Afroféminas

La naturalización del racismo en la era del libre mercado

La naturalización del racismo en la era del libre mercado

La publicidad no es una herramienta para educar, nunca ha pretendido serlo y tampoco lo será. La publicidad y toda la industria alrededor de ella, es una actividad que difunde los servicios y productos de cualquier empresa, casi siempre centrándose en beneficios que no son necesariamente reales en términos fácticos y que responden a la necesidad de las empresas de vender vender vender, afianzando y retroalimentando el sistema capitalista en el cual vivimos inmersas.

Ejemplo de eso es la marca de bebidas que vende felicidad a pesar que sabemos que no es una bebida saludable, hay varias marcas de cigarrillos que venden un estilo de vida de glamour y lujo a pesar que sabemos lo dañino que es para el organismo el consumo del tabaco industrializado. De la misma manera podemos enumerar marcas de ropa que venden estatus y belleza a costa de esclavizar mujeres en países latinoamericanos, marcas de zapatillas que explotan hasta la muerte a niños en China e India, empresas de tecnología que envían sus desechos tóxicos a los países más pobres de África y un largo etcétera que debemos tener en cuenta siempre antes de consumir.

La tarea de la publicidad, es pues simplemente vender, y responde directamente a las necesidades de consumo que surgen de la sociedad, y que de cierta manera, exigen a las empresas esos mismos productos estilizados para el consumo. Se trata de la oferta y demanda de toda la vida donde interviene la publicidad para hacer posible esa transacción del sistema capitalista. La publicidad así, refleja las necesidades de consumo basadas en las imposiciones del mismo sistema, ya que en la publicidad se reflejan los hábitos de consumo de la población, y luego lo devuelve en forma de publicidad para que la gente afiance ideas de consumo, es fácil inferir que si las publicidades son racistas, es porque la sociedad lo es.

En una sociedad en la que predomina el consumo desenfrenado incentivado por el sistema económico actual, y que centra todas sus bases de poder en aquellos que tienen la piel más clara, vemos que la comunidad afro en general y las mujeres en particular salimos perdiendo con esta situación, sobre todo porque justamente el patriarcado se basa en el sistema económico y en sus redes de poder para seguir afianzando la idea de que la mujer es inferior al hombre, cuando sabemos que eso no es así.

Hace una semana, uno de los Organismos descentralizados de la administración pública federal de México, Capufe (Caminos y Puentes Federales) lanzó una campaña publicitaria para invitar a las personas a viajar. Un hombre moreno, de cabello afro y aparentemente sin hogar, toca la puerta de una casa, lo atiende una mujer blanca, pero con rizos, ella lo invita a pasar y lo alimenta, lo baña y le da nueva ropa. Luego mientras ven televisión piensan en viajar, él observa como ella hace los preparativos hasta que finalmente ella lo invita a acompañarla. Una vez en el coche, ella saca una selfie y el hombre se convierte en un perro.

En redes se produjo un fuerte debate, ya que hay quienes consideran que no se trata de un anuncio racista, por el hecho que la mujer no es rubia y el hombre no tiene el estereotipo de negro. Hay quienes incluso piensan que es una campaña tierna puesto que la mujer cuida de un desvalido y están quienes critican el anuncio por considerarlo racista y clasista. De cualquier manera Capufe retiró la publicidad de su página oficial y aún no ha hecho declaraciones al respecto.

La normalización del racismo y sus consecuencias hace que muchas veces seamos incapaces de distinguir la discriminación a pesar que ésta ocurre delante de nosotros. No es casualidad que se haya elegido un hombre moreno y un perro de esas características, y tampoco que sea una mujer quien realiza esa acción, y que para disimular un poco le hayan rizado el cabello.

El clasismo y el racismo van de la mano, y nosotras como personas racializadas debemos ser las primeras en detectarlo y combatirlo, es necesario que toda la industria que está detrás de la naturalización del racismo en pro de mantener las estructuras de poder y el status quo sea transformada para el beneficio de toda la sociedad, porque lo que queremos es una sociedad de iguales, donde nadie sea discriminado. Es una tarea difícil, pero que las afroféminas podemos concretar si nos unimos para lograrlo.


Lara Salvatierra

Twitter @larasalvatierra
Filósofa afroperuana, feminista y activista especializada en estudios de género


SUSCRÍBETE A PREMIUM AFROFÉMINAS


Salir de la versión móvil