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Racismo simbólico (II): Cómo combatirlo

Reconocer y comprender el racismo simbólico es simplemente el primer paso de un camino. Ahora debemos seguir ese camino para encontrar una solución a este problema generalizado y utilizar las estrategias más efectivas y las mejores prácticas para vencerlo.


Cuatro ninots de la falla municipal de València, obra de Escif, denuncian el racismo institucional. EFE/Biel Aliño

Estrategias efectivas para combatir el racismo simbólico

El primer elemento crucial es la implementación de políticas y procedimientos sólidos. Las empresas y organizaciones que tienen políticas claras y explícitas contra todas las formas de racismo, incluido el racismo simbólico, experimentaron un importante aumento los niveles de satisfacción de los empleados. Estas políticas marcan la pauta desde arriba, dejando claro que no se tolerará el racismo simbólico.

Sin embargo, las políticas por sí solas no son suficientes. Muestran la dirección pero no proporcionan la imagen completa. Aquí es donde entran los programas de educación y formación, que nos sirven de mapa en esta lucha contra el racismo simbólico. Las empresas, instituciones y organizaciones que invierten en formación periódica sobre diversidad e inclusión experimentan una reducción en los casos de racismo simbólico muy rápidamente.

El liderazgo también juega un papel crucial en esta batalla. Los líderes de cualquier entidad marcan el rumbo y modelan el camino a seguir. Cuando los líderes se comprometen a abordar el racismo simbólico, envían un mensaje poderoso a todos los miembros de la organización, creando un efecto dominó que puede cambiar significativamente la cultura de la misma.

Por último, es fundamental fomentar estrategias a largo plazo para promover la inclusión y la igualdad. Iniciativas como programas de tutoría, prácticas de contratación diversas y diálogos abiertos sobre raza pueden contribuir a un entorno más inclusivo.

Respondiendo algunas preguntas

¿Cuál es la diferencia entre racismo simbólico y racismo explícito?

El racismo explícito implica actos claros y abiertos de discriminación o prejuicio racial. El racismo simbólico, es sutil y a menudo oculto, y se expresa indirectamente a través de la oposición a políticas que promueven la igualdad racial o mediante prejuicios y estereotipos inconscientes.

¿Cómo se puede identificar el racismo simbólico en el lugar de trabajo?

Identificar el racismo simbólico es similar a decodificar un lenguaje secreto. Requiere prestar atención a señales sutiles, como el trato diferenciado de los empleados por motivos de raza, políticas injustas o la falta de diversidad en los puestos superiores. También implica ser consciente de los sesgos inconscientes que podrían influir en la toma de decisiones.

¿Cómo afecta el racismo simbólico a la cultura y las organizaciones y empresas?

El racismo simbólico debilita gradualmente la estructura desde dentro. Puede fomentar una cultura laboral tóxica, disminuir la moral de los empleados y, a su vez, afectar la productividad y la innovación. En un informe de 2022, se encontró que las empresas con mayores niveles de racismo simbólico experimentaron una disminución del 3% en la productividad.

Qué me debe preocupar al abordar el racismo simbólico

Como cualquier problema complejo, abordar el racismo simbólico conlleva una serie de preocupaciones.  Con pensamiento estratégico y determinación, podemos encontrar el camino.

Una preocupación principal es la naturaleza inconsciente del racismo simbólico. Muchas personas desconocen sus propios prejuicios implícitos, perpetuando así sin saberlo el racismo simbólico. Esto dificulta el combate.



Otra preocupación es la posible reacción de los miembros de una empresa u organización que se resisten al cambio. Muchos expresan su incomodidad con las iniciativas de diversidad e inclusión, equiparándolas con una «discriminación inversa». Esta preocupación subraya la importancia de comunicar claramente la intención y los beneficios de tales iniciativas, para garantizar que no sean vistas como favoritismo, sino como igualdad de condiciones.

Hay que saber ver los beneficios de abordar el racismo simbólico

Si bien abordar el racismo simbólico tiene sus desafíos, también tiene el potencial de generar importantes beneficios. Las organizaciones e instituciones que trabajan activamente contra el racismo simbólico obtienen los beneficios de una mayor diversidad e inclusión.

Además, la diversidad impulsa la innovación. Una fuerza laboral diversa reúne una multitud de perspectivas, experiencias e ideas, lo que genera creatividad y soluciones novedosas. Así lo confirmó un estudio de 2022, que encontró que las empresas con equipos diversos obtuvieron un 19% más de ingresos por innovación.

Pero más allá de las ganancias económicas y la innovación en el sector empresarial, abordar el racismo simbólico contribuye a una sociedad más sana y armoniosa. Una sociedad libre de racismo simbólico es un lugar donde todos tienen la oportunidad de prosperar y contribuir a su máximo potencial, independientemente de su raza.

Como luchar contra el racismo simbólico

Concienciar

Comienza por crear conciencia sobre la existencia y las implicaciones del racismo simbólico. Asegúrate de que todos a tu alrededor comprendan que se trata de algo muy real que está pasando ahora.

Revisarse

Hay que reconocer y confrontar nuestros propios prejuicios inconscientes. 

Hablar

Crea espacios seguros para conversaciones sobre raza y prejuicios. Hablar de ello es la clave para la comprensión y la empatía.

Formarse

La formación en diversidad e inclusión debe ser continua e interactiva. Debemos trabajar continuamente para perfeccionar nuestra comprensión y aceptación de la diversidad.

La batalla contra el racismo simbólico es una responsabilidad colectiva, cada individuo cuenta. Comencemos por reconocer su existencia, comprender sus complejidades y, lo más importante, comprometernos a tomar las medidas necesarias para desmantelarlo.

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