A lo largo de la historia del patinaje artístico, ha habido grandes competidores tanto masculinos como femeninos, que han dejado su marca sobre el hielo. Pero en un deporte de invierno que se ha caracterizado por ser predominantemente caucásico, ha habido pocos patinadores que llamaran tanto la atención como Surya Bonaly.
Surya Bonaly nació en Niza, Francia, el 15 de Diciembre de 1973, al principio su vocación era ser gimnasta de competición, pero a los 11 años, empezó a centrarse en el patinaje sobre hielo llegando a sobresalir más en este terreno.
Bonaly, tiene una trayectoria envidiable dentro de este tipo de competición, ha obtenido tres veces la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Patinaje Artístico (1993-1995), campeona cinco veces en el Campeonato Europeo (1991-1995), ganadora del Campeonato del Mundo Junior en 1991 y nueve veces ganadora del Campeonato Nacional de Francia (1989-1997).
Este tremendo currículum, es el motivo por el que ha llegado a destacar de sobremanera en el mundo del patinaje artístico. Además Bonaly, ha señalado en varias entrevistas una práctica, que varios atletas o figuras artísticas no caucásicas han tenido que hacer a lo largo del tiempo. Esforzarse el doble por el color de su piel. “ Si alguien me pedía veinte flexiones, yo hacía treinta. Tenía que hacerlo mejor que bien, para ser aceptada” esas eran las declaraciones que daba ante los periodistas en varias ocasiones de su carrera.
Aparte de por su color, también ha tenido que aceptar críticas por su figura musculosa, porque sus patines hacían demasiado “ruido”, no utilizar música clásica durante sus actuaciones y por no querer llevar medias. Todo este conjunto la han convertido a los ojos de muchos como “la patinadora rebelde”
Aunque este adjetivo, también se le achaca a su temeridad para hacer saltos mortales que otros no se atrevían o que estaban directamente prohibidos por las asociaciones.
Concretamente, llegó a dar fama al “backflip”, un movimiento bastante peligroso de las competiciones de patinaje. En el mundo del patinaje artístico hay 6 movimientos principales, el backflip, es un séptimo movimiento que consiste en dar un salto hacia atrás, cayendo sobre un pie. No por nada a este movimiento, también se le conoce como “salto mortal”. Actualmente este movimiento se considera ilegal por la ISU (International Skating Union).
Pero Bonaly, llegando a desafiar las normas, ejecutó este movimiento dos veces que le costaron caro. El primero fue en 1992 durante los Juegos Olímpicos de Invierno, dónde aterrizó cerca de uno de los jueces, que alegó que ese movimiento había sido intimidatorio hacia su persona, entre eso y otros comentarios racistas hacia la patinadora, al final quedó descalificada.
Y quizás una de las más sonadas actuaciones de Surya Bonaly, fue en el Mundial de Patinaje Artístico de 1994. dónde tras hacer un programa magnífico, se quedó a dos décimas de la favorita por entonces Yuka Sato, muchos dicen que en realidad, realizar el “backflip” fue la verdadera razón por la que no ganó el oro. En el momento de la ceremonia, Bonaly, al principio se negó a subir al podio por la plata, pero después de hacerlo, se retiró del hielo, ganándose los abucheos del público.
A día de hoy la figura de Surya Bonaly, es símbolo de inconformismo y de atreverse a desafiar lo establecido dentro de este deporte. Ha sido una patinadora que gracias a su esfuerzo y su creencia en sí misma y no en los prejuicios del deporte, ha llegado a destacar de sobremanera y llevarse muchos premios consigo. Pero a la vez ha sido esa valentía por desafiar los límites lo que también le ha costado caro en varias ocasiones.
Actualmente, la ex-patinadora, anima también a las jóvenes negras, que quieran ser patinadoras a cumplir sus objetivos y que no se dejen intimidar por las reglas establecidas.
Chawnny De la Cruz
Joven afrodominicana, volcada en el turismo y la escritura.