo bubi, y qué procuras no olvidar nunca?
Muchas cosas. Lo que pasa es que yo, nacida en España, ya he crecido en un híbrido, en un mundo extraño, lleno de recuerdos y de tradiciones ya mal formadas por el deterioro que provoca el paso del tiempo y, por otro lado, plagado de nuevas tradiciones a las que estás obligada a plegarte para poder formar parte de un entorno que, en realidad, es el único que has conocido. Yo lo que tengo en la cabeza como tradiciones son un amasijo de informaciones medio confusas que trato de respetar a medias y eso me hace sentir unida con mi madre y con mis hermanas. A veces, ni siquiera sé si son reales, seguro que muchas me las invento para impresionar a mi novio y esas cosas, jajajajaa.
Hablando en serio, podría decirse que somos seres del futuro. Nos tenemos que acostumbrar a eso. Nosotras crecimos en una época en la que el pasado estaba muy presente. Planeaban sobre nosotras las historias de nuestras abuelas y bisabuelas que dictaban cómo debían hacerse las cosas, en base a cómo se habían hecho, pero de repente, nuestro mundo era otro.
Mi pregunta ahora es ¿acaso es necesario sentirse de algún sitio? A lo mejor, con el mundo actual, ya no.
Entrar al desierto con medio vaso de agua, a lo mejor no es lo más adecuado, pero cuando llevas toda tu vida caminando por el desierto con medio vaso de agua para ti es costumbre.
La identidad es lo que haces cada día por ser quien eres. Yo entiendo que es muy importante que una persona cuente como una base que le sirva para entender por qué funciona como funciona. Perfecto, que se lo cuenten sus abuelxs, sus padres o sus madres, ahora bien, que viva su vida. Y su vida es la de una persona que ha nacido en no sé dónde, que se siente de donde se siente pero que, al final, está en lo que está. ¿En qué? En pagar su casa, en sacar su canción, etc… No hace falta sentirse de ningún sitio, no hace falta estar tan ensimismadxs en nosotrxs, a veces, está bien olvidarse y vivir. Sostenerse ya es difícil. Puedes ser muchas cosas al mismo tiempo y eso puede implicar quitarse un peso de encima.
Lo más grande que yo podía haber heredado es mi sentido del humor y mi capacidad para relativizar las cosas. Yo aconsejo a todxs mis hermanxs que la ofensa se la lleven a la punta del zapato y cuando se sientas ofendidos, le peguen una patada a una piedra grande. Eso es un truco que tienen las personas que quieren dañarte para que te desestabilices. Antes de eso, hazlo tú, dale la patada a esa piedra. Que todo lo que tenga la capacidad de hacerte daño venga de ti, no les demos a lxs demás esa capacidad. Si tú te has levantado con un “mood”, pues da igual lo que te digan, tú sabes quién eres.
Hablando de tu ascendencia bubi, en la anterior entrevista para Afroféminas, cuando te preguntaron cuáles eran tus referentes, citaste a tu madre. Es fundamental dar valor a los referentes cercanos, así que aparte de ella ¿ a quién sumarías a esa lista de personas que son un ejemplo para ti?
Mi madre es mi referente por mil razones, tantas que me sería imposible nombrarlas todas y a esa lista sumo a todas las mujeres de la Historia y a todas las que quedan por venir, porque somos tremendo animal. Por nosotras vivo y me quedaré el resto de la eternidad.
La música africana es la base de muchos de los estilos que escuchamos hoy y que hemos escuchado a lo largo de la historia pero ahora, además, la que proviene especialmente de Nigeria, aunque no solo, está ganando adeptxs en todo el planeta y se baila en discotecas que no son únicamente de música africana. Beyoncé, por ejemplo, sacó el álbum “Black is King” en el que contó con un montón de intérpretes africanos (con todo, no podemos obviar la polémica que se ha generado por la que mucha gente califica de representación estereotipada, esencialista y capitalista del continente en la película musical) ¿cómo ves tú ese crecimiento imparable? África habla y crea y toca y canta y esculpe o pinta desde siempre, ¿acaso ahora la miran de otro modo?
Creo que todo reconocimiento es bueno, sin embargo… te pondré un ejemplo: te dan un premio u otro pero abres la nevera y ves tu nevera vacía, ¿entonces, cuál es el reconocimiento? ¿que te reconozca Beyoncé? ¿quién es ella para reconocer a la gran dama que es África? Ni mil Beyoncés podrán hablar nunca de lo que es África y no lo digo específicamente por ella, que es una artista maravillosa, sino porque es importante valorar eso del reconocimiento. Yo vivo en mi exoplaneta, en mi pequeño mundo, fuera de la Tierra, pero debo decir que África se merece reconocimiento no tanto por su arte, que también, como por estar sosteniendo a este mundo de privilegiadxs durante tantos siglos sin retribución ninguna.. ¿Hasta cuándo el payocentrismo? Y, ojo, no se trata de una historia de blancos contra negros, puesto que hay blancos a los que también les duele. Con todo, es una lucha que debe empezar desde el continente.
Dado que he citado a Santana un poquito más arriba, ¿cómo es trabajar con él?
Increíble, es bien lindo, me lo he pasado súper bien. Estuvimos en Malibú, en el estudio Shangri- La y estuvimos trabajando varios días ahí. Me lo pasé taaaan bien. ¿Sabes lo que pasa? Que Santana es un cachondo, pero a la vez es alguien con una conciencia muy fuerte de la humanidad. Entonces, resulta un personaje muy pintoresco que habla mucho y dice mucho. Estuvo en tiempos muy importantes de la música y cuenta cosas interesantísimas.
No obstante, tú ya has trabajado con auténticos genixs como Chavela Vargas, Bebo Valdés, Mariza o Chick Corea, por poner solo algunos ejemplos, ¿qué se aprende en esos intercambios?
Yo lo paso mal porque soy muy tímida y los famosos me dan un palo que te cagas, me pongo muy nerviosa, así que me retraigo un poco. No solo continuar las relaciones, asumo que soy rara. Mientras estoy trabajando siempre me lo paso muy bien, porque el trabajo para mí es una adicción, mi vida, sin embargo, cuando termina, no llevo bien ir a cenar, quedar, ir a no sé dónde… A mí me gusta estar en mi mundo, a mi bola, en mi exoplaneta, con mis canciones, mis poemas, mis fotos… También me gusta la compañía de lxs demás, ojo, pero adoro mi espacio.
¿Acaso tú no te sientes famosa? Te lo digo porque yo la noche pasada no dormí por el hecho de que hoy iba a entrevistarte…
Yo creo que a ti te ha pasado eso no tanto por lo de “la famosa” como por la persona a la que ibas a entrevistar, porque estoy segura de que hay famosxs que no te ponen nerviosa. Según me has dicho eso, yo he pensado en la noche anterior a encontrarme con mi novio por primera vez. No dormí, me puse súper nerviosa. Dos días antes quedé con un colega y llegué tarde porque me quedé dormida. Hay personas con las que una tiene una conexión de la que no se puede hablar debido a que no hay datos, pero que existe. No sé por qué pero creo que voy a conocer a una comadre, pensaste, quizá.
¿Pero has interiorizado lo que supone lo que significas para la comunidad afro? ¿Tú sabes el orgullo que es para mucha gente que estés donde estás?
Yo no soy consciente. Creo que una de las cosas que le agradezco a la vida es que, pese a los tragos amargos, no se me ha quitado la inocencia. Es más, mi inocencia ha crecido. De niña, de hecho, era un bicho, las liaba pardas…
¡¿Ah sí?!
Sí, pero luego lo he entendido. La creatividad es una putada, hasta que descubres lo que te pasa , pero si no la dominas, de niñx, inventas unas historias que para qué.
Y a veces hasta la aplacas.
Sí. Yo tengo que reconocer que me divertí mucho y me encantó lo que descubrí, lo que había detrás de contar la verdad.
¿No tienes miedo a desnudarte y contar la verdad en un mundo en el que mucha gente va con escudo?
Más que desnudarte, aprendes a no vestirte. No es algo tan simple, me consta. Desde tu naturalidad sin filtros, si alguien se ofende, entiende que tú puedes hacerte responsable de lo que dices pero no de lo que el resto entiende.
Vivir sin filtros a mí me ha traído solo amor por parte de las personas de mi entorno.
En algún punto de la entrevista, hemos hablado de etiquetas, de alguna manera… ¿No estás cansada, tantos años después de comenzar tu carrera a nivel profesional, de que te pregunten acerca del estilo de música que haces, que si flamenco, que si no flamenco, que si…? ¿Sigues respondiendo? ¿El qué?
No me he enterado mucho porque vivo en mi mundo. Yo contestaría a todo que sí. Soy una buenrollista total.
¿Y crees que ser buenrollista es un ingrediente fundamental de alguien que se dedica al arte a tu nivel?
Creo que sí, aunque cada uno tiene que ser como es. Yo decidí ser buenrollista, no me lo trajo la vida. Por elección dejé de lado la tristeza o los traumas sin sentido, ¿para qué si quiero estar tranquila, vivir bien, comer bien y echar unos polvos que te cagas?.
Tiene que haber un momento del día en el que si tienes complejo por no sé qué o recuerdes algo malo, desconectes como sea, haciendo deporte, viendo una peli o de la manera que decidas.
Chavela (Vargas) me dijo una cosa muy bonita acerca de las mujeres pero yo lo traslado a todas las personas: no hay que tenerle miedo a la soledad, hay que buscarla. Un ratito al día, un día a la semana, cuando sea, pero hay que buscarla porque es el único lugar desde el que tú te puedes construir sin ideas de otrxs y eso es importante.
La mujer no tiene que tenerle miedo a la soledad nunca.
El confinamiento nos ha enseñado eso, creo…
Estar solx es un hecho y no pasa nada. Sentirse solx es para mí no tener ideas. Hay tanto que hacer que es maravilloso.
El regalo más grande que me deja mi madre es el no tener esa capacidad de sentirme sola. Mi madre estaba haciendo cosas todo el tiempo, se graduó en la universidad con 70 años. No para, hace, hace, hace… Eso y su fe han mantenido su capacidad de seguir. Hay que dedicarle tiempo a dejar un legado, ya que es una manera de continuar, enseñar algo, dejar huella, que tu mensaje continúe.
Un día, una mujer mexicana me contó su historia en un hotel de Los Ángeles. Me dijo que no tenía documentación y que le pagaban mal, sin saberlo, salvó el show de esa noche por una serie de circunstancias y nunca lo sabrá. Gracias a ella no se canceló. Eso demuestra que todas las personas de este mundo somos importantes. Ella me dejó su huella.
Santana me comentó que parte de nuestro trabajo consiste en hacer saber que todas aquellas personas que no tienen voz sepan que son dignas hijas y portadoras de la Gracia de Dios, de lo más bello de este mundo, y es verdad. La vida en sí nos hace especiales a todxs y eso es algo que yo quiero trasladar a todxs mis hermanitxs afrodescendientes.
¿Y hacia dónde vas? Me llega que has puesto en marcha un podcast en el que serás tú quien entreviste… ¿cómo es ese espacio?
Sí, me lo estoy pasando muy bien. Es un podcast que hago desde mi mundo y se llama “Exoplaneta Buika M 888 “y es un rincón maravilloso desde el que puedo hablar con total libertad sin temor a represalias, en el que puedo entrevistar a mis amigxs y a la gente que conozco sin miedo a nada porque estamos fuera del Sistema Solar. Pinchamos música muy buena que solo le pertenece al autor y nos lo pasamos súper bien tomando algo cada unx desde su universo. Todas las personas tenemos un planeta personal desde el que podemos hablar con total libertad. A veces uno miente más que por miedo a que se descubra la verdad por temor a que esa verdad no sea entendida. Desde mi exoplaneta lanzo el mensaje de que hay muchos seres en un montón de planetas que seguro que te entienden.
Por ahora ha pasado Moisés de los Yakis, un grupo que me tiene loca; Santiago Cañado un trombonista que está haciendo un trabajo espectacular; va a pasar Alfonso, de Shangay ; también hablaré con Rossy de Palma para que se me ponga en conexión y así una lista de amigos que tienen ideas para enseñarle al mundo y que, a lo mejor, no tienen ganas de pasar por toda esa intermediación.
Te estás divirtiendo y se nota.
Estoy gozando mucho. Reconozco que he tenido mucho susto con el trabajo, pero ahora más que susto, se ha ido a la caja de la añoranza. Vamos tirando para adelante con lo que sea. Añoro subir al escenario y el hambre, porque los artistas nos alimentamos del hambre más que de la comida. Vuelva o no vuelva el mundo anterior, hay que seguir y sea como sea el mundo que venga es importante que nos sintamos plenxs.
¿Un deseo para lo que queda de este 2020?
Que estemos todxs bien, que nos enamoremos cada día de lo que estamos haciendo, que estemos fuertes en el corazón, que aprendamos a escuchar de dentro hacia fuera y un poquito menos de fuera hacia adentro, que tengamos filtro para lo que nos pueda dañar, que estemos fuertes.
Que disfrutes de la gira y con tus jefes aplaudiéndote y abrazándote en la distancia. Te seguimos.
Lucía Mbomío
Periodista, actualmente en “Aquí la Tierra” en TVE
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