El jugador senegalés Cheikh Sarr y su equipo, el Rayo Majadahonda, podrán ser sancionados por enfrentarse a los insultos racistas del pasado sábado en su partido contra el Sestao, a pesar de ser las víctimas.
El árbitro Francisco García Riesgo, en el acta arbitral publicada después de la suspensión del partido entre el Sestao River y el Rayo Majadahonda, explicó detalladamente su percepción sobre el incidente que llevó a terminar el partido antes de tiempo. Destacó que Cheikh Sarr, quien sufrió insultos racistas de la grada, fue expulsado por intentar agredir a un espectador y al árbitro, aunque este último intento fue frustrado por sus compañeros.
A pesar de ser la víctima principal, Cheikh Sarr se enfrenta a posibles sanciones disciplinarias, incluyendo una suspensión de cuatro a doce partidos según el Código Disciplinario. Además, su comportamiento hacia el público podría resultar en una suspensión adicional de cuatro a diez partidos o una multa económica.
El Rayo Majadahonda, equipo del jugador senegalés, al abandonar voluntariamente el partido, podría enfrentar una incomparecencia injustificada, lo que probablemente resultaría en una derrota por tres goles a cero a favor del equipo contrario, así como una sanción de tres puntos y una multa económica. La situación detallada por el árbitro sobre la suspensión del partido incluye la comunicación de Sarr sobre los insultos racistas recibidos, aunque alega que él ni sus asistentes los escucharon (como no), la decisión de los jugadores de abandonar el campo y la imposibilidad de implementar el protocolo antirracismo.
Si estas sanciones se consuman, de nuevo veremos como la Federación española de fútbol y todas las entidades que pululan alrededor del mundo del fútbol en España harán dejación de sus obligaciones, sancionando a la víctima y a su équipo, que simplemente hizo lo que el árbitro tenía aue haber hecho, poarar el partido y marcharse.
Hay demasiados arbritos en España que son sordos ante los insultos racistas y que les tiemblan las piernas antes de parar un partido, como marca el protocolo que ellos mismos han suscrito cumnplir. Lo cierto es que se teme la reacción, no solo del público, sino de sus superiores, que ponen el negocio por delante de las personas.
Si Cheikh Sarr y su equipo son sancionados, el Consejo Supoerior de Deportes debe tomar cartas en el asunto, inmediatemante. Cualquier otra cosa sería ser complice del racismo insitucionalizado que existe en la federación, lo mismo que hemos vivido el machismo que lo inundaba.
No podemos dejar que al dolor del insulto se una oprobio de la injusticia.