A pocos días de las elecciones generales en Estados Unidos, la campaña de Donald Trump se ha teñido de un lenguaje de odio y racismo cada vez más descarado. Durante una mitin en el Madison Square Garden, el comediante Tony Hinchcliffe, uno de los teloneros de Trump, lanzó un “chiste” que atacó directamente a Puerto Rico, refiriéndose a la isla como una «isla flotante de basura».
«Hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico», lanzó Hinchcliffe sin tapujos, demostrando que en la campaña de Trump no hay límites cuando se trata de atacar a los sectores más vulnerables de estados Unidos. Mientras que para el público de Trump esto fue recibido con risas, para los latinos, que enfrentan amenazas directas de deportación masiva si Trump vuelve al poder, no fue más que un insulto más de los que vienen recibiendo toda la campaña.
Voces indignadas, como la de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y el candidato a vicepresidente Tim Walz, respondieron con un rechazo absoluto. Walz calificó a Hinchcliffe como “un imbécil” y no dudó en señalar la falta de respeto hacia millones de votantes latinos. Pero Hinchcliffe, en lugar de retractarse, redobló su ataque con comentarios misóginos y ofensivos en su cuenta de X, tratando de justificar su racismo bajo la bandera de “libertad de expresión” y diciendo que “Me encanta Puerto Rico y voy de vacaciones allí». Me burlé de todo el mundo… mira todo el programa. Soy comediante, Tim… tal vez sea hora de cambiarte el tampón”.
Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, aprovechó este repugnante episodio para reafirmar su compromiso con Puerto Rico y los latinos. Harris subrayó que su visión para el país es la de un futuro inclusivo y digno, contrastando la postura de Trump, quien solo ha demostrado indiferencia y desprecio hacia la isla en momentos críticos, como tras el impacto de los huracanes que devastaron a Puerto Rico.
La retórica antiinmigrante de Trump, quien prometió implementar el «mayor programa de deportación en la historia estadounidense» desde el primer día de su mandato si gana, deja clara su estrategia: dividir y atemorizar. «Rescataré cada ciudad y pueblo que haya sido invadido y conquistado», afirmó Trump, reafirmando su idea de que los inmigrantes representan una amenaza. En el mitin, en el cual también participó el empresario Elon Musk, Trump no mostró ni una pizca de empatía y reiteró su retórica del “enemigo dentro”, poniendo en la mira a millones de familias inmigrantes que construyen su futuro en Estados Unidos.
Frente a esta amenaza, el voto latino es más crucial que nunca. Con un récord de 36,2 millones de votantes latinos inscritos, su participación puede determinar el futuro del país. Los latinos, que representan el 14.7% de los inscritos este año, deben saber que su voto es poder y que el racismo y la xenofobia no pueden tener lugar en Estados Unidos.