Al despertar en medio la noche y ver en el espejo el reflejo mi cuerpo negro completamente desnudo, reluciendo las estrías que cubren mis caderas, las venas y los vasos sanguíneos que se marcan en mis piernas y brazos; las cicatrices que guardan historias de alegría, sufrimiento de cada obstáculo que ha sido superado.
Este cuerpo de mujer negra, que desde el instante que llegó a esta tierra tiene marcada una la historia y una misión de lucha social, disputa interpersonal, y de resistencia en contra de cada uno de los estereotipos Eurocentristas, discriminatorios, machista, misóginos, racistas; creados en contra de las mujeres negras, raizales, palenqueras, y diasporicas.
Este cuerpo negro, que va en contra de la tacha impuesta de ser tratada como un ser inferior, de pocas capacidades profesionales, que debe de satisfacer los deseos de terceros; que su cuerpo solo visto como un molde vacío que puede ser utilizado de formar arbitraria.
Este cuerpo negro, en esta noche de luna creciente, LE GRITA AL MUNDO ENTERO que su lucha de ruptura de las cadenas del consumismo humano Eurocentrista aún no termina; que está dispuesto a luchar con uñas y dientes, hasta el último día de su suspiro de vida por su libertad.
Este cuerpo negro, no le debe nada a ningún ser humano participe del racismo, discriminación y colonización; no hay cabida a un juicio por libertad y raíces, porque esta fue construida y otorgadas por sus antepasados africanos que combatieron y dictaron para sus descendientes veredicto al unísono, declarándonos TRANSGRESORAS DE LIBERTAD.
Karen Yiseth Hinestroza Narváez
Afrodescendiente, feminista, y abogada; de nacionalidad Colombiana, residente en Santiago de Cali, Valle del Cauca.