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AfCFTA: un paso adelante para las mujeres

AfCFTA: un paso adelante para las mujeres

* Este texto está basado en un artículo publicado por New African Woman Magazine bajo el título ‘AfCFTA – A new dawn has dawned, but what is in it for women?’

El pasado 1 de enero ha quedado marcado como una fecha importante en la actualidad africana: el Área de Libre Comercio Continental Africana entró en funcionamiento. El AfCFTA (siglas que corresponden a su nombre en inglés African Continental Free Trade Area) fue creado en 2018 a través del Tratado de Libre Comercio Continental Africano, firmado por 54 de las 55 naciones pertenecientes a la Unión Africana. Con ello, el continente comenzó a contar con el sector de libertad comercial más grande del mundo.

El AfCFTA es un plan perteneciente a la Agenda 2063 de la Unión Africana, establecido con el fin de crear un mercado continental integrado de bienes y servicios, apoyando así el movimiento de capitales y personas por los países pertenecientes a la Unión. Este mercado busca ser revisado y actualizado constantemente, hasta llegar a la progresiva eliminación de aranceles y otras barreras comerciales y conseguir una igualdad socioeconómica efectiva.

Entre toda esta amalgama de ventajas, surge la cuestión de qué grado de beneficio tiene este acuerdo a las mujeres emprendedoras. Como solución, la Secretaría del AfCFTA publicó en diciembre de 2020 un informe que arroja luz sobre esta cuestión. La Secretaría, con sede en Accra (Ghana) proporciona apoyo técnico para la correcta aplicación del tratado. Además, su función, en el contexto de pandemia que vivimos, es fundamental para la recuperación del mercado y la creación de nuevas perspectivas.

Estrategias de empoderamiento

Informe de Futuros: Hacer que la AfCFTA funcione para las mujeres y la juventud recoge estrategias para que los gobiernos e instituciones de desarrollo certifiquen que las mujeres y los jóvenes que sean propietarios de negocios, o estén pensando en serlo, puedan obtener el máximo beneficio del convenio. Se centra en estos dos grupos de población porque, tal y como se recoge en el escrito, sufren muchas más dificultades para “derrotar la pobreza” y otras problemáticas que les impiden realizarse como empresarios.

Más del 70% de los comerciantes transfronterizos, especialmente los que se dedican al comercio informal, son mujeres. Esta es una cifra muy difícil de obviar, por lo que los Estados parte de la AfCFTA se han propuesto lograr la igualdad de género real y mejorar las condiciones de trabajo de este gran porcentaje femenino. 

Wamkele Mene, Secretario General de la Secretaría de la AfCFTA, defendió en la presentación del Informe que el acuerdo “debe crear oportunidades para las mujeres en el comercio; entre otras cosas, reduciendo la brecha salarial de género”. Asimismo, Ahunna Eziakonwa, Secretaria General Adjunta y Directora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), alentó a ambos colectivos sociales a convertirse en “arquitectos de su propia prosperidad” aprovechando que ahora cuentan con un apoyo práctico como lo es el acuerdo.

Un camino hacia el éxito económico

Según datos del Banco Mundial, si las pretensiones de la AfCFTA se llevan a cabo con éxito, se podría sacar a 30 millones de personas de la pobreza extrema de aquí a 2035. La realidad es que los 1200 millones de personas de África y el valor combinado del mercado son un enorme potencial para las exportaciones y el comercio transfronterizo, aunque sea un hecho que se pretende esconder.

Es por ello por lo que se espera que la AfCFTA mejore la competitividad, promueva el desarrollo industrial a través de la diversificación y fomente la transformación estructural, tanto en materia económica como social. Junto con las acciones del PNUD, que colocará socios en diversas regiones del continente africano, busca garantizar el refuerzo a los proyectos dirigidos por mujeres y jóvenes.

Para conseguir esta capacitación, es imprescindible la conjugación entre los beneficiarios, las instituciones y los dirigentes. Las dos primeras partes de la ecuación están conseguidas: las mujeres y los jóvenes son emprendedores y ahora cuentan con un tratado real que los toma en cuenta. Pero, tal y como recoge el Informe de Futuros, es esencial que los gobiernos africanos tomen acciones decisivas en favor de lo establecido por el Acuerdo y garanticen el fin de las diferencias de género dentro del ámbito socioeconómico. 

Nerea De Ara



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