Cuando pedí a la intensivista Elisa Cebrián Sale que se presentara me dijo que “es afrodescendiente y de Valladolid de toda la vida”, como si estuviera respondiendo a una pregunta que le han hecho demasiadas veces las personas que consideran que si naces en Castilla, tienes que tener otro color de piel.
En la actualidad, trabaja en el Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan, en Ciudad Real, una de las provincias que más se ha visto golpeada por la pandemia reciente.
A lo largo de una entrevista extensa, sincera y dura, Elisa, contesta a muchas de las dudas que tenemos relacionadas con la COVID19, no solo en lo que respecta a la propia dolencia sino en lo concerniente a la gestión que se hizo y las consecuencias que ha tenido sobre la población en general y, también, en el propio personal que no dejó de trabajar en centros saturados, desabastecidos y mermados por los recortes.
Algunas pistas: el sistema sanitario español es más frágil de lo que creíamos; las noticias que se han dado, desde los medios de comunicación, han marcado un centro claro y una periferia de la que se ha infrainformado o, directamente, no se ha informado hasta que ha sido demasiado tarde; y mientras la población estaba “sedada con ideas positivas hasta el exceso”, había una comunidad hospitalaria (que incluye no solo a quienes se formaron en medicina, enfermería, etc… sino también a celadores o personal de limpieza, como ella misma explica) que no ha podido parar de enfrentarse a diario a un monstruo desconocido y letal. Que se lo digan a Sara Bravo, la doctora de 28 años que falleció con COVID19 y a la que Elisa recuerda.
Ahora están agotadxs y con necesidad de reconstruirse. Pusieron la sapiencia, el trabajo y el cuerpo. Si sienten que tienen que reconstruirse es porque, al menos por algunas partes, están rotxs.
Por si sirve de algo, GRACIAS.
Trabajas en una de las provincias de España en las que más mortalidad ha habido (por 100.000 habitantes) a causa de la COVID19, ¿qué sucedió en Ciudad Real para que fuera así?
Para el resto de España, según nos han descrito los medios, hay una cepa de virus diferente y más agresiva que está estudiando el instituto Carlos III. Ya veremos los resultados de esas investigaciones… Para los habitantes de Ciudad Real está muy claro qué ha influido en esta mortalidad:
1) Dependencia de Madrid, ya establecida desde la inauguración del AVE en 1992. Todos los días muchas personas van y vienen a trabajar a Madrid o viceversa, pero también hay muchas familias de Madrid que tienen parientes en Ciudad Real que visitan a menudo y que, además, se desplazaron aquí para pasar el confinamiento, por lo que se extendió rápidamente a la población.
2) El sistema sanitario español, pero en particular en Castilla La Mancha, es muy frágil. Hay áreas de salud escasamente dotadas para los habitantes que atienden. Los traslados a otros centros de mayor capacidad o con mayor nivel de complejidad son habituales, pero cuando a esos centros se les exige que aguanten (autogestión podríamos denominarlo) y multipliquen su capacidad por una pandemia, asoman la falta de personal y medios técnicos necesaria para tal fin por lo que, en seguida, los hospitales se resienten. Ha pasado así en muchos sitios de España y esta región no ha sido una excepción. Sin embargo, se le suma que, a nivel político, no se ha reconocido un foco de contagio muy importante en la zona de Mancha Centro, con epicentro en Tomelloso, por lo que no se adecuó esta área con medios extras para rastrear contagios, hacer test de forma precoz y posteriormente generar una red eficaz de gestión sanitaria para atender a todos los casos graves, incluso apelar a la UME o a la consejería de Sanidad con el fin de montar algún hospital de campaña o abrir el Nuevo Hospital de Toledo que sigue cerrado… En situaciones de pandemia hay muertes evitables por saturación del sistema, y eso también está relacionado con las cifras de fallecimientos en la región.
3) La información que la sociedad ha recibido de Castilla La Mancha y Ciudad real en particular ha sido a través de unos medios de comunicación sesgados que solo hacían eco del mensaje de concordia del gobierno: hablar de los primeros focos, de Madrid y Barcelona, los aplausos y la UME; por lo que no ha habido una conciencia social suficiente que entendiera o pidiera explicaciones de qué estaba pasando en Ciudad Real. Un ejemplo claro de esto son los focos de las residencias de ancianos que suscitaron tanta alarma en Madrid. En Tomelloso (el pueblo de España con mayor mortalidad por habitante) había una residencia que también estaba sufriendo lo mismo desde hacía días y no se hizo ningún reportaje hasta una semana después de las retransmisiones de Madrid y Guadalajara.
Ahora asoman los datos y todo el mundo se escandaliza, pero semana a semana estaban en la página del Ministerio de Sanidad (incidencia de contagios, mortalidad por todas las causas, para empezar a indagar). Hay un canal de Youtube de un profesor de Economía universitario de la UCLM (Universidad de Castilla La Mancha) que ha estado analizando la curva de contagios y la relación entre ingresados, camas, pacientes críticos en UCI y fallecimientos semanalmente. Víctor Raúl López Ruiz “Análisis Coronavirus: El colapso a finales de marzo en UCIs, desescalada por regiones y previsiones” https://www.youtube.com/watch?v=jOaKdBeRLOA
¿En qué se han traducido estas cifras para el personal sanitario? ¿Cómo lo habéis vivido?
Es difícil todavía hacer un balance de esta experiencia vital traumática. Para mí desde el 20 de marzo que me incorporé de un permiso por cuidado del menor, no he sido capaz de pensar en nada más que en el hospital y los pacientes hasta hace unas semanas. Sin poder planificar nada, sin poder dedicarte a nada más que a la gestión de la COVID19. Todas las energías disponibles para enfrentarse cada día a esa enfermedad.
Mucha gente lo ha comparado con una guerra y creo que se refieren a trabajar en lugares de conflicto bélico y emergencia humanitaria, que es lo que ha supuesto esta pandemia. Utilizar los recursos disponibles en el día de la mejor forma posible. Tomar decisiones al minuto y trabajar bajo un nivel de estrés emocional, físico y mental extremos. Información sobre tratamientos cada día, intentando entender una enfermedad jamás estudiada hasta hace pocos meses. Siempre dudando de si el EPI protege (o lo que se ha podido denominar Equipo de Protección Individual en estas circunstancias, que también daría para otra entrevista), o si has hecho todo el procedimiento de ponértelo y quitártelo correctamente, pensando constantemente no en tu propia vida, sino en proteger a tu familia. Ese miedo compartido a lo desconocido, a la gestión de situaciones cada vez más impredecibles. Noches y noches sin dormir absolutamente nada (nosotros hacemos guardias de 24h… o en esta situación las horas que hiciera falta) y mañanas sacando más trabajo adelante estando extenuados. Lidiar con el drama humano de familias separadas porque no podían visitar a los pacientes, y comunicar malas noticias constantemente por teléfono. Casi todos los proyectos de mejora de las UCIs y los hospitales hablan de un trato humano que en estas condiciones ha sido muy difícil, y eso también ha sido especialmente complicado para nosotros, la sensación de deshumanización he desamparo ha sido algo constante entre pacientes y profesionales, por mucho que hayamos intentado solucionarlo. Igualmente, esta situación no es del todo comparable con regiones de conflicto bélico donde además puedes tener escasez de higiene (fundamental para evitar contagios) y comida. Pero desde luego, lo que ha vivido y está viviendo aún la comunidad sanitaria en España (hago hincapié que eso incluye facultativos y enfermería, pero también auxiliares, celadores, limpieza, administrativos, seguridad…todo aquel que esté trabajando en un centro sanitario) supone un trauma vital colectivo.
También se ha experimentado cierto descontrol en torno a la cantidad de información que se compartía por las redes entre sanitarios y no sanitarios, con grandes posibilidades de aplicar conocimientos científicos en poco tiempo, pero también con bulos y otras cosas similares que añadían mayor exigencia a la hora de tomar decisiones médicas.
¿Y cómo lo ha vivido la población, en general?
Creo que los familiares de sanitarios con mucha preocupación. Y el resto de la población general se les ha mantenido sedados con ideas positivas hasta el exceso, e intentando que no cundiera el pánico han dejado a la población amortiguada de este problema social, económico, familiar y sanitario. Nos han tratado como niños. Y ahora cuando se produce el desconfinamiento, sale a la luz que hay gente muy poco responsable, porque siguen con la idea de que solo los ancianos han fallecido… Pero en algunas zonas, como en Ciudad Real, ahora podremos apreciar las ausencias de personas sanas y trabajadoras que han fallecido o que se encuentran recuperándose de formas graves de la enfermedad, con secuelas devastadoras: su nueva normalidad quizá es estar con oxígeno todo el día, o afrontar otras consecuencias del virus como se ha descrito la embolia de pulmón o afectaciones neurológicas graves. Esas nuevas normalidades no son solo para las normas de relacionarnos socialmente. Hay gente que no va a volver a su normalidad nunca. Cuando he sido capaz de dialogar con amigos o familiares de la situación que estamos viviendo en el hospital les parece sorprendente. Todo el mundo se ha volcado en ver las cadenas de televisión más importantes, pero no ha sido capaz de buscar otras fuentes de información… o no ha querido asumirlo.
Y a día de hoy, que la curva ha bajado, ¿qué tal? porque es como si, hasta ahora, no hubierais podido siquiera parar para preguntároslo.
Ahora toca que los sanitarios nos preocupemos por nuestro propio bienestar. Todavía estamos temblando, ¿sabes? y el miedo a un rebrote está presente siempre. En caso de que ocurriera creo que nuestro equipo estaría más preparado para una gestión sanitaria más eficiente, y formas también de involucrar al resto de la sociedad para que mejorara la atención y la gestión sanitaria en este contexto.
Para mí, es un momento especialmente duro de gestión emocional. De llevar el luto por los pacientes que hemos perdido. Y también de despedirnos de una forma de hacer La Medicina que nos hacía sentir seguros, ahora que todavía no sabemos si habrá un rebrote en otoño. También nos hemos quitado el velo y hemos comprobado que el sistema sanitario español no es el mejor.
En fin, es una etapa mundial de crisis como lo fue la postguerra de la Primera Guerra Mundial, y los valores que teníamos han sido arrasados en gran parte. También las personas necesitamos reconstruirnos.
Quién va a cuidar a quienes no habéis dejado de cuidarnos.
En mi caso, con comida casera y cuidando de mi hijo que tiene menos de un año. El apoyo familiar es esencial porque hace que te sientas más humana ahora que hemos sufrido tanto… También está siendo muy importante el apoyo psicológico profesional. Antes de esta situación estaba trabajando con una psicóloga @marjoriepaolahurtado que me está ayudando a trabajar desde una perspectiva decolonial y afrofeminista, y encontrar puntos de apoyo para aguantar semanas seguidas de trabajar a destajo. En los hospitales y el nuestro no es excepción el equipo de Psicología Clínica está trabajando con profesionales, pacientes y familiares de pacientes, aunque no se sabe cuánta continuidad habrá a este proyecto una vez termine el estado de alarma. Y toda ayuda es poca. Tirando de amigos que saben escucharte y otrxs compañerxs con lxs que puedes compartir tus experiencias sin sentirte juzgada.
Dado que es tiempo de hacer balance, ¿crees que las cosas se podrían haber hecho de otra manera?
Desde luego. Todavía hay mucho que aprender. A nivel científico ahora hay que recoger los datos de los pacientes que hemos atendido y buscar concordancias. A nivel local, nacional y europeo se está intentando sacar conclusiones, fundamentalmente saber qué tratamientos han funcionado mejor y cuáles son los factores pronóstico de la COVID19. Complicaciones de tratamientos y otras manifestaciones de la COVID19 además de la respiratoria… Hay que dejar también reposar los estudios y todo lo que se ha estado publicando, volver a leerlo y revisar posibles errores.
Referente a la gestión del gobierno en tema sanitario, creo que no se enfocó desde el punto de vista adecuado. Realmente, ha supuesto una gestión en el gasto económico tomar el control de la sanidad de las comunidades. Pero lo que ha faltado es una red hospitalaria nacional que permitiera mandar pacientes no solo a otras comunidades sin dificultad, sino a otros países. Me sorprendió leer un artículo en Medscape (plataforma internacional sobre avances científicos) donde Groeneveld, una eminencia en ventilación mecánica, había llegado a recibir pacientes españoles… Y ahí me pregunto, ¿dónde estaba el formulario o el sistema para hacer eso disponible en nuestro hospital? ¿Quién ha utilizado el tren sanitario que anunciaron en la tele? Mucha gestión sanitaria ha sido de forma individual, caso por caso, lo cual ha hecho que sea terriblemente complicada y extenuante, dado que no sólo como médicos tenemos que atender pacientes, sino gestionar las camas de nuestras unidades.
En este artículo, de El País reflexionan acerca de los fallos del sistema sanitario, ¿hasta qué punto no era tan sólido como pensábamos?
Como he comentado antes el sistema sanitario español es muy frágil. No por su ideología como se ha querido creer con el turismo sanitario, sino simplemente por escasa inversión. Ese concepto de fragilidad implica menor resistencia al estrés, a la exigencia. En nuestra práctica diaria lo vemos a menudo. Dos pacientes de la misma edad pueden ser muy diferentes cuando se someten a un ingreso en UCI (unidad de cuidados intensivos), un tema que ha sido muy debatido… Ingresar en UCI supone un estrés físico y mental muy grande, al que no todos los pacientes sobreviven. Así pasa con un sistema sanitario que ha estado escatimando en recursos materiales, camas de hospitalización, personal especializado tanto facultativos como enfermería, sin deseos de consolidar a la gente en su puesto de trabajo, sin oposiciones en décadas y con carencias materiales ya antes de la pandemia (claramente, reserva de respiradores). Cuando aparece algo como la COVID19, hace que todos esos problemas se multipliquen y además haya otros nuevos e impensables; con lo que la calidad de la asistencia se resienta muchísimo. Eso ha significado que los sanitarios hayamos tenido que trabajar con personal no entrenado, estudiantes, máquinas antiguas, medicación contada al detalle; y sobre todo en nuestro caso particular en la UCI de Alcázar que siendo el mismo personal hayamos multiplicado nuestra capacidad asistencial casi por 4 con los mismos intensivistas (amén de no haber caído todos enfermos y gracias a otros especialistas que han ayudado de forma casi altruista). Lo sorprendente es que de toda esta situación, hay gente que además, se ha lucrado mucho vendiendo material defectuoso…
Por otro lado, la protección legal y el cuidado a los sanitarios ha sido nula desde las instituciones, por lo que la sensación de abandono por parte de los gestores sanitarios en una situación de emergencia humanitaria ha sido muy grande. El apoyo de los aplausos desapareció en cuanto los políticos nos han señalado como los responsables únicos de la atención médica cuando las familias y nosotros mismos hemos pedido explicaciones. Nunca se ha reconocido que la curva efectivamente nos sobrepasó en algunos puntos de España. Se intuye, pero nadie lo dice. Asumir ese fracaso es esencial para poder aprender de esta situación… pero nadie quiere pagar las consecuencias. Esto denota una falta de responsabilidad política muy grave. En esta situación de crisis sanitaria, donde puedes contar los muertos literalmente (no son personas desaparecidas en el mar), los políticos no son capaces de responsabilizarse.
Lo volveré a repetir… En situaciones de pandemia hay muertes evitables por saturación del sistema, y eso también está relacionado con las cifras de fallecimientos en la región.
Te voy a decir varias palabras a ver qué te sugieren:
Desescalada PRECAUCION, creo que no hace falta desarrollar más este concepto
Manifestaciones MEDIDAS DE SEGURIDAD ante todo.
**Creo que en ese aspecto las manifestaciones en contra del gobierno (propuestos por grupos conservadores) y las manifestaciones en contra del racismo han sido muy distintas.
Aplausos VACÍOS
** Al final se ha convertido en un gesto impuesto para la población. Y un bombardeo diario desde los medios que al final ha hecho que su significado se haya perdido.
Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020 SARA BRAVO
** Sara Bravo López fue una médica del centro de salud de Mota del Cuervo. Como otros compañeros que hemos tenido ingresados en nuestro hospital, se contagió trabajando. Falleció con 28 años. Su muerte en el ámbito sanitario ha sido un shock. De forma natural la gente se ha quedado con su nombre, y creo que es importante recordarla, darle rostro a tantos y tantos sanitarios que han trabajado en condiciones precarias en esta pandemia, intentando salvar a otras personas.
¿Y entonces… cómo te parece que estamos llevando la desescalada?
En general con preocupación, pero también con ganas de empezar a reconstruir nuestras vidas. También con desinformación y situaciones contradictorias como parques infantiles cerrados y bares y tiendas abiertos. Hay algunos que fueron irresponsables durante el confinamiento y ahora salen a la calle como si nada. Pero en general me parece que estamos siendo sensatos.
¿Qué no deberíamos olvidar como sociedad?
Que no nos creamos todos los mensajes del gobierno o de los medios más populares, que pidamos responsabilidades políticas a estas situaciones, que no nos quedemos con «al menos no me ha pasado a mí» o «podría haber sido peor». Es necesario buscar nuevos valores y exigir respuestas a nuestros gobernantes. La clase política de este país está también en un momento de fractura total y hay que intentar que se renueve su función a la sociedad o seguirá la indiferencia de su gestión sobre nuestras vidas.
¿Y qué no olvidarás nunca tú?
No olvidaré los pacientes que hemos perdido, ni tampoco los que hemos sacado adelante en la UCI. La asombrosa capacidad del ser humano por sobrevivir y ayudar a los que están enfermos en condiciones extremas. La solidaridad de algunos colectivos que nos han regalado material para nuestros EPIs, para limpiar, que nos han traído bebida y comida. Tampoco olvidaré que, dentro de esta terrible situación, como profesionales sanitarios hemos dado todo lo que teníamos, y nos hemos puesto a trabajar en un mismo sentido, buscando optimizar todo lo que estaba a nuestro alcance.
Si pudieras pedir algo, como doctora, ¿qué sería?
Responsabilidad política de la gestión sanitaria de la pandemia. Y también un plan integral para reforzar la sanidad pública dadas las flaquezas que presenta.
Si no hubieras sido médica, ¿qué te hubiera gustado ser?
Pues mi otra opción era Filología Francesa porque me encantan los idiomas. También el terreno de la Literatura Comparada y la Traducción. Así que, mi historia hubiera sido muy diferente.
Pero lo escogiste, ¿por qué?
Siempre he querido saber cómo funciona el cuerpo humano, cómo enferma, cómo se cura…y a veces, cómo muere también.
¿Y cómo ha sido tu vida laboral hasta la pandemia?
Desde que terminé la Licenciatura en 2009 siempre he trabajado como médica. Me tomé un año sabático y después estuve trabajando en distintas residencias de ancianos de la provincia de Valladolid. Mi experiencia más importante fue en la RASVA, una residencia muy grande dependiente de la Junta de Castilla y León, que era como un pueblo. Mientras tanto me preparaba para acceder a la especialidad MIR. Escogí mi destino en el Hospital General Universitario de Elche en Medicina Intensiva y en 2018 después de cinco años de formación muy complicados a nivel profesional y personal me trasladé a Ciudad Real para continuar con esta etapa de especialista. En general, con mucha suerte porque nunca me ha faltado trabajo.
Trabajas en una ciudad pequeña, ¿sorprende que seas una mujer negra? ¿y eso te ha puesto en alguna situación incómoda con pacientes o compañerxs?
Si, en el hospital hay pocas personas negras… En general, situaciones incómodas sobre todo al principio, que no te conoce la gente y sacan conclusiones adelantadas (llamémosle así, llamémosle claramente racismo interiorizado). Los pacientes, habitualmente, sacan su cuestionario habitual sobre mi origen o mi acento (vallisoletano total). Creo que la gente de mi entorno poco a poco también ha querido revisar algunas situaciones a las que me he enfrentado, comportamientos racistas de los que han sido testigos. Lo más importante es reconocer que te has equivocado con alguien y la única razón era porque tenías pensamientos racistas.
Con todo, supongo que el hecho de que provoques sorpresa tampoco ha sido algo nuevo a lo largo de tu vida… ¿cómo ha sido tu infancia?
Es la constante en nuestras vidas…contar de dónde somos, ¿verdad? Es muy cansado estar contando esa historia todo el rato. Luego cuando sales de España a nadie le sorprende que seas afroespañola…
Definiría mi infancia como dos realidades distintas: la Elisa solitaria, que marginaban otras niñas porque decían que gritaba mucho y no le apetecía jugar a las muñecas en el recreo, la que marginaban los chicos en el fútbol porque era chica; y había otros niños que no querían jugar con ella o directamente la insultaban porque era negra. Y luego había otra Elisa que le gustaba reírse un montón, dibujar, inventarse historias, la gimnasia rítmica y el teatro, hasta la jota castellana; tenía su amor de la infancia, su madre negra en el AMPA, sus excursiones escolares y se pasaba todo el día jugando en la calle.
Esas dos realidades han existido siempre para poder manejar toda la violencia racista que vives a diario. Es casi una cosa inconsciente. Por eso también es muy importante el trabajo psicológico para manejar todas esas humillaciones que vas acumulando en tu trayectoria vital.
¿Es difícil imaginarse en ciertos espacios cuando no te imaginan en ellos?
Por suerte, mis padres nunca me han puesto límites. Más que imaginarme en ellos, lo difícil es encontrar otros como tú. La representatividad. No tienes referentes en la tele… bueno, si quieres ser cantante, bailar o dedicarte al deporte no hay problema. Así que no es raro que muchos afrodescendientes prefiramos ver series o seguir celebridades afroamericanas, porque hasta hace poco era lo único que teníamos disponible. En esta última década el movimiento afrodescendiente y antirracista en España ha conseguido una masa crítica de voces, siguiendo en las redes a gente como tú @luciambomio, @alrtmachis1, @desireebela, @gabriellanuru, @nosomoswhoopigoldberg, @united_minds_vlc, @mohagerehou @ak.drama, @kaire_banish, @hijadelatamazgha @putochinomaricon son mis referencias habituales para continuar aprendiendo y encontar libros, artículos y eventos. Seguir nuestros propios referentes es una forma de resistirte a una cultura que sigue contando la Historia sin nosotros.
Nunca tuve ningún límite para mis sueños ni tampoco en el colegio o el instituto se me dijo que no iba a llegar a mis metas. Creo que eso fue muy importante. Los afrodescendientes tenemos un trauma histórico y una autoestima muy debilitada, y eso hay que cuidarlo muy bien en la infancia y la adolescencia, sobre todo. Una vez que eres adulto tienes otros problemas con los que lidiar, pero muchas más herramientas para combatirlos.
¿Y de dónde salió tu fuerza para romper la narrativa imperante?
Desde que tenía 6 años quería ser médica, arqueóloga y gimnasta. El tiempo hizo que solo quedara en pie el primer deseo, y realmente no pensaba en otra cosa que hacer Medicina. Estaba obsesionada cuando hice la Selectividad y de hecho, inicialmente no entré en la Facultad hasta Septiembre. Eso sí que fue un drama narrativo… Creo que lo más importante fue que nunca me puse un límite. Mi madre me empujó a ello también, siendo muy exigente en que mi hermano y yo accediéramos a la universidad para tener oportunidad de prosperar.
Y continúas rompiéndola, además de tu trabajo tienes un programa de radio, ¿de qué hablas en él?
Me encanta la música y compartirla, conocer qué hay detrás de una canción. En el programa comparto música de todos los continentes, desde música comercial hasta algunas rarezas dentro de lo que me permite Radio Miguelturra. No hay tampoco ningún límite y hemos escuchado canciones en árabe, neerlandés, noruego, criollo caboverdiano, pidgin, fante… Todo lo que me parece interesante lo intento compartir con los oyentes. Investigar en las letras, qué dicen, cuál es la poesía que albergan. Es verdad que no soy de Bob Dylan, pero hay letristas muy buenos que hacen R&B o trap y no solo se quedan en unas rimas sencillas para celebrar el amor o el sexo. Es programa se llama Storia Storia. Ha habido algún programa que hemos tratado la afrodescendencia y cómo la música también es un instrumento de denuncia. En ese programa hablaba del trabajo del trompetista Christian Scott Atunde Adjuah que tiene varios temas relacionados con la opresión ejercida por la policía a la comunidad negra en temas como KKPD y Angola, LA and the 13th Amendment de su álbum Yesterday You Said Tomorrow (2010) https://www.youtube.com/watch?v=A9R-6RTpb0U https://www.youtube.com/watch?v=zRrJxBCVAvw
Ahora con la pandemia y el confinamiento, está siendo complicado hacer los programas de forma telemática sobre todo por cansancio mental y como decía, estar en una situación emocional muy complicada.
Con EEUU encendido por la violencia que padecen los cuerpos negros ¿qué mensaje crees que sería importante escuchar?
Hay que aprovechar la indignación colectiva de un hecho deleznable como es que un policía mate a una persona sin ningún tipo de justificación, bajo la complicidad de sus compañeros y con toda la impunidad del estado; para analizar lo que está detrás de esos actos ¿por qué se le permite hacer eso y que no tenga consecuencias? ¿Qué otras situaciones hay que supongan una clara injusticia hacia la población negra en EEUU? Ese relato de que todos los negros son delincuentes, ¿es cierto? Debemos aprovechar que hay un foco puesto en este tema para sacar a la luz todas estas cosas y que la gente poco a poco procure revisar el status quo de las sociedades ante el racismo. Europa se maquilla muy bien en este tema, pero, así como ha quedado claro que no es una unidad en terreno sanitario, ahora saldrán a la luz multitud de injusticias sobre las personas racializadas que la población general no se pensaba que ocurrían aquí también.
¿Y aplicado aquí?, porque… es más fácil ver los problemas fuera que dentro de casa…
Nos reflejamos en EEUU y pensamos que todo pasa allí, y hay algunos (blancos y no blancos) que dicen que los afrodescendientes y los africanos somos afortunados porque en España nos tratan mejor… que aquí se es menos racista. En el racismo no valen medias tintas. Y de todas formas, si quedaran esos vestigios de racismo sería igualmente denunciable porque lo que queremos es que las sociedades avancen y sean cada vez más inclusivas, más justas con su historia y sus diversos problemas.
Teniendo en cuenta lo polifacética que eres, ¿cuál será tu próxima parada?
Ojalá lo supiera. O mejor quizá no saberlo. De momento intentaré aprovechar el altavoz de la radio para continuar explorando voces de distintos mundos que reflejen esta realidad caleidoscópica. Sobre todo, buscar otras narrativas igualmente válidas para continuar este proceso de reconocimiento de ser afrodescendiente.
¡MIL GRACIAS POR PARTICIPAR!
Lucía Mbomío
Periodista, actualmente en “Aquí la Tierra” en TVE
Twitter @luciambomio
Istagram: luciambomio