Afroféminas

Maternidades Negras

El asunto de María José Abeng Ayang  me ha hecho recordar un tema que suele pasar de puntillas por el Feminismo:¿cómo se concibe desde el Afrofeminismo la maternidad?

Para hallar estas respuestas hay que hurgar en la historia. Ya sabemos que las primeras feministas negras fueron exesclavas. Sin profundizar en el horror que significó la propia esclavitud comparable con el Holocausto, hay algo de lo que pocas veces se habla: la familia negra desde la esclavitud.

¿Cómo mantener esos afectos sabiendo que probablemente mañana no tendrías a tus hijos, ni a tu «marido»? ¿Cómo asumir que tus hijos no eran tuyos? ¿Cómo mantener una idea de “familia” cuando en realidad nadie podía sentirse dueño de sí mismo?

Considerar al hombre negro como un instrumento de trabajo y la mujer negra como un instrumento sexual a la vez que una máquina reproductora  es la base para entender que teóricamente la mujer negra tenía que trazar otro discurso respecto a su maternidad. Por eso el feminismo negro tiene que ser una teoría independiente, es una nueva epistemología porque no se puede prescindir de toda esta historia, para hablar de ella.

Desde el feminismo blanco la maternidad se ve como una imposición, un derecho cercenado en cuanto a su poder de decidir si quiere o no ser madre, su derecho a sentirse más que madre, más que esposa.

Sin embargo la sexualidad y la maternidad fueron de las pocas cosas sino de las únicas sobre las que las mujeres negras tenían capacidad de decisión al ser liberadas. Antes no podían decidir con quién mantener relaciones sexuales: eran de su amo y de quien quisiera su amo y en cuanto a los hijos exactamente igual.

Las mujeres negras entonces eran unas sobrevivientes. En aquella época se describe casos de locura, de madres que mataban a sus hijos sobre todo cuando intentaban escapar y eran apresadas nuevamente. Preferían esto, antes de volver a la casa de los blancos, el infierno para ellas.

Al llegar la ansiada libertad de la mano del racismo institucional,  todas estas personas son arrojadas a un mundo construído a costa de ellos pero sin que se les tuviese en cuenta. Ya lo veis en las películas viejas de Hollywood: ¿Hay negros en ellos? No. Y si lo hay, ¿cómo aparecen? ¿Por qué tendrían que gustarme entonces?    

De aquí que la mujer negra no encaje en ningún modelo relacionado con la familia porque es un esquema hecho por los colonialistas, un modelo que no tiene nada que ver con sus prioridades, ni con sus tradiciones. Nadie comprendió entonces, y aún seguimos en la misma línea, los traumas tan profundos que ha causado el sistema colonial. Así, todo lo que no encajara en el modelo blanco de maternidad y de MUJER se consideraba sucio, innoble, feo, impuro, etc. 

A día de hoy aún estamos arrastrando muchos de esos estereotipos creados en aquella época. Por eso es que hay gente que necesita blanquearse la piel, por eso la palabra de una mujer negra generalmente resulta poco creíble en esta sociedad, por eso las fotos que corren en las redes la mayoría son de personas negras si se trata de reirnos y en caso de ver «tíos guapos» todos serán blancos…Al ver todo este circo mediático construido en torno al caso que nos ocupa, tuve un deja vu. De momento oí como se referían a María José como una mujer  incapaz, mala madre, ignorante, que abandona a sus hijos a través de una simple frase: “una madre de 14 años, además negra”.

Autora: Antoinette Torres Soler

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