Cuando crecía, veía la frontera como el lugar donde se originó todo, donde comenzó la familia, pero la noción de familia comenzaba a ser más grande. La pensaba a la frontera como un espacio de confluencia, donde muchos mundos se juntaban y los pasados revivían.
Era tierra de paso, ahora pienso, el punto medio entre una cosa y otra o más bien una cosa y otra.
Siempre fue un tanto mítica la frontera para mí.
La sentía,
La pensaba,
La vivía,
La soñaba y cada tanto: en una gua-gua pública
– mwen bagay. Repleta de haitianos y dominicanos -pollo rey – Ampil gangú
Transitaba con bachatas de fondo, maletas enormes, tipos extraños, burla de retenes, papeles de migración . La línea imaginaria entre el racismo y el amor filial.
Transitaba por dos mundos, siempre al borde.
Me volaba las púas, el cerco, la barandilla que otros intentaban poner.
Mientras crecía la frontera me esperaba cada verano con sus misterios,
Con sus historias.
Con sus sueños.
Con sus conflictos.
Graduada e Arte Dramático, actualmente estudia periodismo. Santo Domingo: “Escribo alrededor y sobre la marginalidad, las desigualdades sociales, el desarraigo, la frontera y el amor. La cotidianidad del barrio de Herrera como referencia de los barrios marginalizados de Santo Domingo un poco conectado con un pasado atravesado por la discriminación racial y el misterio de un pueblo en el sur profundo , que nos habla de lo difusa que pueden ser las fronteras”
Puedes consultar todos sus textos y poemas en https://ameliaynadamas.blogspot.com/