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Una asociación de vecinos de Valladolid pide un estudio del «impacto socioambiental» de centro un refugiados para evitar su instalación

Un hombre exhibe un cartel en el que rechaza la construcción de un centro de refugiados en Las Delicias. Carlos Espeso

La construcción de un centro de refugiados en el barrio vallisoletano de Las Delicias sigue sacando lo peor del ser humano. Tras la reunión informativa con los vecinos que tuvo lugar el pasado 9 de octubre, en la que el proyecto recibió un claro rechazo por parte de los asistentes, la Asociación Familiar Delicias ha emitido un comunicado lleno de críticas y peticiones absurdas antes de tomar una postura definitiva sobre el asunto.

En primer lugar, exigen un «estudio sobre el impacto socioambiental» del centro, al que consideran «completamente imprescindible». Además, critican lo que perciben como un «chantaje emocional» dirigido a la población del barrio, que según ellos ha demostrado ser solidaria, a pesar del tufo racista y xenófobo que tiene su postura. La asociación se muestra indignada por la insinuación de que el barrio debe aceptar el proyecto sin cuestionar. En el colmo del surrealismo, consideran esta estrategia inaceptable y argumentan que solo conduce a que parte de la comunidad adopte ideologías racistas, al sentirse maltratada por las instituciones que deberían ser democráticas.



La asociación habla de la urgente necesidad de abordar problemas como el cierre del centro de especialidades, la falta de recursos en los centros educativos, la saturación de los centros de salud y el hospital, y la escasez de asistencia personal en el barrio. Estos problemas son vistos como una urgencia que requiere una solución. estos problemas corresponden abordarlos a la Comunidad Autónoma y al ayuntamiento, los dos gobernados por la derecha y la extrema derecha, a los que no se les pide nada.

Por último, critican las dimensiones del centro de refugiados, que está diseñado para albergar a doscientas personas. Aseguran que estas dimensiones son difíciles de gestionar y no aportarán mucho más que los centros de acogida de menores.

Racismo y xenofobia en estado puro.

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