No recuerdo en qué emisora, y creo que hace como quince años que lo escuché, pero se me quedaron grabadas las palabras. Era un programa de radio que hablaba sobre el racismo en España. Varias personas llamaron para dar su testimonio, contando las discriminaciones que sufrían a diario. Menos un hombre, que dijo que para él era más fácil vivir en España, porque nadie le decía «indio de mierda». Y si alguna vez le pasaba, al menos el insulto no venía de otro indio, como sí le sucedía en su país. Eso era lo que más le dolía de su tierra: que quien lo insultaba era, casi siempre, tan indio como él.
«Yo me quedo en España».
Durante mucho tiempo estuve de acuerdo con él. Muchas cosas se me hacían más llevaderas aquí. Hasta que me di cuenta de que es el mismo perro, con diferente collar. En Cuba, lleva el collar de “prohibido”. En España, el de “exótico”.
Podemos verlo fácilmente en dos ejemplos: el color de piel, y el pelo.
En Cuba, tener la piel oscura es prácticamente una desgracia. Qué pena que no seas más clarita. Qué suerte tuviste que por lo menos no saliste ñata. Nunca me he acostado con una negra, ni tengo intención. No cojas tanto sol que te pones prieta. Menos mal que en España te desteñiste un poco. No digas que eres negra: tú eres mulatica. No te pintes los labios de rojo, que parece el culo de un mono. Búscate un blanco para adelantar.
Y el pelo…
Un primo mío (mestizo) tiene una niña con una mujer blanca que repite cada cinco minutos, como si le dieran cuerda: “¿Viste qué pelo más bueno sacó la niña?”. La niña es súper inteligente, está sana, parece feliz, pero lo importante es que tiene el pelo lacio, no las pasitas del padre. El pelo afro es malo, duro, feo, y debería dar gracias al cielo por haberse librado de esa maldición.
¿Y tú vas así por España? ¿Qué van a pensar de ti?
¿Peine? Si ahí no entra ni un rastrillo…
Mi madre aguantaba mis súplicas como una santa, porque yo siempre quería llevar el pelo suelto, y ella se armaba de paciencia para explicarme que no, que tenía que ir a la escuela con el pelo recogido, porque las niñas que no se peinan cogen fama de cochinas. Yo miraba a mis compañeras de pelo liso y no entendía por qué ellas sí podían llevarlo suelto sin que nadie las criticara. Yo me dejaba peinar todos los días y no era ninguna cochina, sólo quería llevar el pelo natural y libre (aún faltaban unos años para que empezara a odiarlo). De hecho, cuando vi la película Sergio y Serguei, me entró un ataque de risa al ver a aquella niña tan mona con su afro al viento. Menuda falta de rigor histórico. En los 90, ni yo ni ninguna niña que conozca podíamos ir así más que el rato que tardara el pelo en secarse después del lavado semanal.
«¿Y tú te has hecho la foto con ese pelo así?”, preguntó el conserje del consulado (negro y calvo) cuando fui a renovar el pasaporte. Una vez más, me acordé del indio de la radio.
En España, al principio me sentía aliviada al comprobar que no me increpaban cada día. No sólo no me decían que era fea, sino que qué envidia de color, y qué pena que lleves el pelo desrizado, seguro que al natural es precioso. El collar de «exótico» me cayó como una losa: es la primera vez que me follo a una negra. Menudas mamadas tienes que hacer con esa boca. Para ser negra, no tienes culo. Claro que sabes bailar: lo llevas en la sangre. Me he disfrazado de negra en carnaval, ¿a que es divertido? ¿Vives en una aldea y tienes muchos hermanitos, como en los documentales?
Los negros destiñen, porque mi amiga está casada con un negro y mancha las sábanas, que yo lo he visto. Será que suda así. No digo que sea malo, eh, no pasa nada por desteñir. Lo que pasa es que a lo mejor tú no destiñes porque no eres negra, negra. Ya sabes, como esos que vienen en patera. (Sé que suena a chiste, pero no. En el Madrid del siglo XXI hay gente que cree que las personas negras sudamos tinta.)
Y madre mía ¡qué pelazo!. Pareces el Actor Secundario Bob. Pareces una oveja. 11811. Parece algodón de azúcar. Parece una coliflor. Parece una esponja. Si te caes, no te haces daño. No necesitas almohada. Seguro que si llueve no te mojas. ¿Y si te cae un piojo? Ja, ja. ¿Te lo lavas? Ya sé que no te gusta que te lo toquen, pero no lo puedo resistir. A la mierda el consentimiento.
La tienda de Afroféminas
Con este bagaje a cuestas, estaba un día leyendo un artículo sobre lo importante que es que las mujeres negras aceptemos nuestra belleza y dejemos de usar productos tóxicos para desrizar el cabello y aclarar la piel, siempre intentando encajar en un ideal que ya es difícil para todas las mujeres, pero en nuestro caso es prácticamente imposible. Estamos más cerca de desarrollar un cáncer con tanta química que de ser consideradas hermosas. (Y para los fetichistas que vengan con el «pues a mí me encantan las negras»: de verdad, no es el momento.) Entre los comentarios había un par de preguntas que catalogaré, en honor a mi abuela y con todos mis respetos, como «preguntas de cabo interino»:
Y si yo voy a la peluquería a hacerme una permanente de rizos afro estaría traicionando también a mi raza caucásica? En los 80 casi todas las mujeres blancas se la hacían porque era la moda.
Hola, qué tal, me doy por aludida no sé por qué.
Repito: el ideal de belleza es difícil para todas las mujeres. Por supuesto que para las mujeres blancas también. Y sí, una permanente de rizos también utiliza productos químicos. Habiendo admitido que todas nos hemos mutilado de una forma u otra, que el patriarcado nos oprime a otras y que nadie está negando tu sufrimiento (sea el que sea), vamos a abrir el debate: ¿De verdad crees que es lo mismo el pelo rizado que el pelo afro? ¿Es lo mismo tratarse químicamente el pelo por moda que por temor al rechazo? ¿Discriminaban a las mujeres blancas que no se hacían la permanente, o podían llevarlo al natural, aunque fuera demodé? ¿El pelo sin permanente daba mala imagen, era feo, era malo? ¿Había bromas sobre los pelos sin permanente? ¿Obligaron a alguien a hacérsela? ¿Incluso a las niñas desde muy pequeñas? ¿La permanente convertía a las mujeres blancas en presentables, cuidadas, incluso en profesionales?
Ve a donde quieras y traiciona a quien quieras (faltaría más), pero no compares a lo loco, que cuando nos paramos a explicar estas cosas nos acusan de dividir el feminismo.
No se que pretende hacer ver por ejemplo cuando dice que algunas mujeres negras se decoloran la piel con productos que producen cancer.. tb hay mujeres blancas que hacen que su piel sea mas oscura mediante tecnicas que ocasionan cancer.Cada mujer es muy libre de querer tener la piel mas oscura o mas clara.
¿No sabes qué pretende hacer ver? Pues eso, que muchas mujeres negras se decoloran la piel con productos cancerígenos. ¿Por qué? Por lo que he contado antes: la piel negra es fea, está relacionada con rasgos poco atractivos, el fetichismo sexual, la involución de la especie, delincuencia, baja formación, poca inteligencia, pereza, y otras muchas cosas, en general negativas. Nos han convencido de que más bonitas somos cuanto más blancas intentamos parecer. Y por eso pasa: porque cuanto más blancas, más lejos del estereotipo y mejor nos irá en la vida, aunque nos dejemos capas de piel y mechones de pelo en el intento.
¿Por qué hay mujeres blancas que hacen que su piel sea más oscura? Seguramente porque Coco Chanel puso de moda el bronceado. Otra vez la moda, sí.
El bronceado, hasta entonces, era cosa de pobres. La piel blanca era el privilegio de las clases altas, que podían permitirse permanecer en la sombra. ¿Qué cambió con Chanel? Que la clase obrera se había vuelto pálida al cambiar el campo por las fábricas, y el bronceado empezó a ser el lujo de quienes podían permitirse unas vacaciones. La gente que vive en una cabina de rayos UVA o echa la mañana en una terraza para conseguir “la marquinha” no quiere parecer negra, sino rica.
La libertad de las personas negras para aclararse la piel o desrizarse el pelo no es la misma libertad que tienen las personas blancas para hacer el proceso inverso. Detrás de la nuestra hay siglos de opresión. Detrás de la tuya, las vacaciones de Chanel.
Sara Tiyá