Recientemente publicamos un texto que expone el alarmante dato que 1 de cada 4 jóvenes españoles es racista. Es decir, estos jóvenes serán los futuros funcionarios, médicos, profesores y también obreros racistas que formarán parte del tejido social de la España moderna.
Si bien es cierto que a lo largo de nuestra existencia como proyecto, se han llevado a cabo propuestas a iniciativa de los propios centros educativos incluyendo universidades donde nos han invitado, también es verdad que quizá deberíamos pensar en pasar al siguiente escalón. Es decir, ya no hace falta recorrer medio país, para hablar de racismo y en su lugar habría que pasar a la acción.
En este sentido las mujeres negras en España, nos encargamos durante años, de dar el ABC antirracista con cientos de fórmulas y reflexiones para suprimirlo y combatirlo. Por lo tanto, el conocimiento ya se ha compartido, ahora es el momento de emprender soluciones a medio y largo plazo que puedan contener las consecuencias de una absoluta falta de praxis educativa antirracista
Es por eso que, entre tanto ruido, buenas razones y odio también, nos gustaría exponer con claridad cuál sería el escenario ideal en cuanto a educación en los colegios.
Antes de empezar, hemos de aclarar que no compartimos las viejas fórmulas neoliberales, en las que las personas negras y racializadas se convierten en «diversidad monetizada». Cuando se habla de personas el fin último debe ser el Humanismo y en ningún caso el Utilitarismo en forma de «la diversidad es rentable para una empresa». Eso fue así hasta que la magia de la apropiación hizo su parte, es decir: quiero lo de los negros sin los negros. Por eso pensamos que es muy importante evitar planteamientos pragmáticos en luchas sociales porque si bien es cierto que puedes llegar antes, el método termina retrasándolo todo y volviéndonos una vez más al principio.
También debemos decir que todo lo aquí expuesto no está escrito desde ninguna superioridad moral. Vivimos aquí y queremos contribuir a que las cosas se arreglen para el bien nuestro y el de nuestrxs hijxs fundamentalmente.
Por último señalar que cuando decidamos hablar sobre otras opresiones, lo haremos encantadas. Lo que aquí se pretende no es diluir el racismo con otras discriminaciones. De hecho consideramos que ese el primer error al combatir el racismo en el colegio: se le llama xenofobia, bullying, aporofobia, etc cuando en realidad es racismo. Si continuamos censurando el debate, las cifras de jóvenes racistas, futuros gestores y gestoras de este país, aumentarán.
¿Cómo combatir de forma efectiva el racismo en el colegio?
– Crear la figura del mediador o educador.
Nosotras empezaríamos por lo normativo. Por nuestra experiencia, esperar a la buena voluntad y concienciación de una parte de la sociedad no es efectivo.
Sabemos que existen por una parte las AMPAS, la dirección del centro, los profesorxs y por otra los estudiantes y sus madres y padres. Hay que dejar muy claro que la relación que se establece entre el grupo con poder y los padres y madres afrodescendientes, racializados y/o migrantes generalmente NO ES SEGURA. Todo funciona bien mientras estás en silencio pero si te quejas como el resto no se te lee como cualquier padre o madre sino como «LA NEGRA O EL NEGRO QUE VIENE A DECIRNOS CÓMO TENEMOS QUE SER». Y en esta relación retorcida y muy racista va incluida el AMPA que en su inmensa mayoría no se posiciona a nuestro lado con empatía.
Como solución vemos que habría que crear una nueva figura. Tenemos entendido que en el sistema educativo danés existe y para muchas familias es un alivio. Porque está para VELAR y MEDIAR por los intereses de los niños y niñas y en ningún caso para quedar bien con la dirección. Es decir, introducir ésta nueva figura, llámese instructor, bibliotecario escolar (esto es porque las bibliotecas escolares no forman del sistema bibliotecario español por lo que ésta idea significaría una oportunidad), educador, etc, puede contribuir a la DEMOCRACIA INTERNA de los colegios. Algunos se comportan como auténticos regímenes autoritarios. Y por favor que nadie nos diga que los cargos superiores están para eso porque no es verdad. Hay niños que han llegado al intento de suicidio porque no tienen dónde quejarse y que se les escuche con respeto y repetimos: EMPATÍA. Y aquello que parecía un problema sin importancia termina muy mal y con la administración echando balones fuera. Es decir incluso ocurriendo casos extremos como estos, los y las que tienen poder siguen negando su responsabilidad.
Insistimos, hay una absoluta falta de democracia en los centros educativos y esto incluye a las universidades que tienen profesorxs afrodescendientes. Los cuales muchos tienen que callar y tragar para no perder su empleo. En definitiva, faltan garantías que velen de forma clara por nuestros derechos.
Para empezar, creemos que hay mucho que reflexionar. Habrá una Parte II. Si tienes otras soluciones no dejes de comentarlas para así continuar construyendo un pensamiento antirracista colectivo.