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La representación importa… y mucho. No existo en mis juguetes, no existo en la televisión

Desde muy temprana edad, las infancias negras crecen con un arquetipo de belleza establecido por una sociedad basada en el racismo estructural, y las infancias afro no tienen suficiente representación, en los medios o la industria de la moda, y un punto muy importante que carece de esta correcta representación afro, son los amados juguetes; cómplices de las tardes de juegos, dónde los sueños fluyen y la identidad se desarrolla. Es importante que cada niña, niño y niñe, se sienta hermose con su color de piel, cabello y rasgos, porque estos representan su herencia. 

Crecer sin las referencias correctas, ya sea en cuentos, muñecxs, juegos de mesa o en los programas de televisión, puede generar un fuerte problema de identidad, que más adelante puede reflejarse como dismorfia corporal, llevando a jóvenes, que sin saber cómo luchar con la presión terminan sometiéndose a tratamientos peligrosos para aclararse la piel, alisarse el cabello, cirugías estéticas para cambiar su aspecto físico o dietas extremas para replicar un estándar de belleza que considera a lo no blanco, como feo, poco estético y en el más común de los casos es solo tomado en cuenta como belleza “exótica”. Como un accesorio, un acto de circo para complacer a los demás. Definitivamente las formas de expresar el racismo cambian, pero la raíz es la misma. Es ahí donde TENEMOS QUE SENTARNOS A ANALIZAR, lo importante que es ver a personas, que se parezcan a nosotres en una edad temprana, y sentirnos apreciades rompiendo los patrones de belleza blanca, que desde temprana edad nos amarran a querer alcanzar ideales poco realistas y que no encajan con las características naturales de nuestra negritud.


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Y si hablamos de la representación negativa y tristemente hipersexualizada de niñas y mujeres negras, un factor que considero es clave para analizar esto, son los concursos de belleza que a través de la cosificación y el blanqueamiento de la imagen, pueden afectar negativamente la percepción y el sentido de pertenencia que se tiene sobre los cuerpos. Este tipo de representación de belleza blanca y con características netamente europeas, lo podemos observar también en la famosa Barbie, que aunque ha incluido a más mujeres racializadas en los últimos años, es escasa la representación de otras razas y etnias, y no hay acceso a estas muñecas en todos los países, esta falta de representación puede desencadenar un fuerte desarraigo en quienes no encajan, ni encajaran de manera sana y natural en el molde de belleza blanca que tanto nos vende la sociedad.

Afortunadamente, poco a poco se ve más representación de mujeres negras en varios ámbitos profesionales, no solo en la industria del entretenimiento y de la moda, sino también en espacios políticos; pero no olvidemos que la visibilidad de las mujeres, lxs niñxs y niñes afro, en medios d comunicación y entretenimiento sigue siendo muy poca. 

Otro punto que es importante analizar es si en esos puestos de poder estas mujeres se ven obligadas o no a blanquear su imagen para obtener mayor credibilidad, una de las presiones más fuertes que tienen las mujeres y niñas afrodescendientes en los espacios públicos es la capacidad de llevar su cabello natural, en el trabajo o la escuela y esta problemática muchas veces hasta puede costar la posibilidad de un empleo o de continuar con los estudios de manera segura, sin sufrir ningún tipo de daño tanto físico como emocional. Porque la inclusión y la representación no significa nada si no existe seguridad y salud mental para las generaciones futuras.



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