¡Buenas tardes! Os envío brevemente mi experiencia con una donación de sangre… Soy mala para las fechas pero creo que hará unos 4 años, en el stand de donantes de sangre de la Feria de Muestras de Gijón.
Yo nunca había donado y me daba un poco de cosa, por eso de las agujas y demás…Finalmente, decidimos entrar con marido. Mientras yo cubría el papel (él no iba a donar) con el cuestionario nos pasaron a la sala de espera, donde había otro señor también esperando su turno. Al rato salió la «sanitaria» (desconozco si era enfermera, auxiliar, médica, voluntaria…) a buscarme para la entrevista previa a la donación. Nada más sentarme me preguntó si conocía al chico que estaba sentado a mi lado en la sala de espera, si veníamos juntos o no. Le contesté que era mi marido pero que él no quería donar. Muy amablemente me dijo, consultando un listado de países, que se temía que no iba a ser posible porque dependiendo de su «origen» era considerado como de «país de riesgo». Él es español de origen congoleño (¿cómo no iba a estar RDC en la lista de «países de riesgo» si está en todas las listas de «todo lo malo»?). Como africano y negro, la mujer (insisto siempre en su amabilidad y su gesto conciliador y sereno) vio claramente un riesgo para la seguridad sanitaria. No había dudas. En el aire flotaba que el riesgo era el VIH, aunque tuvo a bien no pronunciar la palabra «prohibida»…Mi chico llevaba ya más de 10 años habitando en mi ciudad y debíamos llevar como unos 7 u 8 de matrimonio…Me explicó que la sala de extracción de la FIDMA no tenía el material necesario para hacer determinados análisis para indicadores de riesgo (VIH/SIDA?). Esto me parece perfecto. Lo deleznable es que haya identificado a un negro con un riesgo de forma automática, sin ni siquiera tener en cuenta las circunstancias personales (qué coño! y aun teniéndolas en cuenta) y que ni siquiera me haya derivado a un centro de salud o a su central o a cualquier sitio con estos «medidores». De agradecer es que cuiden, y además es su deber, que las donaciones y la sangre sean óptimas. Pero claro, riesgo había porque «como matrimonio que éramos suponía que lógicamente manteníamos relaciones sexuales» (textual…a fuego me quedó grabada la frase).
Me pidió el teléfono para consultarlo por si había posibilidad…Nunca me llamó, claro está. Mi duda siempre fue qué hubiera pasado si yo hubiera mentido y hubiera dicho que no conocía de nada a «ese chico que estaba sentado a mi lado». ¿Hubiera sido suficiente mi «palabra»? ¿Me hubiera preguntado el color y el origen de mi pareja en el test? ¿Y si yo hubiera dicho que era español (cosa cierta) y omitido su lugar de nacimiento? ¿Hubiera sido mi sangre más válida en ese caso?…O si simplemente hubiera ido sola…me habrían preguntado todos esas cosas al cubrir la casilla «casada» o hubieran dado por hecho que, como blanca y española, mi marido era de mi mismo color y procedencia?
Yo sólo pensaba en cómo salir de allí y cómo explicarle a él todo esto que estaba pasando en la consulta y cómo sacarlo de allí…Y no tenía ni respuestas ni reacciones. Simplemente me quedé allí, bloqueada. Queriendo correr. Y eso es tal vez lo que más me dolió. Mi falta de reacción…La cabeza a mil y sacarlo de allí y ponerlo contra las cuerdas con algo que yo misma era incapaz de explicar. …Escribí luego para quejarme a lo de donantes de Asturias…también sin respuesta…lo conté un poco entre los contactos de mi entorno pero siempre nos quedó ahí…doliendo…Ahora vivimos en Francia y aquí volví a probar a donar sólo para ponerme a prueba y saber cómo iba el tema…Si eran «fantasmas» o realidades. Mis enfermedades, mis antecedentes familiares en cuanto a enfermedades reseñables, un análisis de sangre para ver si había algo «raro»…Todo fue bien. Ni una sola pregunta sobre colores, formas u orígenes…Una carta diciendo que era válida mi sangre y una cita para la siguiente donación. De todos los «terrorismos cotidianos» (o microrracismos, como los llamáis) quizás éste no fue el más «brutal» en forma pero sí uno de los que más nos marcaron…sobre todo por la incomprensión y la impotencia….Bueno, pues esta es la historia que llevaba tiempo queriendo compartir…
Autora: Cristina
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