Cientos de personas han despedido el pasado 14 de septiembre a la atleta ugandesa Rebecca Cheptegei, quien murió el pasado día 5 en Kenia después de que su exnovio presuntamente le prendiera fuego, en un funeral con honores militares oficiado en Uganda.
El sepelio de Cheptegei, de 33 años y sargenta del Ejército de Uganda, se ha celebrado en el distrito de Bukwo (este), hogar de sus ancestros en el este de Ungada, cerca de la frontera con Kenia.
Soldados han portado el féretro de la deportista, cubierto con la bandera ugandesa, colocado bajo una carpa junto a su foto y dos coronas de flores.
Entre otras autoridades han estado presentes el ministro keniano de Deportes, Onesimus Kipchumba Murkomen, y el viceministro ugandés del ramo, Peter Ogwang.
«Su muerte, que sacudió no sólo a Uganda y a la comunidad atlética sino a toda la región de África oriental, debería sacudir nuestra conciencia para hacer más para poner fin a la violencia de género en el deporte, y lo haremos», ha afirmado Murkomen.
También han asistido deportistas como el ugandés Joshua Cheptegei, campeón olímpico de 10.000 metros en las pasadas Olimpiadas de París, donde la difunta participó en la prueba de maratón, en la que acabó en el cuadragésimo cuarto puesto.
El atleta lució un polo negro en el que se veía una fotografía de Rebecca Cheptegei y el mensaje «Di no a la violencia de género».
Una carrera truncada
Han acudido igualmente dirigentes de la Federación de Atletismo de Uganda, que donó a la familia de la maratoniana 10.259.000 chelines ugandeses (cerca de 2.500 euros).
La atleta ha recibido sepultura después de que el presunto autor de su muerte, el keniano Dickson Ndiema Maranganch, muriera este lunes en el hospital de Eldoret (oeste de Kenia) en el que estaba ingresado desde la semana pasada tras quemar viva a la maratoniana y sufrir él mismo graves quemaduras.
Maranganch, con quien Cheptegei mantuvo una relación sentimental y del que llevaba tiempo distanciada, falleció en el mismo lugar en el murió la deportista, el Hospital Universitario y de Referencia Moi de Eldoret, meca del atletismo en el este de África.
Según las investigaciones preliminares de la Policía, Maranganch, que estaba internado en la unidad de cuidados intensivos (UCI), roció a Cheptegei con un bidón lleno de cinco litros de gasolina y le prendió fuego tras una disputa en la casa de la deportista en el condado de Trans-Nzoia, en el oeste de Kenia.
Al parecer, entró en la casa el domingo, 1 de septiembre, cuando la atleta estaba con sus dos hijos -fruto del matrimonio con otro hombre- en la iglesia y la atacó a su regreso.
Un caso que se podría haber evitado
Como consecuencia, Cheptegei sufrió quemaduras en el 80 % de su cuerpo que afectaron sus órganos vitales, y Maranganch en el 30 %, según el hospital.
De acuerdo con su familia, este es un caso de violencia machista que podría haberse evitado si la Policía hubiera actuado a tiempo contra el presunto maltratador de la deportista.
«Las agencias gubernamentales nos han fallado porque informamos con suficiente antelación sobre su seguridad, ya que este hombre solía seguirla incluso hasta Uganda, pero no actuaron con rapidez. Era evidente que su vida estaba en peligro», ha asegurado el padre de la corredora, Joseph Cheptegei.
La última denuncia la habían puesto apenas dos días antes del presunto ataque de Maranganch, dijo el padre.
Según la familia, Rebecca Chepetgei y su antigua pareja sentimental habían discutido en el pasado en relación con la propiedad de la casa de Trans-Nzoia, de la que Maranganch había intentado expulsar a la corredora.
Su muerte causó una gran consternación y provocó manifestaciones de condena en Kenia y Uganda, especialmente, pero también en el resto del mundo.
Al menos otras dos atletas, Agnes Tirop y Damaris Mutua, han perdido la vida en incidentes de violencia machista en Kenia desde 2021. EFE