Un nuevo caso de discriminación se presentó en Argentina, esto fue a la altura de Zárate provincia de Buenos Aires, cuando cinco jóvenes afrodescendientes incluida quién esto escribe, regresaban del Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en Resistencia al norte del país, durante el fin de semana largo.
A un año de haberme nacionalizado argentina y por ende portar el DNI que me reconoce como tal, tuve que vivir en pleno 2017 un acto de segregación que, si no lo hubiese vivido en carne propia, diría que solo era parte de una escena de la película 12 años de esclavitud o alguna de tantas que retratan los hechos lamentables que a lo largo de la historia de la humanidad las negritudes hemos tenido que afrontar.
Esto pasó el 16 de octubre del año en curso, un lunes feriado. El sol estaba en su máximo esplendor, la ruta estaba tranquila, un micro de larga distancia recibió la orden de detener su marcha y con ello, se interrumpió el sueño de quienes se trasladaban en ese bus. Todo marchaba bien, parecía un simple control de Gendarmería hasta que, quien llevaba a delante el operativo detectó a cinco jóvenes afrodescendientes, en ese momento todo cambió.
Y digo en ese momento porque, la mujer que nos pidió los documentos en el retén de Zárate, a las afueras de Buenos Aires a eso de las nueve de la mañana, jamás imagino que: estas mujeres negras venían de la 32ª edición del Encuentro Nacional de Mujeres en Chaco, que durante ese encuentro 60 negras de todas partes de la Argentina, una hijas, otras adoptadas y otras residentes en esta tierra, se reunieron para organizarse y seguir haciendo frente a todas las prácticas de intolerancia, a seguir poniéndole el pecho a esta lucha que recibimos sin pedirla pero que la ignorancia del otro nos obliga a mantenerla.
Esa pobre mujer desinformada, muy poco debe saber que estas cinco negras venimos sin voz física, pero con nuestra voz interior imposible de callar. Que iba a pensar que estas mujeres negras estuvimos marchando y gritando a todo pulmón ¡MUJERES NEGRAS, VIVAS POR LA LUCHA! ¡MUJERES NEGRAS, QUE TU VOZ SE ESCUCHA! Esa triste mujer gendarme no alcanzó a imaginar que en el momento que SÓLO LE PIDIÓ IDENTIFICACIÓN A ESTAS CINCO NEGRAS nuestros documentos de identificación ARGENTINOS iban a gritar tan fuerte en su cara, que quedaría atolondrada. ¡Ay! ¡Pobre mujer! Qué soponcio te iba a dar al darte cuenta que Argentina también es AFRO.
Afrocolombiana residente en Argentina