La desesperación de Donald Trump por lograr un segundo mandato presidencial ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente en lo que respecta a la comunidad negra. Lo que ya era una situación preocupante durante la contienda contra Joe Biden ha empeorado significativamente desde que Kamala Harris, una mujer negra, es su principal competidora para las elecciones de 2024.
En un esfuerzo por ganarse a los votantes negros, Trump ha recurrido a estrategias manipuladoras. En febrero, habló ante la Federación Conservadora Negra, donde afirmó que los negros “aceptamos su foto policial” más que cualquier otro grupo, en referencia a la imagen ampliamente difundida tras su arresto en Georgia. También ha visitado iglesias negras, posado para fotos con raperos y repetido la falsa narrativa de que su gobierno fue el que más hizo por la comunidad negra. Sin embargo, sus acciones y su retórica no respaldan tales afirmaciones.
Desde que se confirmó que Harris será su oponente, los ataques racistas y sexistas de Trump y su equipo se han intensificado. Trump ha cuestionado públicamente la identidad racial de Harris, la ha llamado «tonta» y, según informes, en privado se ha referido a ella con términos despectivos como “perra”. Además, ha difundido información falsa sobre la asistencia a sus eventos, intentando desacreditarla de cualquier manera posible.
El 28 de agosto de 2023, Trump agravó aún más su ofensiva cuando compartió una publicación en redes sociales, dirigida tanto a Kamala Harris como a Hillary Clinton, que fue ampliamente considerada sexista y ofensiva. Mientras tanto, algunos de sus aliados han llamado a Harris esclava y han hecho referencias a las leyes de Jim Crow en sus críticas, todo bajo la mirada silenciosa de Trump.
El desprecio de Trump hacia las mujeres negras se ha vuelto más evidente, a pesar de que su campaña insiste en que la comunidad negra lo apoya. Sin embargo, el peligro para esta comunidad no reside solo en sus ataques verbales. Trump ha prometido, si es elegido, otorgar inmunidad total a los policías frente a demandas civiles, reinstaurar la prohibición de viajes a países mayoritariamente musulmanes, impulsar leyes que reconozcan «solo dos géneros», luchar contra el supuesto «racismo antiblanco», debilitar las regulaciones medioambientales y eliminar el Departamento de Educación. Muchos de estos planes están recogidos en el Proyecto 2025, un documento ultraconservador que establece una agenda radical que afectaría desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables.
A la luz de estos hechos, surge una pregunta inevitable para cualquier persona negra que aún apoye a Trump: ¿Qué es lo que estás pensando?
El dicho que reza “cuando Estados Unidos se resfría, los negros contraen neumonía” es más relevante que nunca. Los aliados negros que apoyan al este demente deberían reflexionar seriamente sobre las consecuencias de otro mandato de Trump, cuyas políticas y retórica perpetúan el racismo y amenazan directamente los derechos y el bienestar de las comunidades marginadas.