No hay quien tenga la receta exacta o este preparado para determinadas acciones y momentos, en los cuales, a medida del trascurrir de la vida, componen las vivencias de las personas, como lo es ser PADRE.
Si nos situamos en un campo más profundo, la experiencia propia y de otros, nos muestra desde lo instintivo, los lazos que componen ese vínculo irrefutable que se hace desde el momento de la concepción sin darnos cuenta con la descendencia, a pesar de que muchos se pierden el proceso de gestación por no ser empáticos con los cambios hormonales u otras circunstancias que acontecen con su compañera en el instante del embarazo; los que incursionamos en esta etapa, nos damos cuenta, que las profesiones académicas especializadas en este campo, no son la mejor opción para solventar todos los retos en esa gran aventura de ser responsable de un hijo, y menos en la concienciación de tal importancia desde lo emocional al padre, evidenciando ciertas excepciones con profesionales que incursionan en tal sentido; profesiones cuyos contenidos, se aprenden en centros educativos fundamentados de incipiente raciocinio critico en la búsqueda de soluciones a flagelos tan trascendentales que componen las sociedades, como la equidad de género en este caso particular, entre muchos otros, que generaría un mejoramiento en la calidad de vida de los humanos. Sin embargo, la falta de fortalecimiento a soluciones que componen nuestros problemas cotidianos, hacen que se continúe con el absurdo cumulo de servicios que nada tiene que ver con el fin de mejorar y posicionar en un estandarte la vida como principio para el beneficio más amplio de los seres vivos en muchos de nuestros centros educativos globales, sino que en el imaginario y actuar, se vean provechosas en nimiedades dignas de analogías con establecimientos comerciales, que a veces por superfluas concepciones implantadas, solo sirven de adorno, continuación sin reflexión de cambio a problemas cotidianos que vivimos asumiendo normales y de exposición con un diploma en una pared, que en pleno tiempo contemporáneo, resulta inadmisible y decepcionante que en innumerables territorios “tercermundistas” (que a menudo son los que sostienen las grandes urbes del ”primer mundo” mediante el modelo o sistema económico colonialista denominado en capitalismo con su política neo liberal- democrática), hayan humanos que no tengan ni siquiera ese soporte (pared – casa – hogar) para protegerse de las inclemencias climáticas del medio ambiente, así como darle una mejor crianza a sus hijxs desde lo material.
Resulta ilusorio en algunas realidades sociales, hablar de un padre responsable en un sentido amplio, si las garantías de soluciones a problemas como los expresados de forma superficial anteriormente, no se brindan por parte de la ciudadanía y las políticas estatales; siendo esto constante o repetitivo en consideración al efecto limitante en el bienestar de las madres que abordan esta categoría (responsable) en la crianza de un hijx con aciertos y errores; en cuanto es un matiz que por la ignorancia de los MACHOS(padres), su circuito hermético a ser sensible por una sociedad que pondera el trabajo esclavista – mecánico para la supervivencia, obediencia, el control sistemático de unos a otros, la supremacía a la hora de decidir por cuanto más le resulte fácil andar y seguir con las practicas patriarcales que fortalecen y fomentan su privilegio, incluso siendo los mismos víctimas y victimarios en ese momento vital tan importante, y al poco tramite que se le da en la cotidianidad social al rol del padre sensible, empático, amoroso, responsable con quien porta su co-creación en esto del embarazo; sensibilidad inherente al ser que debería desprenderse desde el simple hecho de la admiración, fascinación, goce, sentimientos, ideales, sueños y magia comparada a la alquimia por la procreación y lo que sobreviene de ello o al “simple” hecho de dar vida, que algunos se olvidan, abstraen o simplemente obvian y suprimen de su mente de manera tajante al no sentir ese cumulo de sensaciones por el hecho de no portar ese nuevo ser en el vientre, perdiéndose de esta etapa gestacional tan significativa en la crianza de un hijx con consentimiento o sin él, al cual están en proceso de traer al mundo; producto de ello, se le resta valor y funciones al padre que ayudarían a la madre en su fortalecimiento por los cambios físicos, psíquicos y espirituales tan drásticos que afronta, además en su recuperación, confrontación saludable, apoyo, desarrollo, normalidad de la situación presente en su ser y a la unidad familiar ( así sea o no pareja de la madre, pero sin embargo, ya componen un vínculo que solo se pierde físicamente por la muerte de alguno) ,en vez de delegar y segregar tal importancia solo a un género (femenino) que por años se ha mantenido suprimido, limitado, excluido y esclavizado por el poder de dominio en las relaciones interpersonales por otro, que ciegamente ha tomado decisiones equivocadas para la equidad de la humanidad; género (masculino) que contrasta con su complemento, en vez de darse que es hora de reformar sus actitudes y destrezas para mejorar por medio de la reflexión y posterior deconstrucción de todo lo enseñado que lo aprisiona, al no dejarlo fluir armónica y afectuosamente desde el respeto a la diferencia, en consonancia con los demás, en este caso con la compañera. Se trata de aportar en este texto una semilla para que germine esta reforma.
Los cánones implantados de los roles de género que sobrevienen al comportamiento humano dentro del contexto social eurocentrista que reposan en las diásporas africanas, distan de la unión y la conformación de familia en su acérrimo concepto de comunidad, a una implantación de tareas aisladas de toda unidad en forma individual, en la cual el desarrollo integral de los participantes en este grupo adolece a las limitaciones de sana convivencia equitativa y sensible que estructuralmente se han implantado en la psiquis y por así decir en la programación espiritual con el MACHISMO y sus manifestaciones que perduran en la actualidad, haciendo que muchos hombres se pierdan de esta grandiosa experiencia, incluso cuando se aventuran en ella, teniendo estructuras similares con las ideologías hegemonizantes opresoras que aún no le dan el salto de calidad a la humanidad para trascender a un mejor espectro existencial, donde la supervivencia quedaría obsoleta por la convivencia desde el núcleo primario en los cuales nos constituimos, conformamos y confluimos cuando de la creación de vida se trata.
¡Ser padre es una tarea de nunca acabar!, pues desde tiempos remotos han sido muchos y abundan a medida de los contexto socio – cronológicos, quienes enriquecen este estado del ser con más dudas que respuestas, pero que si no fuera uno de los mejores sucesos en la experiencia humana, no existiría, pues, es una de las oportunidades más próxima y legitima de sentir AMOR.
Es la sensibilidad la que hace a esta especie, humana, con el AMOR como pilar, base y fuerza poderosa entre seres para vivir en un mutuo respeto, capaz de cambiar lo negativo a positivo de una manera tan radical, que la protección a otro ser, se configura con tal determinación, así sea perdiendo lo más valioso de la existencia, que es la vida.
Hombres de todo el mundo, no nos perdamos de vivir tal acontecimiento, tan magno solo de ello, porque hay poco que se le compare, a menos que sea ese instante en que una mujer te dé la posibilidad de tener a tu descendencia entre los brazos, el cual lo supera porque ya se entra a otra etapa en la crianza; pues tan solo es una etapa más en la cual se anida con lo más beneficioso posible a la mujer, para un mejor aprovechamiento de todo lo bueno que recibirá en retribución esa parte de ti (descendencia), que se forma por la obra divina de dos seres, con la creación de otro en el vientre de tu compañera.
¡Todas las luchas en que el propósito sea la vida como adalid, por medio de equidad, para partir todos desde la misma meta, si es que la vida fuera una competencia donde el más fuerte no suprimiera al más débil, sino que lo ayudara en pro de la existencia y del bienestar común, se deben luchar hasta el final!
PENSANDO EN USTEDES MIS AMORES Y SINTIÉNDOLAS…
Roland Ramos Villa
Chocó, Colombia