Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. No se trata de una fecha festiva ni de celebración, es una jornada reivindicativa que hoy más que nunca necesita recuperar su carácter de protesta.
Vivimos un auge de los extremismos xenófobos en toda Europa acompañados del racismo descarado y simplón que trágicamente ha llegado a la Casa Blanca en EEUU. Los discursos de odio avanzan sin parar y lo peor es que empiezan a tener efecto en mucha gente corriente que necesita un culpable, un chivo expiatorio de sus problemas que focalice sus frustraciones.
Estamos lejos de solucionar un problema que con el tiempo ha tomado otras formas más sutiles o que incluso se disfraza de razonable.
Así que desde Afroféminas no nos queremos hacer cómplices de esos discursos complacientes de los estados y administraciones políticas en general que intentan hacer ver que el racismo es un problema aislado que se circunscribe a un sector extremista de la población. Esto es mentira.
Quizás si que haya un grupo de gente que muestre su racismo sin complejos en un alarde de ignorancia supina. Pero hay una parte muy grande de la población que consiente, participa y fomenta otros usos y costumbres racistas y xenófobas a diario, enmascaradas de formas de humor, o de tendencias y preferencias. Todos los días un enorme grupo de gente ejerce sus privilegios fomentando consciente o inconscientemente la inivisibilización del diferente, su postergación a puestos subordinados y el mantenimiento de opresiones y microagresiones constantes.
Tratándose de España no deja de sorprender esa llamada al acogimiento de inmigrantes y refugiados de algún sector de la política cuando no saben resolver los problemas que ya tienen aquí con los inmigrantes que llevan muchos años en el país. En este país hay 4000 agresiones por odio anuales. En algunos centros escolares el tema es más que preocupante y comienzan a verse ya la racialización y el problema entre los más pequeños. ¿Esto es para celebrarse?
La política no puede acabarse en el acogimiento inicial. Deben implementarse políticas de adaptación reales con acompañamiento de años para estas personas que necesitan, más que nada, tener las mismas oportunidades y no ser discriminados cuando comiencen su carrera laboral, sus estudios, etc. El problema no es sólo el acogimiento, el problema es l después.
O se hacen políticas de igualdad serias y se pone coto desde ya en la educación a los comportamientos racistas o de aquí a una década tendremos un Frente Nacional propio. No somos diferentes ni mejores a otros modelos. Quizás seamos peores, porque nos negamos a ver la realidad tal como es.
Coviene aquí leer lo que dice Naciones Unidas
El sesgo racista y la incitación al odio, en particular, en el contexto de la migración
Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Los derechos a la igualdad y a la no discriminación son piedras angulares de los derechos humanos. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la incitación al odio y las prácticas discriminatorias por razones de raza, étnica, religión, nacionalidad, entre otras, están muy extendidas.
Se entiende por utilización de perfiles raciales y étnicos «el recurso de los agentes de las fuerzas del orden, de seguridad y de control fronterizo a criterios basados en la raza, el color de la piel, la ascendencia o el origen nacional o étnico como motivo para someter a personas a registros detallados, controles de identidad e investigaciones, o para determinar si realizan actividades delictivas», de acuerdo con el reciente informe presentado al Consejo de Derechos Humanos por el Relator Especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas de intolerancia.
En particular, los refugiados y los migrantes son objeto de controles basados en perfiles raciales y de la incitación al odio. En la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes , aprobada en septiembre de 2016, los Estados Miembros de las Naciones Unidas condenaron enérgicamente los actos y las manifestaciones de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia contra los refugiados y los migrantes, y se comprometieron a tomar medidas para combatir esas aptitudes y comportamientos, especialmente los delitos motivados por prejuicios, el discurso de odio y la violencia racial.
Hoy no hay nada de que felicitarse ni sentirse orgulloso. La situación de las minorías étnicas es deplorable. Nosotras seguimos en la brecha denunciando y visibilizando. Por muchos años.
Afroféminas