Afroféminas

Narcisismo y Negritud

Cuenta la mitología Griega, que en pleno apogeo del imperio griego,había un hombre que correspondía al nombre de Narciso. Era el hombre más bello, jamás visto sobre la faz de la tierra, y además de estos atributos, era divertido e irradiaba una luz, capaz de encandilar, a Dioses, y mortales por igual. Sin embargo,daba igual, cuantas riquezas tuvieran,o cuan bellos fueran las mujeres y los  hombres que se le acercaban, Narciso tenía un gran defecto,que opacaba toda su belleza, y el resto de virtudes. Solo era capaz de amarse así mismo.

Uno de los grandes peligros dentro de todo activismo, es el despertar y el manejo del ego. Es inevitable, que el YO aparezca, nublando nuestra objetividad, y posicionándonos, desde una visión aterradoramente individual. Cuando esto sucede, nuestra verdad, indisoluble e indiscutible, puede hacer peligrar una lucha donde lo colectivo pasa a ser político.

Cierta mañana, Eco, una Ninfa del monte Helicón, totalmente enamorada del incomparable Narciso, intentó encandilarlo con su melódica e inocente voz. Cuenta la leyenda, que de sus preciosos labios podían salir las más tiernas y bellas palabras jamás articuladas. Pero sobre Eco, pesaba una horrible maldición. Víctima de los celos y envidia de  Hera, esposa de Zeus, fue maldecida con el despojo de su voz, y solo podía articular la última palabra escuchada.

Mientras más vamos aprendiendo y tejiendo nuestra ancestralidad, nuestra consciencia, antes dormida, recobra sentido y va tomando nombres e identidades, dotándonos de aquel otro sentido , que ni siquiera sabíamos que podía estar. Es tan precioso el despertar de nuestra negritud, que podemos obviar, sin darnos cuenta, la parte oscura de tantos saberes despertados de a poco. El narcisismo, puede ser un monstruo implacable y silencioso, a  tener en cuenta cuando la lucha se alza, pues no hay cabida en ella, para una revolución,formada en los valores de la hermandad,ceder voz y la escucha activa y humilde.

Después de mucho titubear, Eco, se dispuso por fin, a dar el paso e intentar enamorar a Narciso, una tarde que el joven, se encontraba en el bosque cazando. Pero por desgracia, y por culpa de la maldición, Eco solo era capaz de decir la última palabra que el joven decía. Narciso, al ver a aquella joven titubeante,comenzó a proferir las peores burlas. ¿Como alguien como el podría enamorarse, de algo como aquello? !El, el inigualable y hermoso Narciso! Después de aquellas burlas, Eco se retiró triste y cabizbaja a un lugar solitario,donde adelgazó tanto,de pena y tristeza, que de toda su persona, sólo quedó una voz lastimera. 

Tu compañera de lucha, no es tu rival en obtener visibilidad, aunque el colorismo, se alce inmutable, restregándonos todo lo que nos queda por trabajar como comunidad;el hecho de que creas que es así, no es sino, otro mas de los espejismos, que crea la supremacía blanca y el patriarcado, para desvirtuar el objetivo principal. El solo hecho de que una, y no todas, logre mayor alcance,es un triunfo a medias, pues el reto mayor, está en que todas, logremos romper las barreras, a golpe de unidad. Para eso, debemos sentir cuando el ego aparece, escuchar de donde nace, y derribarlo sin piedad.

Las doncellas despreciadas por Narciso pidieron venganza al cielo. Némesis las escuchó e hizo que, en un día muy caluroso, después de una cacería, Narciso se inclinara sobre una fuente para, calmar la sed. Allí vio la imagen de su rostro, tan bello, que se enamoró de él en el acto, e insensible ya al resto del mundo, se dejó morir, intentando alcanzar su imagen.

Cuando consumo literatura, suelo transportarme y transformar, en mi imaginación, todos los personajes que puedo en personas negres. Es uno de los rezagos, de mi deconstrucción como mujer negra. Leyendo el mito de Narciso, no puedo evitar pensar, en lo fácil que puede ser, caer en el marketing, y perder todo el sentido de orientación, cuando el Narciso, que todos llevamos dentro aparece paradójicamente, recordándonos, que somos humanos, y estamos libres de toda perfección. !Dios nos libre de pedestales! Sobre todo a las activistas negres, a las que se nos obliga el doble de perfección. Pero la responsabilidad está allí también, y esa responsabilidad, no puede pasarse por alto. Todas las que han sido despojadas de voz, como Eco, no nos lo perdonarían. Si tu activismo cuenta tu historia, sin que en esta no haya rastro de pluralidad, que incluya a las otras, no es activismo. Si tu activismo, no es interseccional, desde una mirada crítica, hasta contigo misma, no es activismo. Si tu activismo no te logra incomodar de vez en cuando, replanteando una y otra vez, el camino trabajado, no es activismo Y si en algún momento de tu lucha olvidas los cimientos, y te dejas acunar por el falso abrazo de las migajas que te da el sistema, me temo que no es activismo. Es solo la voz de Narciso que habla a través de ti. Y solo tu, puedes lograr que esta no nuble tu empatía.


Dayana Catá

‌Educadora especial y escritora. Ante todo humana, negra, cubana, mujer y activista. Todo en ese orden y con el mismo grado de intensidad.


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