Hoy entrevistamos a Kossi Simeón Atchakpa, periodista de radio y prensa escrita, activista zaragozano y además padre.
¿Cuándo llegaste a Zaragoza?
Llegué a Zaragoza desde el verano de 2010 tras pasar dos años a Barcelona. Un convenio entre Reporteros Sin Fronteras (RSF-España), la Asociación de Periodistas de Aragón (APA) y la Ayuntamiento de Zaragoza para acoger a un periodista en situación delicada me ha llevado hasta esta bonita ciudad. Aquel convenio se terminó en 2011 pero me enamoré de Zaragoza y aquí estoy hasta ahora junto con mi familia.
¿Cuál es tu país de origen?
Soy de TOGO, – un pequeño territorio alargado, de apenas 57.000 Km² con unos 6 millones de habitantes – ubicado al oeste de África entre Benín al este, Ghana al oeste, Burkina Faso al norte y el Océano Atlántico al sur.
¿Qué tipo de periodismo has realizado a lo largo de tu carrera?
Tengo experiencia en la radio y en la prensa escrita. Mi primera experiencia la tuve en Radio Tropik FM, una radio privada de Lomé, la capital de Togo.
Luego, me incorporé al semanario “Le Perroquet” en calidad de redactor jefe y también trabajé para la revista Afric’Hebdo como redactor.
¿Cuál ha sido el momento más difícil que has tenido como profesional de la noticia?
Mis últimas semanas en Togo fueron, sin duda alguna, las más duras y las más difíciles de mi carrera como periodista. Digamos que los hechos de aquel momento precipitaron mi huída del país. Tuve que enfrentarme a las persecuciones de unas milicias al sueldo del poder que me querían obligar al silencio. Mis problemas empezaron tras la muerte repentina y en unas condiciones pocas claras de un opositor togolés, Don Atsutsè Kokouvi AGBOBLI (uno de las figuras principales de la oposición) que resulta ser también el dueño de la revista Afric’Hebdo donde yo trabajaba. Decidí publicar dos artículos en los cuales cuestioné la versión oficial sobre esta muerte. Además de destacar sus deficiencias, sostuve la necesidad de una investigación independiente con el fin de establecer toda la verdad sobre las circunstancias reales de la muerte del político. A partir de ese momento, empezaron las amenazas sobre todo de muerte. Me llegaron a través de llamadas telefónicas y SMS anónimos. La situación nos fue insostenible y al final tuve que salir del país para salvar mi vida. Aquello fue realmente muy duro de soportar; estaba a punto de tirar la toalla, renunciar a mi pasión, tan las presiones fueron terribles. En fin, creo que ya todo se ha quedado atrás y prefiero no pensar en ello.
También eres padre. Como bien sabes desde Afroféminas estamos intentando ofrecer desde el Afrofeminismo una mirada positiva de la masculinidad en vistas a demostrar que también podemos contar con muchos de los hombres en la sociedad para combatir la violencia de género y todos los males de tipo machistas. ¿Sueles sentarte a hacer los deberes con tus hijos?
Sería muy irresponsable por mi parte no hacerlo, ¿no? Para mí es una tarea diaria. Yo pienso que los niños necesitan alguna fuente de motivación para poder mantener toda su ilusión y no caer en el aburrimiento de la rutina. Personalmente creo incluso que se trata de una “obligación” para cualquier padre, por lo menos a los que están capacitados, de asistir a sus hijos en las tareas educativas. En mi caso, te puedo asegurar que, con mucho gusto, cumplo con esta responsabilidad de padre. Pues casi todas las tardes me siento con mis hijos como un alumno más de la casa para resolver las dudas respecto a los deberes que traen del colegio y asegurarme también de que los temas estudiados han sido repasados.
¿Les has acompañado en cuanto a la adaptación al sistema educativo de aquí?
En todo momento. Es que me es imposible no acompañarles en una etapa tan delicada de su desarrollo como persona y como alumno. No ha sido fácil el cambio para mis hijos sobre todo para el mayor por el cambio de idioma. Venir de un país de habla francés con más de los ⅔ de la educación primaria cumplimentados, pasar una época sin estudiar en un país anglófono para terminar incorporándose al sistema educativo español, para un niño de 9 años, supone un shock bastante fuerte. Afortunadamente, además del apoyo tanto de la familia como de su colegio, los niños, como seres benditos que son, siempre son personas propicias para cualquier adaptación.
En el momento que han llegado los problemas, ¿han decidido hablarlo contigo y tu mujer o sólo con ella?
Eran niños: Edouardo el mayor tenía 6 años y Merveille, la más pequeña tan solo 2. Por lo tanto, no se enteraron muy bien de lo que acontecía. Así que hemos decidido no hablarles del problema para evitar que les afectase mucho sobre todo a Edouardo. Antes de partir, le dijimos que yo iba al extranjero para hacer una formación respecto a mi profesión y que volveré cuando la termine. Pero cuando llegó el momento en el que ellos también (los dos niños y su madre) tuvieron que abandonar Togo, no le quedó otro remedio a su madre que contarles la verdad sin ir en los detalles, desde luego. Había que explicarles por qué tenían que abandonar el hogar nuestro para ir a establecerse a Ghana, el país vecino. A partir de entonces, sabían que algo no iba bien para la familia en Togo.
¿Cómo padre, qué quieres para ellos?
(Suspiro) …Lo mejor; les deseo lo mejor de esta vida. La verdad es que me gustaría que simplemente sean buenas personas que sepan poner el valor humano por delante de cualquier interés pero que sean felices y logren sus sueños. Nada me haría más feliz que verles a ellos libres y felices por ser personas completamente realizadas.
Háblanos de tu mujer. ¿Cómo la conociste?
(Reír) Es una larga historia. Vi Josephine por primera vez en el pueblo de nuestros padres. En realidad, nos encontramos por pura casualidad. La familia de mi padre y su familia materna son del mismo pueblo. Pero nosotros dos estudiábamos fuera y en ciudades distintas. Aquel fin de semana, el azar quiso que coincidiésemos en el pueblo: ella de visita a su madre y yo para honrar la memoria de mi difunto padre – que en paz descanse – con motivo de la celebración de una misa para el décimo aniversario de su fallecimiento. Allí nos conocimos; de repente hubo una química, una de las buenas (carcajada). Primero nos hicimos buenos amigos, luego surgió el amor después de otros reencuentros y aquí seguimos queriéndonos como el primer día.
¿Lleváis muchos años juntos?
La verdad es que lo nuestro ya lleva su tiempo. Llevamos unos 15 años viviendo juntos, como si nada. Cualquiera diría que no es poco tiempo, pero sí; para nosotros aun es poco comparando a nuestras esperanzas e ilusiones. Me siento feliz a su lado y ella también a mi lado. Nos queremos mucho y espero que sigamos así hasta el final de nuestros días.
¿Quién toma las decisiones en casa?
En nuestra familia comunicamos mucho, hablamos de lo que haga falta sin que nadie tenga el monopolio de la toma de decisión. Pensamos que la opinión de todos y de cada uno cuenta por lo que contamos incluso con la opinión de nuestros hijos. En definitiva, tanto Josephine como yo tomamos decisiones en según qué cosa. Pero en la mayoría de los casos, las decisiones son concertadas.
Ahora quisiera hablar más sobre tu profesión. ¿Qué tipo de programas hacías en la radio?
Como lo había mencionado a principio de esta entrevista, empecé en 1999 como presentador de noticias en ewé que es el principal idioma local. En aquel entonces, Radio Tropik FM, una radio privada de Lomé (Capital de Togo) necesitaba a una persona que sepa leer, hablar y escribir ewé para ocupar uno de sus espacios prioritarios ya que, a la mayoría de los oyentes, le servían de poco los programas hechos en francés por razones obvias del nivel de educación de la población. Fui elegido entre los candidatos tras un periodo de pruebas para presentar las noticias, las notas necrológicas, los comunicados informativos de sensibilización o de carácter publicitario, etc. Según las necesidades de la radio, era presentador o crónico o entrevistador… Digamos que yo fui un periodista multifunción.
A partir del tercer trimestre de 2000, me uní a la redacción deportiva donde desempeñé las propias funciones de cualquier periodista de deporte para, finalmente, acabar liderando dicha redacción como jefe de sección a partir de septiembre de 2001 hasta junio de 2003 cuando dejé la radio.
Después de bromas de mal gusto como el hombre del whatsapp, ¿qué más crees que se podría hacer para acabar con esa reducida imagen del hombre negro en un país como España?
Da pena saber que los tópicos, los prejuicios o los estereotipos siguen persiguiendo a los negros en un país como España. Estoy seguro, sin embargo, que para vencer al racismo y sus ramificaciones en cualquier sociedad hay que oponer a las manifestaciones del microracismo como al propio odio racial, la educación tal y como se emplea Afroféminas en hacerlo desde hace tiempo. Y como periodista, debo decir que los medios de comunicación españoles, a este respecto, tienen un reto que afrontar. Tienen que comprometerse un poco más en denunciar con el mismo rigor cualquier comportamiento público de racismo como lo del “hombre del whatsapp”.
Si tuvieses la oportunidad, ¿qué periodistas entrevistarías en España?
¡Vaya, qué pregunta más complicada! Tengo que reconocer que actualmente me costaría elegir a uno en particular. Me encantaría entrevistar por ejemplo a Lola Huete Machado – El País – (por su amplia experiencia con África y su compromiso para un mejor conocimiento de los africanos) o Iñaki Gabilondo (seguro que su veteranía y su sensatez sabrán satisfacer algunas de mis curiosidades respecto a España). Además, no sería mala idea poner el micrófono a cualquiera de los directores de los grandes medios de comunicación (emisoras de radio, canales de televisión, periódicos) de este país para que me explicasen ¿por qué tan poco espacio dedicado a África al sur del Sahara en sus respectivos medios?
¿Qué le preguntarías?
Sea quien sea el periodista que tuviera que entrevistar, mi pregunta – por lo menos la primera – sería la misma: “¿Por qué cree usted que en España cuesta admitir la existencia de la “negrofobia” pese a que veamos a menudo la presencia del racismo (sutil o torpe) en la sociedad? Y luego: “¿Cómo cree usted que se puede luchar contra de esta lacra social?”
Hay un texto publicado en Afroféminas a propósito de una viñeta que encontramos en las redes y que resumiendo se preguntaba por qué había tanta empatía con los refugiados actuales y no tanto con los refugiados negros o con los innumerables niños negros que han muerto en las costas españolas. Tuvimos en cuenta por ejemplo cómo salían en los medios personas que brindaban sus casas, ciudades que se declaraban refugios sin embargo nunca se han visto iniciativas que lleguen a este punto cuando se trata del colectivo que proviene de países del África negra. ¿Qué opinión tienes sobre esto?
Yo creo que todo proviene de los prejuicios que acompañan a nuestro continente, de la falsa opinión que muchos se han hecho sobre nosotros a lo largo de la historia. En Occidente, África es sinónimo de miseria, de epidemias, de pobreza etc. Es como si los negros no fueran capaces de traer buenas experiencias que puedan contribuir al desarrollo de su nueva tierra de acogida. De allí, cuando emigramos, muchos tiendan a reducir la “aventura” de los africanos negros sólo en una inmigración económica. Suelen denegarnos las otras características migratorias tales como la búsqueda de protección internacional, el refugio o el asilo. De hecho, de los niños negros muertos en las costas españolas a los que hacéis referencia, no me cabe la mínima duda de que habría bastante que no fueran niños de inmigrantes ordinarios sino hijos de personas que vienen de zonas de conflictos bélicos como Sudán, República Democrática del Congo (RDC), Malí, Libia, Somalia, República Centroafricana etc., en busca de un refugio, de un lugar más seguro donde vivir igual que los sirios que suscitan empatía y solidaridad. A pesar de alegrarme de esa solidaridad social hacia los refugiados del Oriente Próximo, es cierto que es una lástima que nadie se cree a los negros de África y no les reconocen su situación de desamparo y de gente desesperada por la misma causa. Como dicen, hay efectivamente refugiados de segunda: categoría en la que, desgraciadamente, entran los africanos negros. ¡Lamentable!
Y, para terminar, cuéntanos cuáles han sido tus mejores experiencias en España.
¡Ufff…! No sé si verdaderamente he tenido muchas. Pero recuerdo muy bien que en marzo de 2015, tuve la suerte de vivir por primera vez la experiencia de la gran cita del periodismo en Aragón, me refiero al “Congreso de Periodismo Digital de Huesca”. Fue una experiencia magnifica el hecho de conocer a tanta gente, tantos compañeros maravillosos y descubrir muchas cosas sobre la profesión en España. Luego puedo mencionar el día que me llegó la resolución de mi petición de asilo en la que el gobierno de España me comunicó la concesión del estatuto de refugiado. Fue un día grande, un día de alegría y de alivio. Pero ¿cómo no voy a mencionar el día del reencuentro con mi familia? Volver a vernos 3 años después, pues ha sido un momento único. Ha sido simplemente emocionante, fantástico y seguro, un momento irrepetible.
Nota de Afroféminas: Aquí tenéis a este periodista, con muchos sueños e ideas. Responde a un perfil tan valioso en nuestros días como poco común pues cuenta con su vivencia personal como refugiado y también como periodista y auténtico profesional.
Contacto personal:
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Directora de Afroféminas