Actualmente, en la mayoría de países latinosamericanos es más fácil encontrar en tiendas de barrio y centros comerciales productos especializados para personas de cabellos no lisos. Aspecto que es nuevo, ya que anteriormente, las empresas consideraban que la demanda de estos productos no era suficiente como para agregarlos a su portafolio genérico.
Pero ¿Por qué lo que sucede es racista y multiplica los estigmas? No es normal que haya escasez de estos productos ya que en la mayoría de los países existe un gran número de personas con cabellos ondulados, rizados y afros. Sin embargo, esta situación es el resultado del racismo estructural del sistema a partir del contexto histórico de profanación cultural, en donde estos cabellos eran considerados malos, lascivos y duros por los colonizadores, por lo tanto, buscaban formas de desprestigiar constantemente estas melenas. Situación que permanece todavía.
Con el tiempo no han cambiado los estigmas y el racismo de la industria, sin embargo, las empresas sí empezaron a verse presionadas por la sociedad para realizar productos de cabellos diversos y, asimismo, esto logró que se abandonara el concepto de lo que era tener un cabello “común” o no. Esto, a gran escala, ha generado que la industria se diversifique impulsando la creación de marcas dedicadas únicamente para cabellos rizados o afro, las cuales, como era de esperarse, generaron tendencia y una rápida aceptación. Esto redundó en la competencia en el mercado.
A 2021, por lo menos en Colombia, es bastante grato notar que acceder a una crema específica para cabellos rizados ya no es una misión imposible. Tiendas de barrio a granel, establecimientos del peluquero, comercios pequeños y centros comerciales, ya tienen una amplia gama de servicios y bienes para lo que necesitamos. Lo cual, es un avance contundente ya que ahora las personas con cabello rizado no estamos resignadas a usar productos incompatibles con nuestras necesidades.
La Tienda de Afroféminas
Bueno pero, ¿qué ocurrió con las comunidades afrodescendientes antes del boom de los productos para cabellos rizados? Las negritudes se han caracterizado por sus destrezas para manejar el cabello, tanto los propios como los ajenos. Debido a esto, siempre utilizan diversos productos y técnicas que son aprendidas de generación en generación o que son descubiertas con el tiempo a través de la experiencia.
Hablamos de que para nuestras ancestras era común elaborar productos capilares con ingredientes naturales. Por ejemplo, el gel elaborado con gelatina sin sabor, mascarillas o champús con sábila, alisadores artesanales con papa, entre otros. De esta forma, nuestras comunidades han logrado peinar a niños, adolescentes, adultos y hasta ancianos, con tocados de alta calidad y acorde a las costumbres, tendencias y tradiciones de las colectividades.
Estas prácticas todavía están presentes en varios territorios, pero claramente han sido influidas por la evolución del consumo y la llegada de productos nuevos que prometen ser la solución a todos nuestros problemas. Sin embargo, no todo es lo que parece.
Primero, aunque estos productos son un fuerte llamado a analizar la discriminación y el racismo que hay detrás de desear tener un cabello liso, también se habla de cómo dentro de la misma comunidad se han implantado las bases para decir cual rizado es más bonito y cual no. En donde, de forma evidente, se ve el anhelo de un rizo perfecto, un ondulado elegante, una hebra larga y sobre todo, se busca qué producto hará nuestro cabello menos afro.
Esto es una muestra indudable del colorismo perpetuado por las nuevas marcas del sistema y avalado por la sociedad que sigue reproduciendo las secuelas del colonialismo.
Segundo, la interminable discordia entre las mascarillas naturales y las cosméticas. Actualmente tenemos estudios, opiniones científicas y hasta personales, que comentan acerca de lo inadecuado o peligroso que puede resultar aplicar en el cabello ingredientes de cocina que no están diseñados molecularmente para ser absorbidos por el cuero cabelludo.
Por supuesto esto tiene sus puntos a favor y en contra, sin embargo, también es significativo analizar que antes de que existiera todo lo que conocemos hoy, las comunidades indígenas y negras, utilizaron productos naturales durante siglos para hacer tratamientos capilares, corporales, alimenticios, medicinales e incluso, de aseo para el hogar.
Sí, actualmente nuestro cuerpo, incluyendo el cabello, está expuesto a productos ultra procesados que lo más seguro es que requieran de otros productos químicos para ser expulsados del organismo. Pero también es bastante cuestionable cómo se empieza a estigmatizar y a invalidar prácticas tan milenarias y que, sobre todo, han demostrado que sí funcionan en nuestros cabellos a pesar de la negativa de algunas personas.
Tercero, los productos son costosos en la mayoría de los casos, sobre todo en la gama de cabellos afro o conocidos como textura 4. Si hacemos una comparación rápida entre la relación cantidad-precio con otras marcas para hebras lisas o con rizos suaves, podemos evidenciar que el precio es más elevado. Aunque esto se debe a un resultado básico de la oferta y la demanda.
También debemos preguntarnos por qué los productos para cabellos rizados son más caros que los productos para cabellos lisos y es que, generalmente en países latinos y americanos, las poblaciones pobres y vulnerables también son comunidades negras. Por lo tanto, evidenciamos una precarización sistémica para no poder acceder en varios casos a estos productos. Antes porque no había y ahora porque no alcanza.
Cuarto y último, el rizado perfecto. Ese aspecto que solo se logra con el kit costoso de cremas, con el gorro de satín y las mascarillas semanales. Reconozco que para muchas este es un momento de reconocimiento y amor hacia nosotras mismas, pero también soy consciente de que esto tampoco debe volverse un martirio o una regla de oro para todas. Creo firmemente en que más de una puede tener su cabello precioso con o sin leave-in, con o sin definidor de rizos, con o sin activador, con o sin varias cosas.
Es sustancial recordar que, así como muchas marcas han ayudado a redefinir el concepto de belleza y cabellos preciosos, detrás de todo esto también hay una estrategia de marketing, que, si no sabemos medir en nuestro día a día, solo nos veremos sucumbidas a responderle al capitalismo disfrazado de nuestras posturas políticas y pensamientos.
Recuerden también que interpelar, analizar y criticar lo que nos rodea no quiere decir que lo odiemos todo, solo habla de que podemos reconocer y observar todas las variables, tanto positivas como negativas, de lo que nos envuelve para así poder tomar decisiones más conscientes.
Yurlei Cortés Ortega
Un ser humano que se fija en los pequeños detalles. Mujer negra afrocolombiana.