Querida hermana, nosotras, musulmanas por convicción, que elegimos este camino libremente, te escribimos para decirte que es ser feminista y musulmana en nuestro día a día. Últimamente vemos como muchas compañeras feministas, muchas de ellas compañeras que vienen de contextos muy parecidos al nuestro (países confesionales de mayoría musulmana) escriben artículos, ensayos, hacen actos y dan charlas explicando las razones por las que, según ellas, ser musulmana y feminista es incompatible, explicando como religión y feminismo son conceptos contrapuestos que no pueden ir de la mano.
Vemos como nos señaláis y decís en voz alta que para luchar por la igualdad hemos elegido el camino erróneo, que nuestras creencias y nuestra espiritualidad no son compatibles con la lucha de millones de mujeres alrededor del mundo.
¿Sabes que? No es verdad. Islam y Feminismo, feminismo e islam si que son compatibles, si que pueden y van de la mano, porque el Islam que nos enseñaron nuestras madres, esas madres luchadoras, trabajadoras incansables que lo dejaron todo en su país de origen por nosotras, era libre, era seguro, era justo y sobretodo era empoderador, era luchador y era feminista.
Querida compañera, siento en el alma que no hayas podido tener una relación con el Islam como la que nosotras hemos tenido. Siento que el patriarcado más vil y más mezquino haya vivido en tu casa contigo y con tu familia y no te haya dejado ser todo aquello que siempre quisiste ser.
El machismo se entrelaza y se fusiona en todas las culturas, ha construido todas nuestras sociedades y en un país como el nuestro (o en este caso más concreto el de nuestros padres y madres) no iba a ser para menos. Cada vez que vamos vemos mucha presión, mucha desigualdad y mucho privilegio masculino y la realidad es que el patriarcado ha utilizado algo que para nosotras es tan bonito como es nuestra religión, para perpetuar esa sociedad horrible e injusta contra la que todas luchamos.
La tienda de Afroféminas
El islam nos reconoce como iguales ante la ley y dice (2:228) “¡Y sabed que ellas tienen los mismos derechos que ellos, como saben los que tienen conocimiento!” y aunque lo dice claramente, vemos como eso muchas veces no se cumple, se tergiversa, se modifica y se ajusta para concederle el privilegio a él. Y es por eso que estamos aquí las feministas musulmanas, porque sí, el feminismo es religioso también, el feminismo es vida y el feminismo está y estará en todos los aspectos y momentos de nuestra vida, fuera y dentro de casa, fuera y dentro de nuestras mentes, fuera y dentro de nuestros corazones, porque lo que queremos es un mundo y una vida feminista.
Por ello estamos luchando contra esas leyes y esas instituciones que hablan en nombre del Islam para oprimirnos, no solo para conseguir la igualdad entre los musulmanes y entre las musulmanas, sino para que tú que no quieres ser musulmana o que no quieres llevar hijab, que quieres ser libre a tu manera, lo seas. Pero déjame a mí también ser libre y ponerme mi hijab libremente donde y cuando quiera. Todas las mujeres en el mundo merecen vivir en igualdad y libertad, independientemente de sus creencias, independientemente de cualquier rasgo social que se les haya dado.
Deja de luchar contra mi y lucha conmigo, lucha a mi lado y ayúdame a ser lo que yo quiera ser, igual que yo te ayudaré a ti a ser todo lo que quieras ser. Nos merecemos que en territorio europeo, este que se ha convertido en nuestro hogar, nos respeten y respeten nuestras decisiones como mujeres libres e independientes que somos. Porque LAS MUJERES NO SOMOS TERRITORIOS DE CONQUISTA, con el cuerpo de las mujeres no se negocia, con nuestras creencias no se negocia y con nuestras decisiones sobre nuestra manera de ser y de vestir no se negocia.
Querida compañera, hoy te quiero contar, te quiero decir que no es verdad que las mujeres musulmanas somos sumisas, que nos aferramos a una identidad religiosa porque la sociedad no nos trata como iguales. Muchas mujeres musulmanas somos mujeres perfectamente conscientes de las decisiones que tomamos, somos mujeres que tenemos voz en nuestra vida para decidir, y cuando la sociedad no nos trata como iguales, nos levantamos y luchamos como todas para conseguir la igualdad que nos pertenece por derecho.
Las mujeres musulmanas también somos feministas, también estamos en primera línea y estamos luchando día a día por todas, por las que creen, por las que no creen, por las que están, por las que ya no están por todas, hasta el final, hasta que seamos libres como nos merecemos.
Querida hermana que vienes de una familia musulmana que te oprimió e intento cortarte las alas, nosotras tus compañeras feministas musulmanas lucharemos contigo y por ti siempre. Porque la lucha es de todas y para todas.
Athir Quannouni El Moumouhi
Nací en Madrid en el municipio de Collado Villalba hace 24 años en el seno de una familia marroquí y musulmana. Soy la hija mayor de una pareja magrebí que llegó hace más de treinta años a España.Desde muy pequeña aprendí a vivir entre dos idiomas, dos culturas, dos realidades y eso me ha permitido tener una visión muy especial sobre las necesidades de nuestra sociedad. Soy de esa generación de españolas que ha crecido viendo como las principales instituciones fallaban una y otra vez y esta realidad despertó en mí la necesidad de dar un paso al frente e involucrarme en distintos movimientos, tanto sociales como políticos y me animo a estudiar la carrera de economía para comprender en profundidad uno de los grandes motores de la desigualdad social en la que vivimos. Pdt; adjunto mi foto también.