Esta experiencia me llevó a escribir esta nota, ¿las dependientas nos seguían o sólo estaba en nuestra cabeza?
Desde ese momento, mi prima y yo hacíamos bromas al respecto, cuando escuchábamos por megafonía algo en alguna de estas tiendas, decíamos en voz muy baja «¡Atención, Atención! ¡dos negras en el pasillo tres, dos negras en el pasillo tres!».
Estábamos siempre riéndonos de estas cosas, aunque yo siempre me quedaba con la espinita y pensaba, ¿por qué siguen a las dos únicas negras que hay entre decenas de personas? Lo que estaba claro era que no seguían a las personas adecuadas. A menudo me preguntaba si era cosa mía, algún complejo de persecución producto de mi imaginación o si, efectivamente, en ésta, como en otras ocasiones, el hecho de ser negras, había influido el comportamiento de los demás hacia nosotras.
Tal vez hayan oído hablar de Trayvon Martin. Se trataba de un jóven afroamericano de 17 años que caminaba por un barrio residencial con un jersey con capucha en la cabeza, cuando un agente seguridad le disparó por considerarlo «sospechoso». O quizá estén al corriente de la detención del escritor Senegalés Mamadau Dia cuando paseaba por un céntrico barrio madrileño por resultar sospechoso para las fuerzas del orden. En estos dos casos parece claro, que el motivo por el que los dos jóvenes fueron atacados, fue su color de piel. Estas dos personas fueron víctimas de lo que se conoce como Negrofobia.
Negrofobia, es un concepto que introduce el profesor de la Universidad de Carolina del Sur, David Armour y que describe el miedo racional que sienten algunas personas ante la presencia de alguien negro.. En su libro «Negrophobia and reasonable racism», muestra cómo la presentación de los negros en los medios de comunicación como personas potencialmente peligrosas redunda en prejuicios, más o menos generalizados, en la sociedad. Armour bucea por las leyes y el entorno sociopolítico americano, en esa publicidad negativa y en el modo en que las personas perciben a los negros.
No sólo en Estados Unidos podemos ver este tipo de publicidad, a menudo, en el resto del mundo saltan titulares con la raza ligada a actos delictivos, más concretamente a personas de raza negra. Al parecer, los discriminadores racionales son personas que basan sus prejuicios en estadísticas y noticias en medios de comunicación, justificando así el miedo, recelo o cuidado que algunas personas tienen ante la presencia de una persona de raza negra. De ahí el término racional.
Etimologicamente el término, proviene de «fobia», que trata de miedo o aversión intensa e irracional a alguien o a algo y «negro» que hace referencia al término que se utiliza para delimitar la diferencia racial entre personas. Así pues la Negrofobia sería el miedo irracional o aversión a las personas de raza negra. El concepto de Negrofobia intenta justificar por qué algunas personas sienten miedo, rechazo o aversión hacia los negros, de hecho, según este concepto cuanto más negra es la persona mayor miedo y rechazo sufrirá. Existen dos perspectivas del término, la primera, parte de la noción de que las personas de raza negra son inferiores a las personas de raza blanca y la segunda es el resultado de la exposición de la imagen negativa, producto de la mala publicidad, que sufren las personas de raza negra en los medios. Se trata del resultado de los estereotipos raciales, esta última, es la razón por lo que es detenido un negro que va en un coche de lujo o por la que un par de chicas negras que pasean por unos grandes almacenes se perciben como potenciales delincuentes.
Para combatir el racismo hay que identificarlo, definirlo, investigar que causas subyacen a ciertos comportamientos para resolver si se trata de racismo y discriminación o si son «fantasmas en nuestra cabeza».
Autora: Marjorie Paola Hurtado
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