Hace unos días publicamos sobre un proyecto infantil muy bonito. Se trataba del proyecto Potopoto, con un mensaje profundamente inclusivo que entre otras cosas favorecía a que los niños y niñas negras tengan referentes, que a través de estos cuentos la negritud pase a entenderse como un elemento negativo a percibirse dentro de la más absoluta normalidad y que una tradición pueda mantenerse.
Sin embargo aún con todo esto, esta buena noticia se censuró en un grupo de Facebook de madres adoptivas. Todo lo que tenga que ver con educación e infancia o belleza afro suelo compartirlo en este tipo de espacios por razones obvias. Cuando compartí Potopoto la frase fue la siguiente:
– Hola. No se permite hacer propaganda. Gracias.
No se si me sorprendió más lo impersonal del mensaje, teniendo en cuenta que he publicado muchas cosas allí, o la utilización del término propaganda.
En cualquier caso busqué dónde estaba el problema. Busqué y busqué pero nunca encontré. Quizá sea que donde algunos vemos algo positivo para la educación, otros u otras ven propaganda, marketing y ventas. Del mismo modo que cuando algunos y algunas planteamos debates sobre afrodescendencia, alguna que otra madre adoptiva no se da por aludida porque increíblemente creen que sus hijos negros no tienen nada que ver con esto y tristemente dan por hecho que la negritud sólo se afronta poniendo fotos a veces absurdas de los peinados que intentan hacer a sus hijos. Y digo intentan porque desde luego logrados no están.
Hay varias madres adoptivas entrevistadas en Afroféminas. Mujeres blancas y también negras. Mujeres a quienes les tengo admiración porque veo cómo se lo trabajan. Se nota que sienten responsabilidad ante la negritud de sus hijos.
Pero supongo que habrá de todo: desde las que educan haciendo creer a sus hijos que «ellos no son afrodescendientes», aunque la realidad y los hechos sean tozudos; las que el hecho de tener hijos o pareja negra no resulte suficiente para dejar de sentirse superior al resto (pobres!!) y las que fomentan el intercambio y, la raza ha dejado ser, si es que en algún momento lo fue, una barrera en la comunicación interpersonal.
Cada cual sabrá a qué grupo pertenece.
Y si alguien pensó que esto no se denunciaría, como bien puede ver nuevamente se ha equivocado…
Entrevistas a madres adoptivas
POTOPOTO “los niños y niñas necesitan cuentos para entenderse y entender el mundo”
Foto portada: tumblr.com