El presentador del programa de televisión Cuarto Milenio, Iker Jiménez, se ha caracterizado desde un principio por su revestimiento de supuesta neutralidad ideológica. Los asuntos que incurren en lo paranormal, los misterios que se alejan de los mundano y las grandes incógnitas generan un gran público y diversidad de opiniones. Bajo estas premisas ha conseguido acercarse a la población de forma satisfactoria y generar grandes controversias. No obstante, su implicación con la política es cada vez más evidente. En sus últimas apariciones se pueden apreciar ciertos matices, opiniones y usos del lenguaje que tildan su pensamiento de ultraderechista.
En líneas generales, Iker Jiménez se ha mantenido alejado de las cuestiones políticas e ideológicas con el fin de dotar a sus informaciones de neutralidad e independencia. Sin embargo, en los últimos años, la agenda informativa de Cuarto Milenio se ha convertido en el espacio ideal para dar voz a los planteamientos de la extrema derecha. A través de bulos, hechos sin corroborar, supuestos y presunciones el público recibe una realidad donde el caos se camufla tras teorías acientíficas.
El paradigma de la ultraderecha pretende dar respuesta a los grandes problemas del entorno social. Como norma general, tienden a culpar a los colectivos oprimidos de los grandes males de la sociedad. Su mapa ideológico se centra en el ultranacionalismo, el cristianismo como base cultural, la defensa de la supremacía blanca y el rechazo a la izquierda y a los nuevos movimientos sociales (feminismo, comunidad LGTB, ecologismo, etc).
Los programas dirigidos por Iker Jiménez son reconocidos por sus ritmos y modos de abordar las diferentes cuestiones o problemáticas. Durante la retransmisión el presentador se acompaña de diferentes colaboradores o personalidades que aportan su punto de vista. Es común que estos invitados difieran en opiniones con la finalidad de generar un debate donde el público pueda posicionarse desde sus casas. A primera vista este tratamiento parece el idóneo, menos porque el plató se convierte en un espacio para la defensa de teorías extremistas sin ningún tipo de fundamento o evidencia.
Tras la cancelación de las diferentes producciones durante el inicio de la pandemia, el presentador decidió reinventarse. Esto se tradujo en su introducción en un mundo de Youtube con un nuevo formato al que denominó Milenio Live. Como consecuencia se produjo un gran revuelo tanto en las redes sociales como en los principales medios nacionales. Entre las opiniones negativas destacó la de Antonio Maestre, que ya se había mostrado crítico con el presentador en otras ocasiones. Durante un artículo publicado en elDiario.es se refirió a Jiménez como «el gurú de la extrema derecha». El colaborador no dudó en comentar su discurso: “El mundo de Iker Jiménez es un espacio propicio para la fe, la disonancia cognitiva y la proliferación de bulos que permitan culpar a un enemigo etéreo y externo de todos los problemas de la sociedad. El paradigma de Iker Jiménez es el idóneo para el crecimiento discursivo del posfascismo. La extrema derecha se pone gorrito de papel de aluminio».
Crisis de los refugiados de 2015
«El miedo a resultar políticamente incorrecto no nos va a frenar para formular preguntas», así comenzaba el programa emitido en la cadena y presentado por el periodista vasco. Dicha transmisión transcurre con normalidad siguiendo la misma línea que los realizados con anterioridad. Se centra en la hipótesis de que un mal sin identificar envuelve el suceso de los refugiados con el fin de obtener beneficios o enriquecerse. Aportando como prueba documental un artículo publicado en el blog “La cuidadosamente calculada agenda de migración en masa” se acusa a Peter Sutherland de mover hilos en el asunto. De esta forma, Cuarto Milenio encendió la mecha a un mensaje que ahora defienden partidos políticos como Vox.
Temas como la inmigración y la defensa de la identidad blanca han dado mucho de qué hablar a la extrema derecha, que se apoya en teorías conspirativas como “el gran remplazo” o “el genocidio blanco”. Durante esta emisión salieron a la luz declaraciones que afirmaban que la crisis de los refugiados fue «un intento teledirigido de destruir la identidad de la UE y de EEUU», e incluso, «de debilitar la raza blanca y la religión cristiana». Así mismo, se difundieron discursos sobre el Plan Kalergi y los protocolos de los sabios de Sión, conocidas teorías conspirativas.
Las conspiraciones sobre el marxismo cultural
Otro de los temas tratados durante las emisiones Iker Jiménez fue “marxismo cultural”, una teoría conspirativa habitual en los círculos más conservadores de Estados Unidos durante la década de los 90. Esta defiende que la implantación de una sociedad global y multicultural tiene como objetivo final el asolamineto de los valores e instituciones tradicionales. Durante la trasmisión el presentador aparece acompañado de un colaborador que defiende que el origen de esta tendencia está vinculado al auge de movimientos como el animalismo y el ecologismo.
En conclusión, Iker Jiménez desde su posición en los diferentes programas y emisiones televisivas ha ayudado a extender los discursos de ciertos grupos radicales de la extrema derecha. Resultan notables las reiteradas divulgaciones de hechos y discursos relacionados con la ideología ultraderechista, los cuales se presentan como realidades absolutas sin evidencias.
Judit Martín García