Se acerca esa época del año en la que en algunos países como también ocurre en España, se espera como marca la tradición, la llegada de los Reyes de Oriente. Pero esta llegada, desafortunadamente, suele traer consigo de manera simultánea la práctica del blackface, o lo que es aun peor, la desaparición de uno de esos reyes magos, el rey Baltasar.
Este año varias personas se preguntaban al ver la programación navideña de las actividades infantiles de Madrid que dónde estaba el rey mago Baltasar, ya que por lo que podía percibirse solo aparecía la imagen de tres reyes magos de tez blanca en la cual no había rastro por ningún lado de ese rey negro del que parece olvidarse siempre la mayoría. Es curioso como en España año tras año se produce el mismo debate, siempre en un lugar u otro del territorio se emplea el blackface en el rey Baltasar como si nada y con mucho descaro.
El problema de esto es la normalización que se ha hecho de esta macabra actividad, la cual sugiere que no existen personas negras en España que puedan desempeñar el papel de ese rey mago y por ello tengan que pintar la cara de negro a una persona blanca, lo que no solo resulta ofensivo sino que es además demasiado cutre y ruin. A día de hoy es triste que no se haya dejado de pintar de betún caras blancas para posteriormente ser expuestas en la cabalgata done un montón de niños y niñas negros/as tengan que presenciar que ser negro es un disfraz, suprimiendo la negritud y pisoteando la diversidad.
La tienda de Afroféminas
Si para colmo humillar a personas negras de esa manera no era suficiente, este año la Ayuntamiento de Madrid ha decidido directamente eliminar a Baltasar y justificar un evidente blanqueamiento como un simple “despiste” de la empresa encargada de realizar la campaña. Pero ese “descuido” esta contribuyendo a propiciar la eliminación de una figura negra bastante relevante del imaginario colectivo, es la consecuencia de años y años de invisibilizar e ignorar la diversidad étnico racial de la sociedad española, y esto efectivamente es racista.
Muchas veces se piensa que agredir o insultar a personas negras/ racializadas es la única expresión del racismo, pero no es así, el racismo es mucho más que eso. El racismo son las actitudes aprendidas en un mundo dominado por el racismo sistemático e institucional lo que hace que sea mucho más intrínseco y menos visible a ojos de aquellos que no lo sufren y que señalan a los oprimidos por ser exagerados o demasiado sensibles en cuestiones como esta.
Mi reflexión ante esta cuestión que se repite cada año es que las voces negras y racializadas siguen sin ser escuchadas. Llevamos demasiados años diciendo que estamos aquí y somos ciudadanos de esta sociedad, quitarnos una figura que representa la negritud no esta bien y esta practica racista que se hacia hacia décadas debe cesar. A pesar de repetirlo durante ocho tiempo nadie parece escucharnos, por eso es importante seguir reclamando estas situaciones para que se den cuenta de las repercusiones que tiene, ya que me gustaría saber que harían si Melchor o Gaspar lo representase una persona negra pintada con la cara blanca, quizás eso no haría tanta gracia.
Cynthia García
Graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid